Cada vez son más los jóvenes que ven en la cirugía plástica una solución rápida y eficiente para mejorar su aspecto físico.
Si bien estás intervenciones surgieron por la necesidad de las personas de épocas más antiguas para tratar de mitigar heridas y defectos ocasionados por otros o por la naturaleza misma en el cuerpo humano, con el paso de los años, disimular arrugas en el rostro, respingar la nariz y el aumento mamario se volvieron las cirugías más recurrentes en personas adultas.
En esta misma línea, cada vez son más los jóvenes entre 18 y 32 años (millennials) los que buscan mejorar su apariencia física y que ésta tenga un aspecto natural.
Al respecto, el médico Juan Pablo Cisternas, cirujano plástico de Clínica Universidad de los Andes, señala que “las características de las nuevas generaciones nos han obligado a tomar en consideración otras necesidades a la hora de planificar una cirugía estética. Hoy en día estos pacientes están más preocupados por los tiempos de recuperación, retorno laboral y retorno a actividades deportivas” .
Según expertos, las cirugías con fines estéticos se triplicaron en los últimos 10 años en Chile. Lo que en un inicio era considerado un privilegio por sus altos costos, actualmente es un procedimiento que se ha masificado, sobre todo, en los jóvenes.
Según data la Sociedad de Cirugía Plástica de Chile, las intervenciones más utilizadas por personas entre 20 y 35 años son la liposucción, la rinoplastía y el implante mamario, en ese orden respectivamente.
Respecto a la brecha de uso de cirugías entre hombres y mujeres, el experto en cirugía plástica señala que “siempre ha sido ampliamente superior las intervenciones de cirugías estéticas en mujeres, aún sigue siéndolo, pero la brecha es cada vez más corta”.
La intervención más común en hombres jóvenes es la liposucción de la región pectoral (mamilar), en abdomen y cintura. Mientras que en las mujeres es mayoritariamente utilizado en el abdomen y la cintura.
Recomendaciones y “Triángulo de Seguridad”
Parece fácil tomar la decisión de someterse a una cirugía plástica, sin embargo, hay múltiples factores que inciden antes de tomar un buena decisión.
“La invasividad es un término relativo, se relaciona con la agresividad necesaria para ejecutarla, como por ejemplo: necesidad de anestesia general, cuánta manipulación de tejidos, cuánta repercusión sistémica se genera por el estrés del procedimiento, necesidad de hospitalización, y también se mide por las secuelas que genera, como la cantidad de cicatrices”, señala el doctor Cisternas.
Ciertamente la lipoaspiración es la cirugía más común en Chile y en el mundo en toda época del año, pero últimamente ha ido en aumento significativo la presencia de procedimientos no invasivos -como bótox y rellenos faciales- tanto así que en Estados Unidos en el último año, estos procedimientos “no invasivos” superaron en frecuencia a las cirugías.
Generalmente se habla de procedimientos mínimamente invasivos a aquellos que no requieren de pabellón, y se pueden realizar en salas de procedimiento.
El médico señala que una importante recomendación para sus pacientes es considerar -antes de una intervención de cirugía plástica- el llamado “Triángulo de seguridad”, que consiste en: un procedimiento correcto, cirujano acreditado y centro médico de complejidad apropiada.
“Es muy importante revisar quién va a ejecutar el procedimiento, comprobar que tenga certificaciones idóneas para el procedimiento; revisar alternativas, preguntar por riesgos y complicaciones de cada procedimiento. Y por último balancear beneficios y riesgos”, finaliza el especialista.