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¿Erea feliz? ¿Te gustaría serlo aún más? Un investigador chileno entregó cinco recomendaciones de hábitos diarios que te podrían ayudar a tener una vida un poco más alegre, respaldados por la ciencia.

Se trata del académico Omar Pérez de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, quien se refiere a estos hábitos que se pueden incorporar a la vida diaria, ya que, por muy pequeños que parezcan, pueden tener un impacto importante, sobre todo frente a los casos y noticias trágicas que vemos todos los días.

Pero antes de entrar en detalle, hay que mencionar que cada 20 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Felicidad, y en este sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas señala que la felicidad es una meta humana fundamental.

Respecto a este día, pide un “enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado del crecimiento económico que promueva la felicidad y el bienestar de todos los pueblos”.

Los cinco hábitos que se pueden incorporar, según Omar Gómez, son los siguientes:

Contextos y señales para la felicidad

Los hábitos se forman cuando ciertos contextos los refuerzan automáticamente. Según el investigador, un estudio mostró que la ubicación del alcohol gel en un hospital aumentó su uso. Aplicado a la felicidad, pequeños cambios, como dejar notas cariñosas o programar llamadas a amigos, pueden generar hábitos positivos. En el trabajo, saludar o compartir un café a diario fortalece relaciones.

Comprometerse con experiencias sobre bienes materiales

Las experiencias generan más felicidad que los objetos. Los “dispositivos de compromiso”, como comprar pasajes con anticipación o ahorrar para vacaciones, ayudan a priorizar experiencias. Comprometerse con amigos para reunirse regularmente también refuerza la satisfacción personal.

Visualización negativa para valorar lo que se tiene

Las personas se acostumbran rápido a lo bueno, reduciendo su impacto en la felicidad. La “visualización negativa”, imaginar una vida sin los bienes actuales, fomenta la gratitud y el aprecio por lo que ya se tiene, ayudando a disfrutar más las pequeñas cosas y las relaciones personales.

Reinterpretar pérdidas para evitar el arrepentimiento

La “aversión a la pérdida” genera más malestar que la alegría de ganar. Replantear las pérdidas como aprendizaje en lugar de fracasos reduce el estrés y mejora la satisfacción. En la vida social, perderse un evento puede verse como una oportunidad para descansar y fortalecer otros vínculos.

Las interacciones sociales como recompensa natural

El cerebro percibe las interacciones sociales como una recompensa, similar a la comida. Estudios en ratas muestran que priorizan la compañía sobre otros estímulos. En humanos, compartir momentos cara a cara, como videollamadas o actividades en grupo, fortalece vínculos y genera felicidad duradera.