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En 2024, y por séptimo año consecutivo, el Informe Mundial de la Felicidad reconoció a Finlandia como el país más feliz del mundo para vivir. Una de las naciones europeas que supo ser una de las más pobres del ‘Viejo Continente’ tras la Primera Guerra Mundial y que, actualmente, se luce con su modelo educativo, apoyo social y bajos niveles de corrupción.

BioBioChile conversó con el periodista Rodrigo Villanueva, quien relató su experiencia como chileno viviendo en el país nórdico desde 2023 junto a su pareja y su hija de 7 años. ¿Es realmente la nación más feliz del planeta?

Su principal motivación; la educación

Rodrigo y Andrea vivían en Santiago cuando su pequeña hija Elsa comenzó a demostrar aptitudes relacionadas con el arte. Fue en ese entonces cuando la pareja de periodistas dudaron si la educación en Chile sería lo mejor para su niña, llegando a una rápida y preocupante conclusión.

“Nos vinimos a Finlandia buscando una mejor educación para nuestra hija. Ese es el motivo principal. Todo lo demás, es pivoteo”, reconoció ROP Villanueva -como se le conoce en redes sociales- a la presente redacción.

Tras analizarlo por varios meses, el sistema educativo finlandés de acceso gratuito sedujo a los padres chilenos, quienes descartaron Noruega y Japón por el alto costo de la vida, y se mudaron a Turku en octubre de 2023, luego de postular a un programa para profesionales de la comunicación que trabajan de manera remota. Sin embargo, no fue tan sencillo.

Con más contratiempos que apoyo, y más dudas que certezas, la pareja santiaguina debió someterse a un largo y engorroso proceso que duró seis meses aproximadamente antes de recibir el permiso de residencia de trabaja por un año. “Cuando uno pregunta acá, te responden sólo la pregunta y no te dicen todos los pasos que uno debe hacer para realizar un trámite puntual”, recuerda con disgusto Rodrigo, además del frío.

De acuerdo a distintos informes internacionales, el modelo educativo finlandés es considerado uno de los mejores del mundo. Rodrigo lo ha vivido en carne propia con su hija de 7 años, cumpliendo todas sus expectativas y comprobando que existe una enorme diferencia con la educación chilena.

“Todo tiene un sentido para que el niño comprenda su entorno. Ese es el foco. Les enseñan a tener respeto entre ellos y a ser ciudadanos íntegros. La diferencia es enorme. En Chile es como que te tratan de abrir la cabeza para meterte la mayor información posible, te la cierran, te la revuelven y después te empiezan a preguntar si aprendiste algo“, puntualiza el periodista.

La plena confianza que los finlandeses brindan a su sistema educacional y el enorme respeto que existe hacia los niños, han sido factores claves que el propio Rodrigo reconozca estar aún en una “fase de enamoramiento” hacia el país nórdico. “En los cruces peatonales, si un niño está cruzando, el auto que está esperando no se mueve hasta que el niño ponga los dos pies en la otra vereda”, recalca.

¿El país más feliz del mundo?

Pero, ¿qué tan palpable es este resultado del Informe Mundial de la Felicidad en Turku? En ese sentido, Villanueva reconoce que Finlandia está lejos de ser un país en el que se vea a “personas muertas de la risa” en las calles, y que tampoco existe una mirada occidental de lo que es ser feliz, por lo que no está relacionada a tener acceso a más cosas, comprar más o comer más.

“¿Cuál es el concepto de felicidad que tienen acá? Es una mezcla que va de la mano, por un lado, de la seguridad social (acceso a salud, vivienda y educación), y por otro, el respeto que le tienen las empresas a sus trabajadores. A las 4:30 ya se ven personas saliendo del trabajo para ir al gimnasio, tomarse unas copas o realizar cualquier actividad recreativa”, enfatiza el comunicador, quien ha emprendido en suelo finlandés con un medio de comunicación con foco en emprendimiento y tecnología.

Rodrigo confirma que esta tranquilidad sí es palpable día a día y que llega a tales puntos que los países vecinos suelen molestar a los finlandeses, catalogándolos de flojos por separar sus horarios de trabajo con los de recreación.

“Los plazos acá se cumplen. No hay incertidumbre. Nada es urgente, todo es importante, pero todo se hace cuando se tiene que hacer”, complementa el periodista.

A fines de 2024, en tanto, Finlandia llamó la atención a nivel mundial por la entrega de unos manuales que le enseñaban a la ciudadanía qué hacer en caso de existir una guerra, principalmente, con Rusia, tras su invasión contra Ucrania. Una noticia que el propio Rodrigo reconoció que fue anecdótica para los finlandeses, quienes se regocijan con la seguridad que brinda el país.

“No hemos sabido de ninguna persona que le hayan robado el celular caminando por la calle. Es más, si se te cae algo en la calle o se te queda algo en algún lugar, es muy probable que lo puedas encontrar en la estación de policía más cercana… Uno no puede andar enojado si tienes todo esto”, aseguró.

El chileno aún se encuentra en proceso de adaptación de una sociedad que confía tanto en su seguridad que envía a sus hijos solos al colegio desde los 7 u 8 años, confesando que es cosa de todos los días ver a niños pequeños caminando a las 7 de la mañana por las oscuras calles de Turku.

Cabe consignar que otros aspectos que destaca el Informe Mundial de la Felicidad es el gran respeto por el ecosistema y medioambiente que existe en Finlandia, además de los bajos índices de corrupción.

No todo es color de rosa

La “fase de enamoramiento” de Rodrigo no le ha impedido poder analizar los aspectos “no tan buenos” de vivir en Finlandia durante este año y medio, desde lo más profundo como la división entre ciudadanos de primera y segunda categoría y el racismo solapado que existe en una parte de la sociedad, hasta su desconsuelo por echar de menos la palta.

“Si uno le pregunta a un finlandés de te va a decir que no, pero sí se ve una especie de división entre locales o migrantes que tienen una pareja finlandesa y los migrantes comunes y corrientes. El que venga a buscar pega acá, sin tenerla lista anticipadamente, no lo va a pasar nada bien”, advierte el emprendedor.

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En ese sentido, el periodista chileno no sólo consideró el idioma como una barrera que utilizan los empleadores (hasta de trabajos menores) para priorizar a los finlandeses, sino que también hizo hincapié en el largo papeleo que deben realizar los extranjeros para poder sacar una la cuenta bancaria, con la que recién “eres alguien en Finlandia”, donde el efectivo casi no se utiliza.

“El finlandés no es abiertamente racista. De hecho, en general no lo es. Sin embargo, no le gusta la migración africana o de Medio Oriente (que es la promovida por su gobierno). Es una dualidad. Por un lado, dicen ser responsables y se perciben como un país del futuro que se preocupa de que los inmigrantes estén bien integrados, pero en realidad, no les gustan, aunque no lo van a reconocer”, agregó.

El excesivo costo de las frutas, la dificultad para encontrar productos básicos de calidad a buen precio y las visitas masivas a la hora de querer ver un departamento, son otros de los aspectos que han llamado la atención de la pareja santiaguino en sus 18 meses en suelo nórdico, donde los bajos índices de corrupción no son sinónimo de felicidad política.

“Acá igual existe el descontento político. Ser vecinos de Rusia ya genera un poco de tensión. A nivel local, actualmente nos encontramos en un gobierno de derecha, tanto presidente como primer ministro, y la gente igual se queja, como por ejemplo, por el despido de funcionarios o de trabajadores de la salud, y también por la dificultad que tienen los extranjeros de encontrar un trabajo“, aclaró.

Por último, uno de los aspectos negativos que reconoce Rodrigo que consideró previo a mudar a Turku fueron los altos índices de suicidio y violencia producto del consumo excesivo de alcohol y, pese a que revela que no le ha tocado vivir ninguna experiencia relacionada a esta problemática, sí es una preocupación para las autoridades y la sociedad.

La última actualización de las tasas de alcoholismo de cada país (2016) recopilada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) posiciona a Finlandia en el puesto 17 a nivel global. Con un 9,1%, está por sobre países conocidos por sus hábitos relacionados al alcohol, como Irlanda y el Reino Unido, e incluso supera a toda Latinoamérica.

En 2021, el consumo de alcohol per cápita fue de 7,6 litros, yendo en línea de la lenta disminución desde el crítico punto alcanzado en 2006, cuando se llegó a los 12,1 litros.

El Instituto Finlandés de Salud y Bienestar advierte que el 23% de su población corre riesgos de intoxicación, en base a las tasas de consumo de alcohol anuales. Esto significa que aproximadamente 940.000 finlandeses pueden sufrir repercusiones negativas por el uso descontrolado de esta sustancia. El tema es motivo de debate político en el país nórdico, pues si bien se trata de un serio problema de salud pública y seguridad social, también hay una gigantesca industria involucrada, que moviliza grandes sumas de dinero gracias al elevado consumo mencionado.

Aún así, hay medidas en acción para controlar y mitigar el uso del alcohol en Finlandia. “Las bebidas de mayor graduación alcohólica sólo se venden en un establecimientos y no en supermercados, donde sí puedes encontrar cervezas. Dicho local sólo funciona de lunes a sábado y en horarios específicos. Después de las 9 de la noche, no te venden alcohol en ninguna parte“, aseguró el comunicador chileno, agregando además que los medios de comunicación también aportan en prevenir la depresión, evitando noticias amarillistas o catastróficas.