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(Artículo 04 del Código Procesal Penal)
Para poder ‘sobrevivir’ al invierno en muchas ciudades, en especial hacia el sur del país, es necesario tener calefacción regular en nuestros hogares y también en las oficinas, los dos lugares donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.
El problema es que algunas veces se puede exagerar con la misma y, como es conocido, todo en exceso puede hacer mal.
En el caso de la calefacción, usar demasiada por períodos largos de tiempo no sólo puede subir la temperatura, sino que también disminuye la humedad en el ambiente.
Dichos factores pueden resecar la garganta, debido a que afectan su membrana mucosa, ocasionando eventualmente molestias, de acuerdo a la revista estadounidense Health.
Por eso es que, por ejemplo, puedes sentir la garganta irritada cuando te levantas, después de dormir toda la noche con la estufa y/o calientacamas encendidos.
Así lo explicó la médico Kathleen Tibbetts a Health, donde detalló que “muchas veces en los meses de invierno, uno deja el calefactor encendido y está respirando aire seco toda la noche”.
Una solución a eso, aparte de no usar estufa o calientacamas en exceso, es utilizar un humidificador en la habitación durante la noche, que evitará que el aire se seque y no disminuye la temperatura.
Otra medida que se puede implementar es calentar agua y dejarla en un tiesto, para que libere vapor tibio en el ambiente e incremente la humedad.
También advirtió que el aire acondicionado, que se usa especialmente en verano, puede provocar el mismo efecto de sequedad que la calefacción.
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