Subir fotografías de menores de edad a redes sociales es una práctica que millones de padres realizan a diario. Desde estrellas como Madonna, Luis Fonsi o incluso Kim Kardashian, rostros locales como Diana Bolocco y Julián Elfenbein, o algunos de tus amigos (incluso tú), son un claro ejemplo de ello. Sin embargo, ¿te has puesto a pensar en los peligros de compartir fotos de bebés, niños y adolescentes en la red?
Tal como dice a BioBioChile Roberto Martínez, analista senior de seguridad en Kaspersky Lab, lo primero que debes considerar es que al subir una foto a redes sociales, pierdes de inmediato el control sobre ella.
“Nunca es seguro. Todo lo que se sube a Internet debería considerarse como ‘público’, a menos que se tenga esa información en servicios con características de seguridad, como cifrado”, dijo el experto.
Al respecto, Martínez detalla que la seguridad en redes sociales no es infalible y que, una vez “arriba”, las imágenes pueden caer en manos de cualquier persona, incluso de alguien con malas intenciones… lo que ya ha sucedido en múltiples ocasiones.
Es más, la Asociación de Internautas (AI) recuerda en su sitio que “aunque elimines a los pocos segundos dicha información, queda registrada en los servidores virtuales de dicha red y cualquiera que la haya visto, pudo haberla difundido o copiado”.
Los peligros de compartir fotos de tus hijos
Desde la falta de consentimiento del menor, hasta la edición malintencionada por terceros, existen múltiples razones que te harán pensar más de dos veces antes de publicar una foto de tu hijo o hija en Internet.
En el primer punto que ahonda la IA tiene relación con el consentimiento del menor de edad: al ser niños o infantes no tienen la capacidad de dimensionar de lo que significa ser grabados o fotografiados, y luego publicados, motivo por el que cuando quieres tomarles una imagen, algunos simplemente posan.
“Ante todo, ten siempre presente que debes respetar la intimidad de los menores de edad y que ellos quizás no quieran (ahora o en el futuro) que otros vean esos momentos que, aunque puedan ser divertidos, se circunscriben al seno de la familia o a círculos de amigos muy cercanos”, dice la asociación.
En la misma línea, Andrea Aguirre, psiquiatra infanto juvenil de la Clínica de la Universidad de Los Andes, dijo al portal de Economía y Negocios: “Se pueden sentir pasados a llevar si se comparte, sin su permiso, una foto con poca ropa o en posturas poco agraciadas. Esas cosas quedan para siempre y podrían sentirse avergonzados cuando crezcan”.
“En temas de cyberbullying (ciberacoso) es súper común que los niños ocupen una foto de otro compañero que sus padres publicaron de cuando tenía cinco o diez años”, dice Carolina Contreras, directora de la Fundación Pro Bon, al mismo portal.
“A los adultos les preocupa que los adolescentes se expongan en las redes, pero ellos no están tan atentos a lo que publican de la infancia de sus hijos”, asevera.
De la misma forma, los expertos invitan a realizar la reflexión: “¿Es realmente necesario compartir tantas fotos de tus hijos en redes sociales?”. Recuerda que las redes sociales tienen un sistema de almacenaje que, aunque borres las fotos, éstas continuarán dentro del sistema.
Morphing
Una de las prácticas más grave utilizadas por pederastas y cibernautas malintencionados es el morphing. El concepto en sí apunta a la edición de foto que monta una imagen sobre otra de forma armónica, por ejemplo, el rostro de una persona sobre el cuerpo de otra.
El experto en seguridad cibernética John Jairo Echeverry cuenta al portal colombiano El Espectador que estas personas usan las fotos del rostro del menor de edad, para fusionarla con una imagen pornográfica.
“Las fotos públicas son 100% susceptibles de copiar, manipular y editar. Con programas de dominio público, especializados en el manejo de imágenes y bajo la técnica morphing, pueden realizarse montajes perfectos, creando la ilusión de transformación”, advierte.
En tanto, una regla primordial es la de jamás compartir fotos de los menores desnudos (ni siquiera de bebés recién nacidos), pues aunque para ti luzca como una imagen inocente, estás exponiendo toda la intimidad del pequeño al juicio de Internet.
“Esas imágenes pueden caer en manos de redes de intercambio de pornografía infantil”, señalan desde la AI.
Según la revista académica JAMA, la mitad de las imágenes que comparten pedófilos en portales de este tipo son obtenidas desde redes sociales.
Ante cualquier instancia de mal uso de las fotos, Roberto Martínez recomienda a los padres reportar la situación. “Se debe reportar de inmediato con el proveedor del servicio y solicitar que bloquee y dé de baja el acceso a ese perfil de red social”, explica.
De la misma forma, si es el caso, recomienda presentar una denuncia formal ante las autoridades, con el fin de que se pueda realizar una investigación y se dé con los responsables.
Adolescentes y redes sociales
A pesar que las advertencias anteriores apuntan a la responsabilidad directa de los padres al compartir material fotográfico de sus hijos, los menores llegan a una edad en la que comienzan a publicar fotos por sí mismos.
Según un sondeo de la ONG Datos Protegidos, el 89% de los niños entre 9 y 13 años accede a Internet con sus propios dispositivos, lo que hace casi inevitable su ingreso a redes sociales. ¿Qué deben hacer los padres y madres?
El experto señala que es muy importante que los tutores se informen acerca de los alcances y riesgos de cada red social. “Sólo así podrán hablar con sus hijos antes de que ellos se integren al mundo de las redes sociales”, explica, y detalla que este acto de comunicación padres-hijos ayuda a reducir riesgos innecesarios.
“Los niños, preadolescentes y adolescentes son vulnerables a cierto tipo de amenazas, como ciberacoso o uso indebido de sus imágenes. Es importante educarlos para que sean responsables en su vida digital”, añade, y recuerda que también pueden ser víctimas de morphing.
Tomando como premisa que es inevitable que los jóvenes se adhieran a las redes sociales, es importante establecer una edad adecuada para que los padres permitan su acceso.
“Algunos expertos recomiendan que sea a partir de los 14 años, pero puede depender de muchos otros factores, como las leyes vigentes en cada país o el nivel de madurez del menor de edad”, opina el analista de Kaspersky Lab.
“El menor, y su padres, deben estar totalmente conscientes de lo que implica tener una vida digital y sus riesgos”, acota.
En el portal de la Asociación de Internautas destacan otros puntos importantes que puedes tener en cuenta si, a pesar de todo, insistes es compartir fotos de tus hijos:
1. Si quieres compartir sus fotos con tus familiares, mejor usa el e-mail.
2. Cambia la privacidad de tus redes sociales para que sólo puedan verlas tus amigos. Jamás las compartas en modo “Público”.
3. No entregues datos del menor de edad, como su nombre (ni apellido), ubicación, colegio, dirección, etc. Considera que a veces compartir una foto del niño usando el uniforme de su colegio, puede ser un dato perfecto para personas malintencionadas.
4. Pide permiso a los padres si vas a publicar fotos de niños que no sean tus hijos.
5. Si es posible, mejor usa filtros para cubrir el rostro del menor.