Para mantener un correcto descanso e higiene, es aconsejable lavar de forma periódica las sábanas que usas para dormir. En la ropa de cama pueden presentarse diferentes tipos de agentes patógenos o suciedades que con el paso del tiempo podrían provocar enfermedades.
La hora de dormir es una de las más esperadas luego de una larga jornada de actividades. Durante las ocho horas que una persona acostumbra dormir, el cuerpo recupera energías, previene enfermedades y mejora la salud. Sin embargo, hay ciertos peligros que pueden estar relacionados con la higiene de tu cama, específicamente en las sábanas.
Como toda prenda de vestir, la ropa de cama tiene que lavarse de manera frecuente dado la alta cantidad de residuos que pueden estar en contacto con tu piel, tales como células muertas, hongos, material fecal o incluso restos de comida.
La Dra. Oma N. Agbai, dermatóloga y profesora clínica asistente en la Facultad de Medicina Davis de la Universidad de California (Estados Unidos), afirmó a la revista Women’s Health que “las células de la piel que se desprenden de su cuerpo a diario, y se depositan en sus sábanas, pueden generar el crecimiento de ciertas bacterias y ciertos ácaros”.
No renovar de manera periódica tus sabanas, colchas y otros elementos que usas en tu cama, puede transformarse en un foco de infección que podría afectar la salud.
Algunos gérmenes que crecen en este lugar están relacionados con la aparición de enfermedades cutáneas- sobre todo en personas con acné-, afectar heridas en proceso de curación y tener un impacto en la respiración, principalmente en pacientes con asma.
¿Cada cuánto se deben cambiar las sábanas?
Cambiar de forma periódica la ropa de cama puede ayudar significativamente a mantener una correcta rutina de higiene, mejorar la calidad de sueño, evitar olores y suciedad. La regularidad con la que tienes que hacerlo dependerá de la cantidad de veces con que las utilices.
En este sentido, Gabriel Noriega, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Británico (Argentina), explicó al periódico argentino Clarín que “se recomienda el lavado de sábanas una vez por semana. En los casos en donde no se use la cama en manera diaria, esta frecuencia se puede prolongar a dos semanas”.
Con este punto coincide el Dr. Philip Tierno Jr., director de microbiología clínica e inmunología en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), quien comparte la idea de lavar como mínimo una vez a la semana la ropa de cama, ya que cada vez que te vas a dormir, esta se llena de pelos, células muertas, suciedad y otras sustancias que solo se quitan con el lavado.
Este hábito de higiene se tiene que mantener durante todo el año para prevenir la acumulación de gérmenes, sobre todo en las épocas que se cambia de estación. Asimismo, resultará beneficioso para el descanso nocturno, ya que proporcionará un mayor confort al dormir.
Pero no basta con mantener limpias tus sábanas, también tienes que complementar esta rutina de limpieza en aquellos elementos que usas a diario como toallas de baño, alfombras, almohadas, cortinas y trapos de cocina, puesto que acumulan suciedad y pueden convertirse en un foco de infección dentro de tu hogar.
Asimismo, es necesario mantener una higiene personal adecuada; esto incluye bañarse al menos día por medio, lavar el pijama que utilizas para dormir, no acumular basura en tu habitación y evitar comer alimentos sobre la cama.