El fiscal del distrito del condado de Los Ángeles, Nathan Hochman, decidió analizar por separado los casos de los hermanos Lyle y Erik Menendez, los hermanos que fueron condenados a cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989.
En una entrevista con NBC News, Hochman explicó que cada hermano será evaluado individualmente, ya que se consideran dos víctimas distintas en el crimen: el padre, José Menéndez, y la madre, Kitty Menéndez.
Hochman destacó que manejar los casos de forma separada es necesario para cumplir con las exigencias legales antes de decidir sobre una posible nueva sentencia.
Además, mencionó que consultará con todos los involucrados en la Fiscalía que han tratado o tienen conocimiento sobre el caso Menéndez para fundamentar mejor su decisión.
El próximo enero de 2025, se realizará una audiencia en California donde un juez evaluará las nuevas pruebas presentadas, que incluyen una carta de Erik Menéndez donde admite haber sido abusado, y el testimonio de un empleado de la empresa del padre que también afirma haber sido víctima de José Menéndez.
Caso de los Hermanos Menendez
Estos elementos podrían modificar las sentencias originales de los hermanos, quienes fueron encarcelados en 1996 tras ser hallados culpables de planificar y ejecutar el asesinato de sus padres en Beverly Hills.
Después del crimen, Lyle y Erik, de 21 y 18 años respectivamente en aquel momento, llevaron una vida de lujos con el dinero heredado, lo que inicialmente levantó sospechas.
El caso tomó mayor notoriedad cuando la novia del psicólogo de Erik informó a la policía sobre grabaciones de las sesiones terapéuticas donde los hermanos discutían su culpabilidad.
A pesar de que la Fiscalía alegó que los hermanos querían acceder a la fortuna familiar, ellos mantienen que sus actos fueron respuesta a un historial de abuso físico, emocional y sexual por parte de su padre.