Era 1944 y las esperanzas del mundo estaban centradas en lo que podían hacer los ejércitos ruso y estadounidense, los cuales habían irrumpido en Europa Central y avanzaban a paso firme hacia Berlín, capital de Alemania y ciudad ícono del Nacionalsocialismo.

Por ese entonces, los norteamericanos se habían abierto paso por Normandía (Francia) y el ejército rojo llegaba hasta el país germano por medio de la zona este.

Por ese año ya se preveía que la próxima gran batalla tendría a Berlín como frente principal, por lo que Hitler y sus generales ordenaron a sus hombres retirarse de los frentes en el exterior y centrar toda su artillería y poder militar en la capital.

En ese tiempo, las denominadas Juventudes Hitlerianas alcanzaban un número de cerca de 2 millones de personas, todas de entre 12 y 18 años de edad, quienes habían jurado lealtad a Hitler antes de que comenzara la guerra.

Ya a fines de 1945, de acuerdo al libro Berlín: La Caída, desde Alemania no se veía favorable el desenlace de la guerra, por lo que desde las esferas más altas de poder se ideó un plan de sabotaje que, a priori, resultaba devastador.

Werwolf | Wikimedia Commons
Werwolf | Wikimedia Commons

Fue en octubre de ese año cuando el integrante de las SS Hans Prützmann decidió crear un grupo de niños que fuera capaz de combatir de igual a igual contra los rusos en Berlín: La Werwolf (hombres lobo en alemán).

Este grupo tenía como objetivo ser la última esperanza de Alemania para contener a los rusos durante la batalla de Berlín, para lo que fueron entrenados por meses por las SS en técnicas de guerra aprendidas en Moscú y Ucrania.

No obstante, la situación generó curiosidad y repudio entre las fuerzas aliadas, ya que los integrantes de las Werwolf eran pequeños de entre 12 y 14 años, que tenían nula experiencia en combate.

De acuerdo al medio español ABC, el entrenamiento de estos niños consistió en saber manejar granadas, francotiradores de alcance medio y armas para derribar aviones, que no se comparaban con la artillería rusa.

Para el historiador Antony Beevor, las técnicas de combate que le fueron enseñadas a los niños resultaron inútiles cuando tuvieron que usarlas en combate. La razón era obvia, ellos no tenían experiencia manejando explosivos.

Juventudes Hitlerianas | Wikmedia Commons
Juventudes Hitlerianas | Wikmedia Commons

“Los programas de instrucción incluían técnicas de sabotaje con latas de sopa de rabo de buey Heinz que hacían explotar con detonadores en forma de lápiz capturados a los británicos”, indicó.

Desempeño menor dentro de la guerra

Fue a mediados de abril de 1945 cuando el ejército rojo llegó hasta Berlín para intentar dar con el paradero de Hitler por la fuerza. La historia señala que las Werwolf eran una fuerza que ya estaban entrenadas para el combate, aunque sus resultados fueron magros.

Para Beevor, los niños no fueron capaces siquiera de intimidar a los soviéticos en los duelos, quienes incluso se habrían reído de los pocos recursos que tenían para atacar.

De esta forma, se estima que ellos no lograron nada más que derribar un avión con un cañón antimisiles y derribar un par de lugares estratégicos de los enemigos, aunque sin mucha suerte en el combate frente a frente.

De acuerdo a un reporte del diario español El País, los niños tuvieron un entusiasmo desmesurado en el inicio de las batallas, aunque pasadas unas horas muchos de ellos comenzarían a desertar por miedo.

“Muchos de ellos aprovecharon para marcharse a casa cuando sus superiores los enviaron a preparar actos terroristas”, expresaron.

Sin ir más lejos, el citado medio constata que para los rusos, los niños eran “un mal chiste” preparado por los alemanes hacia ellos. Por lo que en muchas ocasiones dudaron del verdadero espíritu combativo de los Nazis.

Werwolf | Wikimedia Commons
Werwolf | Wikimedia Commons

“Los camaradas alemanes sólo tomarían al asalto una estación ferroviaria si lograsen comprar billetes para acceder a los andenes”, habrían sido parte de las bromas que crearon los soviéticos.

Lo cierto es que, de acuerdo a relatos de los propios nazis, una de las últimas veces que se vio a Hitler fuera de su búnker en Berlín fue para felicitar a un grupo de no más de 20 niños por su “valor”.

En ese entonces, se cree que el líder alemán entregó reconocimientos a cada uno de los niños que fueron parte de la Werwolf. Junto con eso, aprovechó de hablar contra sus generales, culpándolos directamente a ellos por haber perdido la guerra.

Finalmente, fue el líder de la SS Alemanas, Heinrich Himmler, quien ordenó a los menores salir del campo de batalla y los obligó a incursionar en lo que fue la propaganda política anticomunista y contra los “traidores”.

De acuerdo al citado medio español, la decisión de Himmler no fue para resguardar la vida de los jóvenes. En el fondo, el jerarca se encontraba profundamente decepcionado del desempeño de la Werwolf, por lo que los envió a realizar otras tareas.

Una milicia contra los desertores

De acuerdo a un reporte del medio ABC, luego que las fuerzas de niños fueron sacadas del campo de batalla las Juventudes Hitlerianas comenzaron a utilizarlas como una organización de intimidación contra el propio pueblo alemán.

De esta forma, las Werwolf utilizaron maniobras como el sabotaje, asesinato e intimidación hacia personas que consideraran, a simple vista, como traidoras hacia el régimen, pese a que éste se caía a pedazos.

Hitler saludando a las Werwolf | Wikimedia Commons
Hitler saludando a las Werwolf | Wikimedia Commons

Según el citado medio, los niños también fueron usados para escribir mensajes en los muros del centro de Berlín, donde expresaban su repudio contra quienes querían darse por vencidos antes de que el combate finalizara de forma total.

“¡Traidor, ve con ojo, la Werewolf te observa!”, se habría leído en algunas calles de la capital alemana. Otros mensajes advertían: “Sabemos que tras la derrota no habrá ninguna oportunidad de que Alemania vuelva a levantarse como hizo tras 1918”.

El Servicio de Historia y Armas de Francia (SHAT) indica en uno de sus informes que desde abril de 1945, cuando Berlín apenas soportaba el constante ataque ruso, el gobierno central alemán dio una orden, llamando a todos los menores de 15 años a unirse a la milicia de Hitler.

“Todo bolchevique, todo inglés, todo estadounidense que pise nuestro suelo deberá convertirse en objetivo de nuestro movimiento”, advertían en ese entonces.

Ejército Rojo tomando el centro de Berlín | Wikimedia Commons
Ejército Rojo tomando el centro de Berlín | Wikimedia Commons

Posteriormente, señala el documento francés, Himmler dio la orden de matar a toda persona que llamara a la población a rendirse o dar algún apoyo a los militares soviéticos para concluir rápido el conflicto.

“Debe abatirse a todos los varones que habiten en una casa en que se despliegue la bandera blanca. Todo hombre mayor de catorce años será considerado responsable de sus actos”, indicaban.

Se estima que el 2 de mayo de 1945 se produjo el cese de hostilidades entre rusos y alemanes, produciéndose la caída de Berlín y, a posterior, el fin de la guerra en Europa.

Se estima que fue el Ejército Rojo el que detuvo todas las operaciones de la Werwolf en Berlín. La mayoría de los niños fueron sometidos a castigos severos, mientras que los líderes de las juventudes hitlerianas fueron llevados a juicios.

Además, se cree que muchos de ellos se suicidaron con disparos en la cabeza antes de ser tomados como rehenes.

Años después de la guerra, el mito de las Werwolf fue tomado para la creación de comic e historias de acción en Estados Unidos. Su producción tuvo su peak durante las décadas de los 60 y 70.