Es probable que gran parte de los habitantes de Concepción alguna vez hayan escuchado hablar de la Laguna de los Negros, un cuerpo de agua que fue secado hace décadas con el fin de fomentar el desarrollo urbano de la ciudad. Aquel lugar escondió una trágica historia, que tiene como protagonistas a personas que llegaron desde África a la ciudad.

Esta laguna se ubicó en el sector céntrico de Concepción, específicamente en calle General Cruz, entre Caupolicán y Rengo, lo que hoy constituye una de las zonas más antiguas y residenciales en la comuna.

Según un reportaje de Revista Nos, la historia comienza en 1804, cuando desde la ciudad costera de Mendoza (España) zarpó un buque con esclavos senegaleses que se dirigía hasta el puerto de El Callao (Perú). La misión era comercializar a las personas entre los terratenientes del Virreinato del Perú.

El barco, que era denominado como “La Prueba”, tuvo inconvenientes durante el viaje y no logró llegar a destino. Los 72 senegaleses, comandados por un hombre llamado “Mure”, armaron un motín a bordo y obligaron al capitán Benito Cerreño a que les entregara el mando de la nave.

Se dice que en el buque se armó una batalla entre los tripulantes españoles y los esclavos. Finalmente, 18 europeos murieron en alta mar y los africanos tomaron el control del barco. Mientras tanto, Cerreño y algunos de sus hombres fueron hechos prisioneros.

No obstante, los senegaleses no tenían conocimientos en orientación marítima, por lo que nunca lograron direccionar el artefacto hacia su continente y siguieron camino hacia el sur del Pacífico.

Finalmente, el grupo llegó hasta la Isla Santa María, frente a la provincia de Arauco. Allí la idea era encontrar refugio y después continuar con la travesía hacia otra dirección.

Pero su escaso conocimiento del lugar, y el hecho de no hablar español, dificultó aún más la misión. A esto se sumó que fueron encontrados por un barco estadounidense llamado “Perseverance”, desde donde vieron que “algo no andaba bien” y decidieron abordarlos.

Los marinos de EEUU enviaron hombres en balsas hasta La Prueba. Allí notaron que los españoles estaban atados con cuerdas, tenían muestras de haber sido golpeados y no haber comido en días. La determinación de los norteamericanos fue capturar el barco de esclavos y tomarlos de rehenes.

Motín del buque Prueba | Imagen gráfica
Motín del buque Prueba | Imagen gráfica

De acuerdo a un reportaje de diario El Sur de Concepción, la batalla entre esclavos y estadounidenses se extendió por varias horas. Los senegaleses no poseían armas de fuego, por lo que fueron abatidos rápidamente.

Sólo ocho hombres de color sobrevivieron al ataque del barco venido del norte del continente. Todos ellos fueron llevados hasta Concepción para ser ajusticiados por las autoridades de la época.

El historiador Armando Cartes señaló a Diario Concepción que los ocho hombres fueron sentenciados a morir, en 1805, por el prócer chileno Juan Martínez de Rozas, quien ocupaba un alto cargo en Concepción.

Según un texto de la Real Audiencia de Santiago, se consignó que el grupo debía morir en las peores condiciones posibles, debido a su alzamiento en alta mar.

“Deben ser arrastrados desde la cárcel, a la cola de una bestia de carga, y luego serán colgados hasta morir, y las cabezas de los cinco cabecillas serán cortadas después de muertos y se clavarán en un poste en la plaza del puerto de Talcahuano, y los cadáveres de todos deben ser quemados y reducidos a cenizas”, se estipulaba.

Sin embargo, los cuerpos no fueron quemados, sino que arrojados a una de las lagunas que existían en Concepción.

Juan Martínez de Rozas | Memoria Chilena
Juan Martínez de Rozas | Memoria Chilena

“Luego del proceso donde participó el prócer Juan Martínez de Rozas, en esa época intendente de Concepción, ocho de ellos fueron condenados a muerte y colgados en el patíbulo que quedaba en las actuales calles Las Heras y Rengo. Después los cuerpos fueron arrojados a una de las lagunas que circundaban la ciudad”, declaró Cartes.

De acuerdo a un relato del sitio Memoria Chilena, se dice que Mure dedicó un discurso antes de morir en el lugar, en el cual describió los malos tratos recibidos en suelo chileno.

“Este es el resultado inevitable de la crueldad de sus captores y de su falta absoluta de derecho para ir a robar hombres libres y comerciarlos, arrancándolos de sus hogares, mujeres e hijos”, habría dicho en la oportunidad.

Cartes agregó que, por esos años, la tradición católica estipulaba que las personas ajusticiadas no podían ser enterradas en cementerios y eran lanzadas al agua, situación que pasó con los ocho hombres.

Desde ese momento, y como parte de la cultura tradicional de Concepción, el cuerpo de agua fue denominado para la posteridad como la “Laguna de los Negros”, un lugar que guardó esta triste historia.

Gráfica ejecución de los esclavos | Resumen.cl
Gráfica ejecución de los esclavos | Resumen.cl

Desaparición de la laguna

Muchas personas suelen extrañarse cuando en aplicaciones móviles, como Google Maps, aparece como hito la Laguna de Los Negros, precisamente por las calles Cruz, Caupolicán y Rengo.

Según Cartes, un plan de desarrollo urbano de Concepción contemplaba la expansión de la ciudad hacia fines del siglo XIX. Esto implicaba cortar cerros y secar algunas lagunas, como “Los Negros” y “Gavilán”, por motivos de sanidad.

“La Laguna de los Negros también fue parte de este proceso. Se fue rellenando de manera espontánea, se fueron instalando habitantes, hasta que de ella no quedan más vestigios que una pequeña depresión urbana, como existe en varios lados donde antes hubo lagunas”, explicó.

Se estima que este cuerpo de agua tuvo una profundidad de cerca de 10 metros (estimados), lo que la hizo propicia para lanzar cuerpos de personas que fueron consideradas como villanos de la época.