Si el escándalo Watergate es sinónimo de buen periodismo, el caso de Janet Cooke se convirtió en lo opuesto. En 1980, esta periodista publicó una historia sobre un niño adicto a la heroína que resultó ser falsa. La mentira escaló tanto que recibió un Premio Pulitzer, el galardón más prestigioso de Estados Unidos que puede recibir un periodista.
“Jimmy tiene ocho años y es la tercera generación de adictos a la heroína, un niño precoz, con pelo abundante, ojos aterciopelados y marcas de aguja como pecas sobre la piel suave de bebé de sus brazos delgados”, así parte la crónica del niño drogadicto publicada por uno de los diarios más antiguos del mundo, The Washington Post, publicada el 28 de septiembre de 1980.
Un trabajo que sorprendió a Gabriel García Márquez.
Esta nota titulada como “El mundo de Jimmy” es falsa. El niño no existió, pues fue un invento de Janet Cooke, una periodista afroamericana, que movilizó la búsqueda del pequeño por todo Washington.
Aunque el texto escrito por Cooke causó impacto por los crudos relatos sobre los sueños de un niño que quiere ser narcotraficante, la ficción resultó ser un triste legado del Post.
Por otra parte, destapado el escándalo, vinieron serias acusaciones relacionadas con su currículum, puesto que la profesional reveló que tenía títulos de Vassar y la Sorbona. Sin embargo, todo era un engaño.
Inclusive, el lastre de la mentira, sirve como un argumento para deslegitimar el esfuerzo profesional de los periodistas hasta el día de hoy.
La historia de la periodista que se transformó en paria de los diarios
Janet Cooke nació en Toledo, Ohio, en una familia que la apoyó económicamente para poder estudiar. No obstante, desde la infancia sintió la presión de sobresalir, una exigencia impuesta por su padre.
Ya con la meta en su cabeza, ella soñaba con cubrir los pormenores de la Casa Blanca. Entró a estudiar licenciatura en artes por la Universidad de Toledo.
De hecho, después entró al Toledo Blade, el primer diario en que trabajó. En poco tiempo, la reclutaron del Washington Post, ya que demostraba ser una profesional preparada para las altas exigencias del periodismo.
Según el director de entonces, Benjamin Bradlee, Janet era “un sueño” para cualquier diario, puesto que demostraba tener iniciativa, buena pluma y presencia. Un cóctel difícil de negar, porque el medio debía mantener el prestigio luego de la vara que dejó la investigación realizada por Bob Woodward y Carl Bernstein, el escándalo Watergate a mediados de los 70, que causó la dimisión del presidente Richard Nixon.
Una “joyita” candidata al Nobel: El mundo de Jimmy
Ahora bien, Cooke destacó en la sala de redacción del Post apenas llegó en enero de 1980. De acuerdo con el periodista Mike Sager, quien era compañero de Janet y expareja, la joven publicó “El mundo de Jimmy”, una crónica que alcanzó gran éxito, nueve meses después de entrar al periódico. Aunque en ella observó unas inusitadas ganas de ser valorada por sobre el resto.
En esta misma línea, el relato abunda en detalles de la vida de Jimmy, un retrato lleno de descripciones que captan la cruda realidad del narcotráfico y sus efectos en la sociedad.
“Él es adicto desde los 5 años. Aun así hay una expresión angelical en su cara redonda y pequeña cuando habla acerca de su vida: ropa, dinero, los Orioles de Baltimore y la heroína. El mundo de Jimmy son las drogas duras y el dinero fácil. Él cree en esa vida. Todos los días, los adictos le compran heroína a Ron, el amante de la madre de Jimmy, en la sala de su casa. Después ‘cocinan’ y se inyectan en los dormitorios”, se lee en la nota periodística.
Si bien el trabajo levantó suspicacias en el primer momento, Sager, quien fue testigo de los primeros borradores, nunca pensó que fuera capaz de inventar la historia, consignó al Columbia Journalism Review.
La periodista que quiso ser famosa, alabada por García Márquez
El 13 de abril de 1981, Cooke logró lo que todo periodista sueña durante toda su carrera, obtener un Premio Pulitzer. Así la oriunda de Ohio alcanzó la gloria con una noticia que acaparó portadas y atención mediática.
Ella con 26 años rompió el techo de cristal que había para las mujeres.
En esta misma línea, desde el Toledo Blade, publicaron una noticia que recogía parte de la biografía de su exempleada. Pero desde el medio quedaron extrañados por los datos destacados por Associated Press, quienes difundieron que ella se había graduado magna cum laude en el Vassar College y había recibido una maestría de la Universidad de Toledo. Ellos sólo se volcaron a reproducir lo que la joven les informó al momento de ingresar al diario fundado en 1877.
Por su parte, desde el Blade sabían que ella había asistido a Vassar durante un año.
Esta información provocó que desde la capital de Estados Unidos empezaran a cuestionar la versión de la flamante ganadora del Pulitzer.
Entremedio de las pesquisas, Janet fue interrogada por sus jefes, quienes recién se preocuparon por buscar el hogar del supuesto menor, entre otras diligencias para desmontar la cadena de errores.
En ese sentido, su compañero Mike Sager, publicó una entrevista a GQ, que reveló parte de la complicada personalidad de Cooke. Según contó, ella había empezado a mentir desde “muy niña”, donde avaló ese comportamiento como un mecanismo de supervivencia, recogió el Diario.es.
Un hito en los diarios de EEUU: Las disculpas de The Washington Post
Desde los medios norteamericanos hubo un efecto desmoralizador, puesto que mentir en un reportaje es un hecho inconcebible para cualquier periodista. El Post afirmó una semana después que la reportera ganara el premio, que los estándares del periódico no estuvieron a la altura.
Bajo este contexto, el diario expresó que “falló completamente el sistema de control”, sostuvieron en una nota de tres páginas y media, escrita por Bill Green, el mediador del diario, un puesto que funciona como nexo entre el público y el medio.
En medio de la batahola, la investigación interna de Green encontró que hubo responsabilidades del director, Benjamín Bradlee y de Bob Woodward, quien ejercía funciones de editor en la sección local del diario.
Al respecto, Janet Cooke, escribió una carta para confirmar que la historia era “en esencia una invención”, además de presentar su dimisión inmediata. Hasta ahí, poco más se supo de la reportera, pues en 1996 concedió la entrevista a Sager, que después publicó la entrevista en formato libro bajo el título de “El mundo de Janet”.
También habló en exclusiva para “Nightline”, un programa de entrevista de la cadena ABC. En el espacio, pidió disculpas públicas pero aseveró que “en este caso particular no creo que el castigo se haya ajustado al delito. He perdido mi voz, he perdido la mitad de mi vida”, afirmó. Asimismo, lo último relacionado a su vida era que trabajaba como cajera en una tienda de ropa de Kalamazoo, Michigan.
La caída de la periodista halagada por Gabriel García Márquez
Finalmente, Gabriel García Márquez publicó una columna de opinión en El País, en el texto el escritor colombiano y también periodista reflexiona sobre la naturaleza del reportaje de Cooke y las diferencias con la literatura. “En periodismo hay que apegarse a la verdad, aunque nadie la crea, y en cambio en literatura se puede inventar todo”, agregó el autor de “Cien años de soledad”.
Es más, García Márquez termina con una frase sobre los caminos habría tomado Cooke si su talento habría sido bien canalizado.
“En esa línea de demarcación invisible pueden estar los ángeles que Janet Cooke necesita para la salvación de su alma. Pues no habría sido justo que te dieran el Premio Pulitzer de periodismo, pero en cambio sería una injusticia mayor que no le dieran el de literatura”, puntualizó.