Llegó el verano y con él nuestro deseo de adquirir ese preciado tono bronceado que nos hace ver -a veces- saludables y llenos de vida. Sin embargo, esos mismos rayos UV, incluso aunque usemos bloqueador, pueden afectar directamente el colágeno en nuestra piel, componente que nos ayuda a mantener la elasticidad del cutis y retrasar la aparición de las arrugas y líneas de expresión, entre otros beneficios.

Cerca de un 30% de las proteínas que contiene nuestro cuerpo corresponden a colágeno, componente estructural de todo tejido conectivo -incluyendo la piel, vasos sanguíneos, ojos, pelo, uñas y encías- que además da fuerza a tendones, ligamentos, músculos y huesos. Existen, adicionalmente, ciertas evidencias, aún en estudio, de que el colágeno ayudaría a promover el aumento muscular y a regular el peso corporal.

Esta proteína, sin embargo, es frágil: la edad, la exposición al sol y a los rayos UV, el paso del tiempo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y las dietas altas en azúcar, hacen que su producción disminuya significativamente; como consecuencia, la piel y cartílagos se adelgazan y aparecen las arrugas y los dolores articulares, entre otras molestias.

La dieta como aliada en la producción de colágeno

Una forma de reforzar el nivel de colágeno en el organismo es a través de la alimentación, según explica la nutricionista de la Universidad de Chile, Edith Otero.

“Existen tres aminoácidos importantes para la síntesis de colágeno; la prolina, glicina y lisina, que son elaborados por el cuerpo normalmente; sin embargo, la edad, la enfermedad y el estrés, pueden afectar su producción. En estos casos es necesario incrementar en la dieta el consumo de alimentos ricos en colágeno o de otros que no lo contengan necesariamente, pero que estimulen su generación”, afirma.

Una dieta rica en proteínas y de alimentos que contribuyan en su formación son muy recomendables. “En este sentido un muy buen aporte lo brinda el huevo, porque no solo contiene grandes cantidades de prolina, que estimula la producción de colágeno, sino que además tiene colágeno en sí mismo, tanto en las membranas de la cáscara, como en la yema”, indica la experta.

Pexels (cc)

El consumo de colágeno del huevo, ya sea directamente a través del alimento mismo o de suplementos preparados con su cáscara -cada vez más comunes- tiene varios efectos beneficiosos sobre la salud. En primer lugar, ayuda a tratar algunos trastornos de tejidos conectivos como tendones y ligamentos, al proporcionar las fibras que los componen; mejora la calidad de la piel, protegiéndola de la exposición al sol y la pérdida de humedad y ayudando en la reducción de arrugas o líneas de expresión.

Adicionalmente, en 2015 The Journal of Medicinal Food analizó el efecto de consumir colágeno de la membrana de huevo hidrolizado soluble en agua, sobre la función articular, en un grupo de personas con dolor crónico, observándose mejoras en sus rangos de movimiento; otros estudios han mostrado evidencia de reducir el dolor artrítico y la rigidez de las articulaciones como resultado de la osteoartritis de la rodilla.

Finalmente, la prolina y glicina presentes en el colágeno del huevo ayudan a reconstruir el tejido del tracto digestivo, evitando que pequeñas partículas de alimento y bacterias pasen desde el intestino a la sangre, provocando inflamaciones.

Mascarillas caseras

Otra forma de aprovechar el colágeno presente en el huevo es a través de mascarillas caseras para el cuidado del rostro y cuello.

Existe una amplia variedad de ellas, que utilizan la cáscara (incluyendo sus membranas) y la yema -las partes del huevo que contienen el colágeno- para tratamientos de belleza. También existen en el mercado cápsulas de membranas de cáscara de huevo para mejorar la calidad de la piel y cartílagos.