El mundo del espectáculo sabe de muchas tenebrosas historias de acosadores, algunas incluso con fatales resultados, pero muy pocos conocen lo que le ocurrió a la cantante islandesa Björk, quién logró esquivar el macabro plan de un fanático enfermizo.
Muchas veces la fama puede traer beneficios para la carrera de los artistas, como mayor interés por sus proyectos o tener fanáticos que los apoyan asistiendo a sus conciertos, comprando sus discos o reproduciendo en las plataformas digitales. Pero también está la otra cara de la moneda, cuando los fanáticos se obsesionan con ellos, llegando a ser enfermizo.
Conocidas son las historias de artistas como John Lennon o Selena Quintanilla, quienes fueron asesinados a manos de fans obsesionados. Aunque siguen existiendo varias historias tras estas obsesiones en la actualidad, existe una historia que casi marca la carrera de la cantante islandesa Björk.
Con el aumento de su popularidad -durante la época de los años 90- junto a la banda donde fue vocalista, “The Sugarcubes”, comenzó su carrera como una de las artistas más innovadoras dentro de su género. Esto llevó su carrera a otros niveles, donde un joven uruguayo inició una obsesión enfermiza por la cantante.
Detrás de los pasos de Björk
En junio 1993, Björk estrenó su primer disco como solista, Debut, acaparando la atención de todos los medios especializados en música, quienes conocían su voz luego de la separación de su banda. Sus canciones como Venus As a Boy o Human Behavior comenzaron a aparecer en programas de MTV.
Allí, un joven uruguayo nacionalizado estadounidense llamado Ricardo López, comenzó a obsesionarse con la artista islandesa, principalmente por lo llamativo de su música, diferente a lo popular de esa época. Además, la voz angelical y la imagen física de la cantante, trastocó la percepción de López por Björk.
López comentó a un amigo y a su hermano su obsesión, quienes lo encontraron extraño, ya que en sí el joven era más bien retraído y no podía generar conexión con las mujeres.
La vida de Ricardo López
Ricardo López nació en Montevideo, Uruguay, un 14 de enero de 1975, pero su familia decidió mudarse a vivir a la ciudad de Lawrenceville, Georgia, en Estados Unidos. Sus conocidos decían que era una persona amigable e introvertida, además tenía una buena relación con su familia.
López se llevaba bien con su entorno, pero se desconocía si tenía amigos cercanos o su relación con mujeres, ya que su autoestima se vio afectada a temprana edad al padecer ginecomastia, una enfermedad genética que provoca un aumento en el tejido mamario masculino.
Durante su juventud, López presentó interés en el arte, por lo que abandonó su enseñanza secundaria para buscar su carrera como artista. Pero debido a sus pensamientos de inferioridad y su miedo de no quedar en la escuela de arte, se rindió y comenzó a trabajar junto con su hermano en la empresa de control de plagas del este de Florida.
La obsesión por Björk
Cuando comenzó a tener ingresos, trabajando con su hermano en 1993, Ricardo decidió ir a vivir solo. Esto generó un distanciamiento social de él con el exterior, buscando refugio en el mundo de las celebridades, tanto actores, estrellas del espectáculo y músicos, centrando su interés en la cantante islandesa Björk. Así comenzó a enviarle cartas como un fan y a consumir todo el material posible de la artista.
En ella encontró el nacimiento de su obsesión, comenzando a escribir un diario sobre sus debilidades, frustraciones, odio y su amor insano, siendo la artista el centro de sus pensamientos. El diario muestra cómo sus pensamientos de fantasía comienzan a consumirlo, dejando la realidad de su vida.
En 1996, Björk comenzó una relación sentimental con el músico Goldie, generando el punto de quiebre en Ricardo López. Al momento de enterarse de la noticia, López demostró su enojo a través de una grabación en video, además de escribir en su diario: “Acabo de tener un plan deliciosamente sádico para Björk”.
La idea de la carta bomba
Frente a la cámara, López comenzó a planear una carta bomba para afectar la vida de Björk. Al principio, utilizó ácido hidroclórico, pero lo cambió por ácido sulfúrico. Incluso, dejó registros en que mostraba su creación y la prueba de la bomba, que consistía en un libro perforado con los ingredientes para generar explosión de ácido a quién lo abriera.
Luego de conseguirse la dirección de la residencia de Björk en Londres, donde estaba grabando su tercer disco, López armó un paquete con la bomba, junto a una carta y un sobre con los logos de Elektra Records, el sello discográfico de la cantante. Luego de dejar la bomba en la oficina de correos, López volvió a su hogar para grabar la última parte de su obsesión.
Al llegar a su hogar, el joven se rapó su cabeza, se pintó su cara con tonos verdes y rojos, además de desnudarse, como lo hacía en la mayoría de sus videos.
Todo llega a su fin
El 12 de septiembre de 1996, Ricardo comenzó a grabar su último video titulado “The Last Day”, donde el joven se veía nervioso y en pánico tras enviar el paquete. Allí mostraba diversos materiales: un espejo, un lienzo de fondo colgado que decía “The Best of Me” y una pistola de calibre 8. Además, de fondo tenía en reproducción la canción “I Remember You” de Björk.
“Me siento un poco nervioso ahora. Definitivamente no estoy borracho. No estoy deprimido. Sé exactamente lo que estoy haciendo”, dijo López a la cámara que filmaba sus últimos minutos de vida.
Al finalizar la canción dijo: “Esto es por ti“, directo a la cámara, para luego jalar el gatillo de la pistola que colocó dentro de su paladar, cayendo al suelo y saliendo del rango de la cámara.
Su cuerpo fue encontrado a 4 días del suicidio y la cinta en la cámara que tenía todo el material sobre su deceso y el plan contra Björk, sacando en cuenta que el paquete ya había sido despachado, dejándoles un día para interceptarlo. Finalmente, lograron rastrear el paquete gracias al trabajo de la policía británica, encontrando la bomba en una oficina postal en el sur de Londres.
Una eterna obsesión
Tras la publicación del caso en los medios, Björk fue entrevistada fuera de su residencia en Londres. “Hago música, pero en otros términos, la gente no debería tomarme demasiado literalmente e involucrarse en mi vida personal. Hago música para la gente”, dijo la cantante islandesa a la prensa. También la cantante envió sus sinceras condolencias a la familia de López.
La bomba no llegó a destino y su plan afortunadamente fracasó. Tras la investigación del caso, se incautó un diario que tenía más de 803 páginas, donde en 408 era mencionada la cantante, según la investigación de Louis Schlesinger “Celebrity Stalking, Homicide, and Suicide A Psychological Autopsy“, además de varios videos donde Ricardo López registro su camino a una total obsesión.