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“He tenido citas desde los 15 años. Estoy exhausta. ¿Dónde está el indicado?”, se preguntó Charlotte en Sex and The City, cuando ya estaba en sus 30 y se sentaba en un restaurante después de un montón de fallidas reuniones con hombres, donde no lograba encontrar a uno que valiera la pena.

La frustración aumentó con la sincera respuesta de Samantha: “Eso sólo pasa en los cuentos de hadas”. Algo muy similar a lo que pensó Macarena, una chilena que pasando los 35 volvió a descargar las aplicaciones de citas.

Porque claro, vivimos en una época en que dejamos de usar hasta el timbre, por tanto buscar una cita en una app no es una idea tan descabellada, sobre todo cuando trabajas todo el día, apenas tienes tiempo para descansar y salir a conocer gente no está en tus prioridades.

Sin embargo, las apps de citas generan encuentros virtuales similares a los que se darían en un bar, un café, un supermercado o la fila del banco, cualquier lugar que junte a dos personas.

Aquí puedes ver si la química existe con sólo un par de frases, pero también a primera vista, si las fotos de la otra persona son atractivas, llamativas o esconden algo más. Aunque ya eliminó las apps de citas, nos contó qué es lo que aprendió durante el año que las mantuvo en su teléfono.

Sé selectivo en los likes de las apps de citas

Macarena volvió a usar las apps de citas después de casi una década desde la primera vez que las usó en sus 20, donde confiesa que si bien logró tener un par de citas y conocer gente que forma parte de su círculo de cercanos hasta hoy, era más bien una forma entretenida de pasar el almuerzo del trabajo viendo a quién dar o no like junto a sus amigas.

Sin embargo, en una nueva década de su vida, confiesa que el uso de las apps de citas le resultó agotadora. “Antes podía dar like a un 70% de los usuarios disponibles, hoy no supera el 20”.

Esto último porque con los años y la experiencia se volvió más selectiva, tanto que llegó un momento en que literalmente dio “vuelta el juego” y se acabaron los perfiles disponibles.

También comenzó a poner atención a los detalles. Descripciones con faltas de ortografía estaban completamente descartadas, hay que ser honestos y todo entra por la vista, así que las buenas fotos suman puntos y muchas veces dijo “hola” y nunca llegó un “hola” de vuelta.

Cuando le preguntan qué aprendió de las apps de citas durante el último año, la respuesta es contundente. “Una gran química y buena conversación por chat no te asegura una buena química en vivo y en directo”.

“Salí con varias personas, algunas citas resultaron en salidas de una vez, otras en un par más, pero al final nada era tan perfecto como se puede ver en el chat, supongo que la frase ‘la pantalla aguanta mucho’ es muy real”, destaca.

Además, destaca que hay que poner voluntad. “A mi edad, la gente está metida en sus trabajos, muchos tienen hijos y están siempre en función de otras cosas de la vida, las apps son lo último que toman y por más que quieran, nunca va a ser una prioridad usarlas en el día a día”.

Pareja en una cita
Contexto | Canva

Hay que tener paciencia

Macarena tiene una amiga que hace 15 años le dice la misma frase, “Maca, yo estoy segura de que el amor va a llegar para ti”, una frase llena de buenas intenciones, sin embargo no muy real para ella.

“Hay que tener paciencia en esta época”, confiesa, porque las apps de cita muestran lo mejor de uno, sin embargo, eso no siempre es lo mejor para el otro.

“Pensaba que con los años el mundo había evolucionado, sin embargo, algunos aún se ofenden cuando te ofreces a pagar la cuenta completa o prefieres irte sola a casa”, destacó.

Otra cosa que descubrió es lo peligroso que resulta decir que vives sola, no porque podrías encontrarte con un asesino, sino que más bien es porque tu casa se transforma en el lugar de las citas desde la primera vez que pisó el hogar.

“Es algo que varias chicas dicen en redes sociales, nunca digas que vives sola o jamás van a salir de ahí. Las citas ya no serán en un café, un bar u otro lugar, siempre querrán ir a tu casa”, mencionó.

Algo con lo que también lidió fue el ghosting después de salir con alguien. “Es lo más fome de las apps de citas, no sabes por qué desaparecen, dejan de hablarte y sí, muchas veces me pasé una tarde completa tratando de entender por qué”, expresó.

Mujer decepcionada
Contexto | Canva

Poner atención a los detalles

Algo que Macarena destaca es que con los años aprendió a poner atención a los detalles, porque una fotografía dice mucho más de lo que uno imagina.

“Lo que siempre veo son las manos, de inmediato puedes saber si alguien está casado o comprometido, los anillos no mienten y las marcas del sol tampoco”, destacó entre risas.

Para Macarena salir con alguien de una app de citas es un paso importante, por lo que se asegura de que no sea un “funado” o alguien que no es.

“Una vez conversé mucho tiempo con alguien que nunca quiso revelar mucho sobre él, ni en qué trabajaba o dónde vivía, sin embargo, sólo bastó con que me mandara un link de Instagram, era un video y con eso, averigüé todo”, confesó.

En la cuenta de Instagram aparecía el nombre y la información pública disponible te puede llevar a averiguar el RUT, estado civil, profesiones, etc. “Dicen que más rápido se pilla a un mentiroso que a un ladrón y vaya que hay mentirosos en las apps de citas”, destaca.

Mujer detective
Contexto | Canva

Las citas pueden ser buenas y pueden ser ridículas

Macarena se lanzó al mundo de las apps de citas con expectativas moderadas, aunque siempre con curiosidad. Cuando describe sus citas, recuerda la primera, una que parecía prometedora: un hombre que encajaba perfectamente con su perfil ideal. Sin embargo, la conversación que en el chat fluía con chispa, en la vida real se sintió desabrida. Él amaba el sol, ella la lluvia, y cuando el cielo decidió regalarles la lluvia, ella encontró la excusa perfecta para huir corriendo a su auto con el pretexto de no mojarse, aunque confesó que en el fondo, no quería estar ahí. Después de ese día, unca más volvieron a hablar.

Aunque declara que sí tuvo una cita con potencial, la química era innegable y Macarena sintió que quizá podía ser él. Pero había un problema: “su extremismo político siempre me causó ruido, aunque siempre he podido hablar con personas de todos los lados, esta vez algo nunca encajó”.

Aun así, siguieron viéndose, hasta que él desapareció sin previo aviso. Tiempo después, regresó sin explicaciones, pero para entonces, Macarena ya había descubierto que estaba en otra app de citas y lo peor, sentía que venían las mariposas al estómago. Antes de que eso ocurriera, decidió cuidarse a sí misma y cerrar el capítulo con una conversación honesta. “Su respuesta fue un ‘está bien 🙂 fue un gusto’, ahí entendí que eso no iba a terminar bien”.

La joven señala que su última cita fue la más inesperada. Con aquel hombre no tenía nada en común, absolutamente nada, pero la conversación fluyó como nunca. No hubo romance, pero sí risas, historias y una nueva amistad. Macarena declara, “al final, las citas pueden ser un desastre o la manera más curiosa de encontrar a alguien especial, aunque no sea como uno esperaba“.

Con esta cita decidió que el mundo de conocer gente a través de internet ya no era tan entretenido como en sus 20 así que las cerró.

Los efectos del uso de las apps de citas

Aunque para Macarena, el uso de las apps de citas no la llevó a un gran cambio en su vida, la realidad no es la misma para todos.

Según explica Claudia Sandino, psicóloga especialista en Inteligencia Emocional, “estas aplicaciones se pueden tornar adictivas, estableciendo el usuario una relación poco saludable y dependiente con la aplicación”.

“El uso prolongado de aplicaciones de este tipo puede modificar la respuesta del cerebro. Los modelos neurobiológicos sugieren que el algoritmo de aprendizaje de recompensas está asociado con la dopamina”, expresa.

“La dopamina es un neurotransmisor que genera una sensación de placer y bienestar, cuando la persona recibe una recompensa por primera vez (en su forma de like o match en la aplicación de citas), la activación de neuronas dopaminérgicas aumenta en respuesta a la sensación placentera, activando el sistema de recompensa de dopamina. De esta manera, estas aplicaciones se pueden tornar adictivas, estableciendo el usuario una relación poco saludable y dependiente con la aplicación”, agrega.

En ese sentido, la psicóloga es clara al señalar que esto puede generar efectos negativos serios para la autoestima si no se recibe solicitud para conectarse o si las solicitudes del sujeto son rechazadas, pudiendo producir ansiedad y aumento en la inseguridad.

Claudia Sandino añade que también es “factible que estas aplicaciones afecten la forma de formar vínculos, generando expectativas poco realistas de otras personas a partir de juicios rápidos basados en información parcializada y/o distorsionada y/o superficial que no siempre coinciden con la realidad (fotos trucadas, descripciones simplificadas o adornadas), produciendo el consecuente dolor y desengaño, que puede en caso de ser algo reiterado, desembocar en un estado pesimista e incluso depresivo”.

Siempre es mejor la verdad

Algo que destaca Sandino del uso de las apps de citas es que aumentó la práctica del ghosting, un término que viene del inglés ghost (fantasma) que implica cortar toda la comunicación de forma abrupta e intempestiva, sin aviso alguno.

Si bien, no es una práctica nueva, el ghosting se hizo más común con la digitalización de las comunicaciones, esto porque es más fácil evitar conversaciones y/o relaciones incómodas simplemente bloqueando, explica la psicóloga Claudia Sandino.

Pero, ¿quiénes hacen ghosting?. “Se ha visto que existe una mayor tendencia a usar esta práctica en personalidades pasivo agresivas o en sujetos con dificultades comunicacionales o dificultades en sus habilidades para afrontar problemas y/o resolver conflictos por ende tenderán a evadirlos, también se puede dar en personalidades con una baja responsabilidad emocional o baja capacidad empática o con inseguridades (miedo al rechazo o problemas para establecer límites en forma saludable)”, explica la psicóloga.

Ahora, la psicóloga señala que los ghoster creen erróneamente que para el receptor, dejar de comunicarse, no resulta tan doloroso como recibir un mensaje de rechazo (y a ellos les resulta más cómodo hacerlo de este modo evitativo), sin embargo, investigaciones han demostrado que esto es errado para el receptor. “Es preferible una verdad por dura que sea a la incertidumbre infinita”, menciona.

Para la víctima del ghosting quedan preguntas sin responder, lo que genera dolor emocional producto del rechazo social que implica, suscita altas incertidumbres con respecto a en qué falló, en qué se equivocó o por qué no resultó ser suficiente, entre otros cuestionamientos.

¿Son malas las apps de citas?

Pareciera que todo lo que ocurre en torno a las apps de citas es malo, sin embargo, son situaciones circunstanciales si logras usarlas con responsabilidad.

Claudia Sandino explica que, “no se puede decir que estas aplicaciones sean negativas per se, pero sí se deben tener en cuenta los elementos señalados anteriormente. Se estima que al usarlas de manera equilibrada, con un trabajo de autoconocimiento emocional previo (habiéndome aclarado ‘quien soy yo realmente’ y qué requiero de una relación de pareja junto con qué soy capaz de dar a un otro), manteniendo expectativas maduras y realistas evitando las idealizaciones de ‘la pareja perfecta que se enamoró a primera vista"”

Y aclara, “entendiendo que las relaciones sanas requieren conocimiento del otro, tiempo y dedicación, siendo lo más honesto, transparente y veraz con respecto a mis características y necesidades y manteniendo en mente que tu valía y tu autoestima no se mide por la cantidad de likes que reunas, sino por la relación sana que tengas contigo mismo….entonces, estas aplicaciones te pueden servir”.

Así que si quieres descargarlas siempre es una buena opción para conocer gente, sin embargo, pon ojo a las “red flags” que se puedan levantar, los detalles y cómo te sientes usando las apps de citas.