El Papa Francisco reveló detalles inéditos de la convivencia que tuvo con su predecesor, Benedicto XVI, y cómo lo defendió de difamación.

El Papa Francisco compartió por primera vez detalles íntimos sobre sus 10 años de convivencia con su predecesor, Benedicto XVI, en un nuevo libro titulado ‘El Sucesor’, del periodista Javier Martínez-Brocal.

En el libro, el Papa Francisco describe cómo Joseph Ratzinger siempre le brindó apoyo y libertad, incluso en momentos difíciles.

Según el Papa Francisco, Benedicto XVI nunca permitió que se hablara mal de él y siempre lo defendió. Incluso cuando algunos eclesiásticos intentaron difamar al Papa Francisco, Benedicto XVI se mantuvo firme en su apoyo.

Una Relación de Respeto y Lealtad

El autor del libro, Javier Martínez-Brocal, comentó que “Entre los dos papas había enorme lealtad y admiración mutua. Aunque hubo tensiones entre los equipos que apoyaban a cada pontífice, ambos compartían unidad de intenciones y total simpatía”, consigna la Agencia EFE.

En cuanto al libro del secretario histórico de Benedicto XVI, Georg Gänswein, ‘Nada más que la verdad’, el Papa Francisco expresó su pesar por la publicación del mismo el día del sepelio de un colaborador. Señaló que el libro contenía información inexacta y que su publicación en ese momento fue una falta de nobleza y humanidad.

Revelaciones sobre el Cónclave de 2005

Además de relatar su convivencia con Benedicto XVI, el Papa Francisco reveló detalles sobre el cónclave de 2005, donde se planearon maniobras para evitar la elección de Ratzinger. Se revela que se usó su nombre como parte de una estrategia para bloquear la elección de Benedicto XVI.

Preparativos para su Funeral

El Papa Francisco también ha compartido sus planes para su funeral, destacando su deseo de un evento más simple y sin excesos. Anunció cambios significativos en el ritual, eliminando elementos ornamentales y optando por un velatorio único, con el Papa ya en el ataúd, en línea con las tradiciones cristianas comunes.

Francisco confirmó que será enterrado en la Basílica de Santa María La Mayor en Roma, en lugar de las grutas vaticanas, reflejando su deseo de un funeral más humilde y acorde con la tradición cristiana.