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La desaparición de Madeleine McCann en 2007, que conmocionó al mundo, podría finalmente tener un desenlace luego de 17 años. Un ciudadano alemán llamado Christian Brueckner emerge como el principal sospechoso, vinculado al caso por su camioneta vista cerca del lugar de la desaparición y por su historial delictivo que incluye múltiples delitos sexuales. La Fiscalía alemana de Braunschweig trabaja en la teoría de que Madeleine habría muerto a manos de Brueckner, quien, según un excompañero de celda, habría confesado haber secuestrado a una niña en Algarve. Los fiscales describen a Brueckner como un psicópata sádico y peligroso, con trastornos de preferencia sexual e inclinaciones pedófilas. Este nuevo capítulo en la historia de Maddie plantea la posibilidad de resolver el misterio que ha mantenido en vilo a la opinión pública durante años.
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En 2007, el rostro de Madeleine McCann acaparó las portadas a nivel mundial luego que desapareciera de la habitación donde dormía con sus hermanos pequeños.
Pero la historia de la niña, que todavía no se esclarece, vive un nuevo capítulo desde que la menor fue vista por última vez el 3 de mayo de 2007 en Praia da Luz, en Portugal.
Durante todo este tiempo, la investigación no pareció tener resultados hasta ahora, dado el nuevo hallazgo que permitiría resolver el caso después de 17 años.
El sospechoso, un ciudadano alemán de nombre Christian Brueckner, podría ser el eventual culpable de raptar a “Maddie” durante esa noche.
Aunque se barajaron diferentes teorías y hubo varias pistas falsas, el caso podría tener un vuelco con Cristian como el principal sospechoso.
La desaparición de Madeleine McCann
El balneario de Praia da Luz, conocida por sus aguas de color turquesa, recibió, a finales de abril de 2007, a los médicos británicos, Gerry y Kate, que viajaron junto a sus tres hijos.
Iban con ellos, los mellizos de dos años, Sean y Amelie, y su hermana Madeleine que tenía tres.
Los McCann que habían acudido al lugar acompañado de otras familias, acostumbraban a ir por las noches al bar Tapa’s, ubicada en el complejo turístico Ocean Club.
De acuerdo al relato de los padres, se iban a cenar a un restaurante que quedaba justo al frente de donde se hospedaban y cada media hora revisaban cómo seguían sus hijos.
Ese 3 de mayo, su madre notó que su hija no se encontraba en la pieza, la que había abandonado sin dejar rastro.
Después de dar el aviso, la policía portuguesa encargó la investigación al inspector jefe de la Policía Judicial portuguesa, Gonçalo Amaral, que fue el coordinador de operaciones del caso Madeleine McCann.
Tras las primeras diligencias, buscaron indicios de secuestro, como la revisión de las cámaras de vigilancia e interrogaron a los huéspedes, mientras los McCann acudieron a los medios para que los presuntos captores liberarán a la niña.
Los primeros sospechosos
A medida que aumentaban los esfuerzos, los agentes sospecharon de Robert Murat, un vecino de nacionalidad inglesa, que vivía cerca del complejo turístico donde se hospedaba los McCann, quien colaboró como traductor entre los policías lusos y la familia.
Era su comportamiento errático, que lo apuntó como el primer sospechoso. Incluso testigos aseguraron haber visto a Murat dando vueltas cerca del lugar de la desaparición, durante la noche.
Mientras, la policía barajó las hipótesis de un secuestro por una red internacional de pedofilia o un secuestro por una red ilegal de adopción, según Infobae.
Así las cosas, Murat fue acusado por los diarios portugueses de ser pedófilo, pero sin demostrar pruebas contundentes.
Resulta que 12 días después, una amiga de la familia, Jane Tanner, aseguró que vio a un hombre sospechoso con una niña dormida en brazos caminando en dirección a la casa de Robert Murat.
La conexión con Murat no terminó ahí, pues Sergey Malinka, quien había sido contratado por el británico para crear un sitio web de ventas de propiedades, fue acusado por la policía de llevarse a “Maddie”.
Luego, tanto Murat como Malinka, fueron desestimados en la investigación, una que después consideró como sospechosos a los progenitores de la menor.
Kate y Gerry McCann: los principales sospechosos de la desaparición de Madeleine
En la línea investigativa de Gonçalo Amaral, eran los padres de Maddie los principales implicados en la desaparición de la niña. Así lo dejó saber en los primeros cinco meses de investigación de la que fue apartado y destituido en 2008.
“Hasta el día de hoy no tengo ninguna duda de que el secuestro solo fue simulado. Las pruebas a las que me remito son una ventana de la que nadie podía decir con certeza si estaba abierta o cerrada. Nos dijeron que el presunto secuestrador entró y salió por allí”, afirmó en una entrevista con el diario alemán Bild.
“Había huellas dactilares de la madre que mostraban que abrió la ventana. Fueron las únicas que se encontraron”, añadió. A juicio del detective, la frialdad que demostraron por la desaparición, levantó sus sospechas.
Es más, el expolicía afirma que los padres agobiados por el comportamiento de Madeleine decidieron suministrarle una dosis de somníferos, lo que habría desencadenado la muerte accidental de la niña.
Aunque esta hipótesis no fue comprobada, los detectives declararon a la pareja como “arguidos”, o sospechosos de la desaparición.
No obstante, los McCann negaron su participación en el hecho, mientras la habitación y el automóvil arrendado durante sus vacaciones, fueron pesquisados para buscar material biológico, pero no se halló nada.
Las pistas que pesan sobre Christian Brueckner
La indagatoria se mantuvo sin novedad, hasta que Christian Brueckner que vivió entre 1995 y 2007 en la ciudad de Algarve -zona donde había desaparecido la niña- estaba siendo juzgado en Alemania por múltiples delitos sexuales, incluidos tres casos de violación y dos imputaciones por masturbarse delante de niños.
¿La prueba? Su camioneta amarilla y blanca fue vista cerca de Ocean Club, lo que refuerza su vínculo con el caso de Maddie.
Asimismo, los operativos realizados por efectivos alemanes y británicos,
en el embalse de Arade, a unos 50 kilómetros de donde desapareció la niña británica hace 17 años, ha sido una de las tantas diligencias para recabar antecedentes.
Por lo mismo, la Fiscalía alemana de Braunschweig trabaja con la teoría de que Madeleine murió a manos de Brueckner, consignó EFE.
Y hace una semana, Laurentiu Codin, un excompañero de celda de Christian Brueckner, afirmó que el alemán “confesó haber secuestrado a una niña de un apartamento en Algarve”.
En su relato ante el Tribunal Regional de Braunschweig, Codin sostuvo que Brueckner expresó algunas similitudes con la noche en que desapareció Madeleine.
“Me dijo que en Portugal había robado allí (en Algarve). Estaba en una región donde hay hoteles y vive gente rica. Dijo que había un lugar con una ventana abierta, me dijo esto. Estaba buscando dinero”, indicó al principio de la declaración.
“Dijo que no encontró dinero, pero encontró a una niña y se la llevó… Me preguntó si se puede utilizar el ADN de una niña como evidencia y le respondí que sí”, añadió Codin.
El análisis del psiquiatra forense
Sumado a esto, la fiscalía conectó con Brueckner con una presunta fantasía sexual, en la que se describe como “un psicópata sádico, en el que se muestra como un violador de niños excepcionalmente brutal”.
Las descripciones tuvieron lugar en el marco del juicio en su contra por distintos delitos sexuales, no relacionados con el caso de McCann, indicó el medio argentino Perfil.
Para la fiscal general Ute Lindemann, que dirigió la investigación, esas historias están relacionadas con “fantasías fundamentales, los rituales de tortura y humillación y la diversión del sufrimiento de las víctimas”.
Al respecto, hizo referencia a que, en uno de los presuntos relatos, Brueckner había escrito que le había dicho a la niña víctima de abuso: “¿Tienes miedo? Bien. Porque te voy a hacer mucho daño y te voy a hacer gritar muy fuerte”, antes de detallar explícitamente exactamente cómo la iba a violar.
En la audiencia del viernes pasado, el psiquiatra forense del tribunal, Christian Riedemann, dio a conocer los resultados de su evaluación sobre Brueckner. Al respecto, el profesional advirtió que el acusado “pertenece a la máxima categoría de peligrosidad”. Asimismo, concluyó que el alemán tenía un “trastorno de preferencia sexual”, así como “elementos sádicos y pedófilos”.
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Existe la posibilidad de que los cargos sean desestimados al finalizar la investigación, por
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