Migrar no es un concepto exclusivo de ciudadanos nacidos en países en extrema crisis. La travesía se origina, también, desde naciones que se repusieron contra todos los pronósticos, pese a su pasado de dictadura, desapariciones, corrupción, guerras, etc.
De Chile, emigró Nelson Ojeda hace 15 años. Su historia es apagar incendios desde su tierra natal. Eso, lo llevó a continuar ayudando a combatir las llamas en su país de acogida.
Se asentó en Tulsa, Oklahoma, hace casi dos décadas. Desde entonces, ha sido uno de los uniformados con mayor gallardía, incluso exportada a otros estados de la Unión Americana donde el fuego hace de las suyas.
Ojeda fue entrevistado recientemente en Tulsa World, un medio local, que cuenta su historia, en momentos en que las llamas están incontenibles en Oregon.
Se informó que, a la fecha, en el centro sur de ese estado, se batalla contra el incendio más grande en Estados Unidos en lo que va del año. Habían pasado dos semanas, y las incontrolables llamas ya habían destruido 400.000 acres de bosques, el cual inició tras caer un rayo.
Sin embargo, 2.000 personas se apostaron en la zona del siniestro. Una de ellas es el chileno de esta historia, Nelson Ojeda.
De inmigrante a bombero de exportación
“Un médico de línea de fuego”, así describe Tulsa World la labor de Ojeda desde la primera línea de combate al colosal incendio de Bootleg, Oregon.
Y es que, capacitado por el servicio de Departamento de Silvicultura de Oklahoma, este chileno se dedica, además de combatir las llamas, a prestar atención médica a sus compañeros bomberos que resultan lesionados o afectados por el fuego abrasador. Es paramédico capacitado en esa área.
Dado su experticia, el gobierno de Oklahoma lo envió a Oregon a prestar sus servicios. Su experiencia como bombero en Chile, lo hace aún más apto para la titánica labor, aunque reconoció que si bien algunos de los incendios a los que se enfrentó en Chile se encontraban en condiciones similares a las del Bootleg Fire, ninguno fue tan grande o extremo.
No obstante, a este bombero de Tulsa, su ciudad en Oklahoma desde que decidió migrar a EEUU, le resulta importante el hecho de que los inmigrantes ganen terreno laboral, aunque deban arrebatárselo a las llamas .
“Puede haber un estigma de que los inmigrantes trabajen en la construcción o en trabajos con salarios más bajos. Pero, me quedé muy impresionado y orgulloso cuando supe que un gran porcentaje de los bomberos aquí son latinos porque, uno, están combatiendo uno de los incendios más grandes en la historia de Estados Unidos y dos, están teniendo un gran impacto en ayudar al gobierno federal y agencias locales que combaten el fuego”.
Se trata de una apreciación optimista que por momentos se desliga del peligro que eso conlleva. No obstante, la vocación de un bombero, parece ser la misma en el sur que en el norte de América. Eso lo ha dejado claro este chileno.
Bombero, paramédico y traductor: Ojeda en enlace bilingüe
Estando en la línea primera de fuego, Ojeda supo que no era el único latino en la zona de combate a las llamas.
Los inmigrantes que fueron llamados, como él, a combatir el incendio, le hicieron sentir orgullo de lo que esta comunidad representa en su país de recepción. Hispanos ayudando a salvar a estadounidenses, según se lo dijo al citado medio local.
“Muchos de los latinos que trabajan en el fuego son traídos de empresas privadas para ayudar en incendios”, aseguró Ojeda.
Sin embargo, hay una barrera desde la que combatir no solo al incendio. La del idioma también requiere una estrategia, a la hora de comunicar las líneas de acción en medio de semejante emergencia.
Es ahí donde entra en juego otra faceta de Nelson Ojeda. Ha fungido, además, como traductor de compañeros bomberos, que proceden de países como México, Honduras y Guatemala. Algunos de ellos tienen su misma historia: han apagado voraces incendios en sus terruños, pero se enfrentan a la barrera del idioma.
Por lo anterior, Ojeda fue designado, además de médico de primera línea para sus compañeros, como el portavoz de las instrucciones a sus compañeros latinos. Días después, vino otra responsabilidad: como oficial de información pública bilingüe. Medios como Telemundo han conocido detalles del siniestro y de cómo se combate, por medio de Ojeda.
En total, 500 bomberos hispanos batallan contra las llamas.
Lo multicultural, no obstante, se ha vuelto un frente común que combate a las llamas, según este bombero chileno.
“Mi supervisor de división era de Georgia y el líder del grupo de trabajo era de Kansas”, dijo Ojeda. “Yo era paramédico de Oklahoma y teníamos la tripulación con inmigrantes de México, Honduras y Guatemala. Fue muy diverso y todos trabajan con el mismo propósito. Fue muy gratificante verlo”.
Afortunadamente, en medio de esta contingencia, no hay pérdidas humanas que lamentar (al cierre de esta nota), entre bomberos y voluntarios en el incendio de Oregon.
“Solo tuvimos heridas leves por el incendio, lo cual es impresionante para el tamaño del incendio y las condiciones. Por lo general, se pueden ver víctimas mortales o lesiones importantes. Para el tamaño del incendio, el historial de seguridad es extremadamente bueno”.
Ojeda ha emprendido su retorno a Oklahoma. Deja atrás una misión cumplida y lleva con él la satisfacción de ver a latinos comprometidos en salvar vidas, como lo hacían en sus países de origen.
Queda mucho trabajo por hacer en Bootleg. El Grupo Coordinador Nacional de Vida Silvestre, estima que el incendio, que comenzó el pasado 6 de julio, será extinguido hasta inicios de octubre.
Controlado sólo en un 53 por ciento, el llamado podría activarse para bomberos como Ojeda, hasta que las llaman cedan por completo.