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Especialistas entregan consejos para manejar la frustración de los niños ante las expectativas de regalos navideños. Las psicólogas Valeria Retamal y Javiera Aguirre sugieren moderar las expectativas desde la redacción de la carta al \'Viejito Pascuero\', validando las emociones y transmitiendo el verdadero sentido de la Navidad. Además, proponen trabajar con el niño sobre quién trae los regalos, fomentando la empatía y conteniendo emocionalmente en caso de que el regalo deseado no llegue. Recomiendan escribir una carta de reclamo al \'Viejito Pascuero\' si persiste la frustración, y advierten sobre no condicionar el buen comportamiento al recibir regalos.

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Psicólogas entregan consejos para que los padres puedan manejar la frustración de sus hijos ante las expectativas de los regalos de Navidad.

Mientras más se acerca la esperada fecha de Navidad, también más crecen las expectativas de los niños sobre los regalos que el ‘Viejito Pascuero’ traerá.

Pero, ¿qué hacemos si no es posible cumplir con algunas de sus peticiones? ¿Cómo debemos reaccionar a la frustración del menor por no ver el regalo que quería?

Aquellas preguntas las responden las especialistas, Valeria Retamal y Javiera Aguirre, ambas psicólogas infantojuveniles de Clínica Las Condes y quienes entregan consejos para manejar la situación.

Los padres deben moderar las expectativas de regalos de Navidad

Las expertas hacen alusión en que la frustración es una emoción, y como tal, no se debe anular, sino validar y gestionar.

La mayoría de los niños tiene la fantasía de que cualquier cosa que le pida al ‘Viejito Pascuero’, se la va a traer… Pero, no siempre es posible cumplir con sus deseos.

Por lo anterior, las especialistas dicen que se debe moderar las expectativas desde mucho antes, por ejemplo, cuando los niños escriben la carta a ‘Santa’.

Niños escribiendo cartas a Santa
Contexto Pexels

“Si el papá o la mamá acompañan al niño cuando está redactando la carta y le dicen que tiene que darle opciones al ‘Viejito’, porque no le puede traer todo lo que pida, se va guiando al niño sin invalidar sus deseos, sino aterrizándolos a lo que realmente se puede cumplir”, dice Aguirre.

Asimismo, en el momento de pedirle regalos al ‘Viejito Pascuero’, es posible que los propios padres vayan haciéndole preguntas al niño, como: ¿Qué te gustaría hacer con ese regalo? ¿Crees que nos va a entregar tiempo de calidad en familia? ¿Lo vas a compartir con tus hermanos/amigos? ¿Cómo piensas jugar con ellos?

Con sus propias respuestas, el niño puede entender que, quizás, lo que estaba pensando no se ajusta a lo que realmente quiere, aseguran.

Ir aclarando con el paso de los años quien trae los regalos de Navidad

Por otro lado, las psicólogas proponen ir trabajando con el menor, a lo largo de los años, de quien es esta figura que trae regalos para Navidad.

“Es recomendable decirle al niño que el ‘Viejito Pascuero’ trae un solo regalo para cada uno y, lo demás, es porque la familia también quiere entregar algo, y así se va preparando al menor para el momento en que deje de creer”, dice Retamal.

En ese momento, el menor verá que “existió, de parte de su familia, una intención de hacer algo especial y, aunque el ‘Viejito’ ya no esté, la mayor parte del rito se mantiene intacto”, complementa.

Regalos de Navidad
Contexto Freepik

Desde el punto de vista del desarrollo del niño, moderar las expectativas para esta fecha contribuye también a trabajar otro aspecto clave para la vida en sociedad.

Según plantea la psicóloga Javiera Aguirre, “uno le puede explicar al niño que el ‘Viejito Pascuero’ está para todos los niños del mundo, por ende, no puede gastar tanto en un solo niño y, de esta forma, ayudamos también a trabajar la empatía”, asegura.

Entonces, se debe anticipar al niño, moderando sus expectativas y acompañando sus deseos y emociones, sin invalidarlos, y transmitiéndole el verdadero sentido de la Navidad.

¿Qué hacer cuando no existió una conversación previa con el niño y no llegó el regalo?

Las especialistas afirman que si no existió un trabajo previo con el menor o simplemente el regalo no llegó por muchos motivos, también existe una solución: contenerlo emocionalmente.

Aquello consiste en validar lo que el niño siente, con frases como “te entiendo, yo también me sentiría así” o “yo también tengo pena, me hubiera gustado que ese regalo llegara”.

“Siempre la contención se hace a través de la validación, es decir, haciendo que el niño sienta que está bien sentirse así”, dice Aguirre.

“No hay que esperar que la emoción (disgusto, la rabia o la pena), no exista o que se corte rápidamente esa emoción, sino acompañarla. Esto puede durar un rato y los padres tienen que acompañar al niño, explicarle, estar con él”, añade. 

Además, la psicóloga Retamal plantea que “junto con validar esa frustración y permitir que la exprese, el acompañamiento también puede significar ir transmitiéndole al niño lo bueno que sí ocurrió, las cosas entretenidas que pueden hacer con los regalos que sí recibió y así ir gestionando esa rabia o pena para que vaya disminuyendo”, menciona.

Carta de reclamo

En caso de que los consejos anteriores no tengan una buena recepción por parte del niño, un consejo práctico que entregan las psicólogas es escribirle una queja al mismo ‘Viejito Pascuero’.

“Si ya no se puede gestionar la rabia o frustración del niño por el regalo que no llegó, una buena idea es aliarse con él en esa emoción y, como los dos estamos enojados, ‘escribamos una carta de reclamo al ‘Viejito Pascuero’, porque no cumplió y así canalizamos nuestro malestar en esta carta y la enviamos al Polo Norte’”, propone Aguirre.

Niña frustrada
Contexto Freepik

Al respecto, la psicóloga Retamal dice que, con ello, “de la misma forma en que el niño materializó su anhelo a través de una carta, luego puede materializar su enojo a través de este reclamo, lo que nos permite validar lo que él siente y generar la sensación de que su rabia o pena no queda en la casa, sino que va a trascender”, menciona.

Como último consejo, Valeria Retamal es enfática: “Nunca se debe condicionar la llegada de un regalo al buen comportamiento, porque si el niño percibe que se portó bien y, así y todo, el regalo no llegó, las consecuencias pueden ser peores”, complementa.