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Karen Carpenter, reconocida como la mejor voz femenina del mundo, vendió más de 100 millones de discos en los años 70 con éxitos como "Close to You" y "Only Yesterday". A pesar de su éxito musical, enfrentó desórdenes alimenticios como bulimia y anorexia, que la llevaron a pesar solo 34 kilos al momento de su muerte en 1983 a los 32 años. La presión de la fama, críticas constantes de su madre y una vida marcada por conflictos familiares contribuyeron a su lucha contra estos trastornos. Su trágica muerte conmocionó al mundo de la música, dejando un legado imborrable.
Son muchos los cantantes que han muerto de forma prematura, dejando una huella imborrable en la historia de la música. Pero una vida que se extinguió demasiado pronto, fue la de Karen Carpenter, que formó parte del mítico grupo The Carpenters.
La también baterista que sorprendió al mismo Paul McCartney, quien dijo sobre ella que fue “la mejor voz femenina del mundo: melódica, melodiosa y distintiva”, logró en sus mejores años vender más de 100 millones de discos.
A lo largo de la década de los 70, la banda compuesta también por su hermano, Richard, deslumbró con canciones que nunca pasarán de moda, como Close to You, Only Yesterday y Please Mr Postman.
Aunque Karen logró tener una sólida carrera musical, también vivió las turbulencias de la fama, que sumado a varios conflictos familiares, repercutieron gravemente en su salud.
Conocida es la información, que la vocalista tuvo que lidiar con la bulimia y la anorexia, dos enfermedades desconocidas en su época.
Críticas y desórdenes alimenticios
La infancia de Karen estuvo marcada por el fuerte carácter de su madre, Agnes, quien era la persona que tomaba las decisiones importantes en su propio matrimonio y en la vida de sus hijos, Richard y Karen.
El primero, era considerado un prodigio de la música, a quien sus padres decidieron potenciar sus habilidades artísticas.
Por entonces, la familia Carpenter decidió tomar las maletas y mudarse al norte de Estados Unidos en 1963, a la ciudad de Downey, ubicada en California. Cabe mencionar, que la decisión estuvo motivada principalmente porque los estudios de grabación más importantes del país se encontraban en aquel estado.
Así las cosas, en este ambiente, Richard podía desarrollar su carrera musical en el piano. Pero sin ir más lejos, Karen, que al principio estuvo dedicada a los deportes, encontró en la batería, el instrumento idóneo para canalizar su creatividad. “Cuando empecé a tocar la batería, todo el mundo me miraba raro, pero a mí no me importaba”, recogió The Guardian.
En la secundaria de Downing, Karen formó un trio musical con un amigo y su hermano. Asimismo, pronto el talento de los Carpenters los hicieron merecedores del primer lugar en una ‘batalla de bandas’, celebrado en el anfiteatro Hollywood Bowl. Eran los primeros pasos de una carrera que empezaba a mostrar que llegaría muy lejos.
Sin embargo, Karen tuvo que enfrentar los comentarios y críticas constantes de su madre, por este motivo, la artista comenzó a desarrollar desórdenes alimenticios, que al final, le costaron la vida.
El éxito temprano y las enfermedades de Karen Carpenter
A pesar de que tuvieron la opción de grabar un primer disco, pronto el trato se esfumó. Pero el sello A&M, en 1970, viendo el talento de los hermanos -en especial de Karen- decidieron producir su primer disco “Offering”, mostrando una alternativa al rock de la época.
En esta instancia, las interminables sesiones en el estudio y la actitud déspota de Richard, pusieron una enorme presión en Karen. Sumado a ello, a la vocalista le costaba sentirse querida y aceptada por su madre, quien, según muchos, era una mujer severa y difícil, afirmó la Radio Pública Nacional (NPR).
Con el tiempo, también llegaron los éxitos como ‘Close to You’ (1970), ‘Rainy Days and Mondays’ (1971) y ‘Top of the World’ (1972). A partir de ahí, fueron invitados por el presidente Richard Nixon, para tocar en la Casa Blanca. En consecuencia, los artistas expusieron una imagen pulcra y ajena a la crítica social, lo que sirvió para transformarlos en “los hijos de América”.
De esta manera, mientras conseguía hacerse un espacio en la difícil escena musical, Karen sufrió de bulimia y anorexia, patologías que pronto se convirtieron en su modo de lidiar con sus problemas personales, “dándole una falsa sensación de control sobre acontecimientos que se le escaban de las manos”, indicó El País.
Para 1975, en la cima de su carrera, Karen, llegó a pesar 40 kilos. En Lead Sister: The Story of Karen Carpenter, la escritora Lucy O’Brien reveló detalles inéditos sobre su batalla, donde solo un año antes de morir, Karen Carpenter accedió a un tratamiento. “La anorexia se había convertido en una fuerza tiránica en la psique de Karen, que le decía que la comida era un enemigo contra el que debía luchar”, escribió O’Brien en la biografía.
En ese sentido, la autora cuenta que Carpenter buscó la ayuda del psicoterapeuta Steven Levenkron, que en 1982, la atendió en New York. Pero al poco tiempo, la propia Karen boicoteó el tratamiento, puesto que caminaba 19 cuadras para quemar calorías, en la distancia que había entre el Hotel Regency, lugar donde se hospedaba, y la consulta del profesional.
“En una de sus primeras sesiones, [Levenkron] habló con Karen sobre lo que tomaba para expulsar alimentos, y ella confesó que podía ingerir más de 90 laxantes de una sentada”, dijo O’Brien, en el libro dedicado a la cantante.
Las penas en la vida de Karen Carpenter
Karen Carpenter, que siempre soñó con tener hijos, caminó al altar de la mano del agente inmobiliario Tom Burris. Ambos se casaron en 1981, pese a que Burris se había sometido a la vasectomía. Sin embargo, la pareja se divorció al año siguiente.
Según los amigos de la artista, la expareja tenía un comportamiento abusivo con ella, ya que estaba muy endeudado. A raíz de la mala relación, Carpenter estaba dispuesta a firmar el divorcio.
En medio de este calvario, también la pérdida de peso repercutió en su salud. El 20 de septiembre de 1982, fue ingresada en Lenox Hill, un hospital de cuidados intensivos en el Upper East Side.
Karen, que pesaba 34 kilos y estaba deshidratada, fue hospitalizada de urgencia para poder alimentarse por vía intravenosa. Luego de estar internada cerca de un mes, en su habitación firmó los papeles de divorcio.
Con la esperanza renovada y con ganas de reinventarse musicalmente, Karen volvió a su vida normal. “Karen anhelaba tener más control sobre su arte. Esa fue una gran parte de su motivación”, afirmó Bob James, arreglista del álbum de soul femenino, el último trabajo que alcanzó a grabar, informó The Guardian.
No obstante, la cantante estaba lejos de ser dada de alta. Incluso, durante sus últimos meses, dio muestras de sufrir una fuerte recaída.
Una colaboradora habitual de sus giras, Rebecca Segal, notó un cambio en Karen. “Alguien debería saber que no está comiendo. Pero entonces no se sabía mucho sobre la anorexia, y la gente no entendía el tipo de pendiente resbaladiza en la que se encontraba”, afirmó al citado medio.
La muerte de Karen Carpenter
El triste deceso de Karen Carpenter, ocurrió el 4 de febrero de 1983. El cuerpo de la joven de 32 años, que se encontraba debilitado por las constantes purgas, no resistió más.
Al momento de fallecer, la intérprete se encontraba en la casa familiar, en Downey. Según el relato de O’Brien, esa mañana Karen se despertó temprano para preparar un café.
Una vez que su madre notó que su hija no respondía, fue hasta su pieza, ahí mismo descubrió que se había desmayado. La llevaron de urgencia al hospital, pero fue imposible reanimarla. A todo esto, en la autopsia se determinó que Karen presentaba grandes dosis de ipecacuana, un medicamento para inducir al vómito.
“Empezaba a liberarse, pero no era libre. Tenía un pie en los Carpenters y el otro en la nueva Karen Carpenter”, dijo su exnovio, el compositor Tom Bahler, recogió The Guardian.