Por siglos, la Iglesia Católica ha impuesto la imagen de un Jesús majestuoso: vestido de túnicas blancas, cabello largo y barba pronunciada. Lo cierto es que este modelo podría cambiar tras el descubrimiento de un supuesto rostro de Cristo en una iglesia bizantina israelí en ruinas.
Una expedición de arqueólogos de la Universidad de Haifa descubrió un mural en una iglesia que data del periodo bizantino. Si bien el registro está deteriorado, los investigadores determinaron que se trata de dos figuras de la Biblia.
Emma Maayan-Fanar, encargada del proyecto, indicó al periódico Haaretz que aquel mural correspondería a una escena del bautismo de Cristo, mostrando también restos que corresponderían a Juan el Bautista.
“El rostro de Cristo en esta pintura es un descubrimiento importante en sí mismo”, detalló la profesional.
El estudio, que fue publicado en la revista científica Antiquity, contempla además que aquella obra fue pintada en un periodo del siglo VI y constituiría uno de los primeros retratos de las historias del Evangelio.
“Es la única escena de bautismo de Cristo que se conozca hasta la fecha en la Tierra Santa pre-iconoclasta”, destacó Maayan-Fanar.
Según determinó el medio español ABC, los cuatro evangelios de la Biblia no describen la apariencia de Jesús, dando exclusiva importancia a relatar los hechos que ocurrieron en territorio de Israel.
El citado medio agrega que la de imagen de Cristo entre Pedro y Pablo (siglo IV), que fue descubierta en una Villa Imperial que pertenecía a Constantino, fue una de las primeras donde se representó con túnicas, barba y pelo largo.
Por lo pronto, los expertos indicaron que seguirán estudiando este hallazgo para intentar encontrar nuevos rastros de esta obra, los cuales habrían sido borrados por el barro.