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Diferentes son las campañas políticas que han citado en sus discursos la promesa de “derrocar la ‘cultura woke"”. Donald Trump, Javier Miley y José Antonio Kast, en Chile, son algunos que últimamente mencionaron que darán “la batalla en contra” de este señalado movimiento cultural. Pero ¿qué es la cultura woke y quiénes son parte de ella?

Woke es un término que resuena, pero al ser una jerga estadounidense fue un poco más complicado traducirla al español, pues su significado literal en inglés es el pasado de la palabra “wake”, que significa despertar.

Según detalla BBC News, el uso de esta palabra surge en la comunidad afroamericana, donde originalmente con este slang (jergas) hacían referencia a “estar alerta a la injusticia social”. Sin embargo, este término resurgió para significar algo más amplio, apuntando hacia los temas sociales y políticos.

Woke en temas de política

En la política este tema es llevado al extremo. “Asumo el desafío de liderar una campaña que sea la voz de aquellos que exigen libertad (…) para liderar un gobierno que ponga fin a la cultura woke, fin a los derechos humanos que solo sirven como pretexto a la impunidad y todo lo que imponga la división de nuestra patria”, compartió por la red social X el líder del partido republicano, José Antonio Kast, tras dar inicio a su campaña de candidatura en el Salón de Honor del Congreso en Santiago.

Sin embargo, esta no es la primera vez que hace referencia a este pensamiento. “En Chile, estamos gobernados por un presidente ‘woke"”, señaló el republicano durante su intervención en la Conferencia Política de Acción Conservadora 2024 en Hungría.

Asimismo, el presidente de Argentina, Javier Milei, en la reunión anual del Foro Económico Mundial, también se refirió a este tema. Según el jefe de estado trasandino, él mismo tiene la responsabilidad de abolir temas como el feminismo, la protección del clima y la diversidad.

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Parte de su duro discurso fue: “Hoy vengo aquí a decirles que la batalla no está ganada, que si bien la esperanza ha renacido es nuestro deber moral y nuestra responsabilidad histórica desmantelar el edificio ideológico del ‘wokeismo’ enfermizo”, mencionó tajante en el discurso de Davos 2025.

Por otro lado, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, es uno de los mandatarios que más se ha proclamado con respecto al movimiento social. En el plan ‘Proyecto 2025’, documento donde el empresario entregó las directrices con las cuales se regirá su gobierno, menciona “la protección de las instituciones de la sociedad civil estadounidense de la cultura «woke»”.

De hecho, aseguró que términos como: orientación sexual e identidad de género, diversidad, equidad e inclusión, género, igualdad de género, equidad de género, conciencia de género, sensibilidad de género, aborto, salud reproductiva, derechos reproductivos, entre otros serán eliminados durante su periodo al mando.

Tan dura es la hoja de ruta para su nuevo gobierno que el pasado viernes ordenó a las agencias federales de Estados Unidos el despido de funcionarios que trabajan en puestos relacionados con programas de diversidad.

¿Por qué genera tanto rechazo y enfrentamiento político?

Las ideologías con objetivos positivos, como la justicia social o la igualdad, pueden generar rechazo debido a diversos factores psicológicos, sociales y culturales.

Partió como culturas contrapuestas y se transformó en motivo de enfrentamiento político. BBC News detalla que lo woke se convirtió en sinónimo de políticas de izquierda que defienden temas como la equidad racial y social, el feminismo, la comunidad LGBT+, el uso de pronombres y una gran cantidad movimientos que buscan proteger a minorías oprimidas por un pensamiento más bien conservador.

Y, por otro lado, existe la contraparte de este contexto. Aquí se ven involucradas aquellas personas que se identifican como republicanos, de derecha o que con el movimiento “woke” ven sus valores tradicionales o “valores de familia” amenazados o pasados a llevar, añade el medio.

Según el centro de investigaciones que analiza tendencias en el mundo, Pew Research Center, “las personas tanto del partido demócrata como republicano están más alejados ideológicamente hoy que en cualquier otro momento de los últimos 50 años”.

Sin embargo, la percepción de imposición puede surgir debido al choque entre sistemas de valores tradicionales y los nuevos ideales que busca promover este movimiento. Según el psicólogo Julio César Carrasco, este fenómeno se relaciona con la disonancia cognitiva, que ocurre cuando las personas enfrentan ideas que desafían sus creencias preexistentes. Esto no implica necesariamente una imposición, sino una reacción natural frente al cambio cultural.

Además, el especialista asegura que, para algunas personas, adoptar los valores de la cultura “woke” representa una forma de alinearse con ideales que consideran justos y necesarios, reforzando su identidad como agentes de cambio en una sociedad más equitativa. Esto les permite consolidar una personalidad coherente con sus principios éticos y valores.

Y sumado a otros conceptos de la psicología social, hay quienes perciben estos valores como un desafío a sus creencias culturales, religiosas o tradicionales, y reaccionan reafirmando su identidad como una forma de resistencia. Las personas tienden a proteger los grupos con los que se identifican cuando sienten que sus valores están siendo amenazados. Para estos individuos, rechazar la cultura “woke” puede ser una forma de preservar su sentido de pertenencia y autenticidad cultural.

Opiniones contrapuestas sobre la ideología “woke”

Aun así, la definición de “woke” es objeto de debate, inicialmente podría entenderse por personas que buscan implantar pensamientos que cuestionan y critican las prácticas ya establecidas de la sociedad, pero ¿es tan así?

La escritora y activista por los derechos de las minorías, Bernardine Evaristo, explicó para WMagazín que lo que es políticamente correcto para algunos no lo es para otros, por eso hay una diferencia entre lo progresista y lo políticamente correcto. Además, menciona que a las minorías que demandan sus derechos son invalidadas.

El especialista en el estudio de los valores, la inteligencia emocional, los derechos humanos, José Antonio Marina, para la web de Nueva Revista, considera que, si bien “este movimiento tiene una mala filosofía”, no hay una causa más noble como esta. Esto ya que, en sus palabras, la cultura woke aspira a la reivindicación de las víctimas y a la justicia social.

La ensayista norteamericana Mary Eberstadt, dijo al mismo medio que existe una necesidad moral de “reivindicar el sufrimiento de las víctimas históricamente marginadas”, lo que este movimiento busca como objetivo.

Puede sonar como algo positivo, pero depende de quién pregunte. Para algunos, ser woke es tener conciencia social y luchar por las injusticias y opresiones impuestas por la sociedad, para otros las personas que se autoproclaman parte de esta comunidad son moralmente superiores y buscan imponer ideales progresistas sobre el resto.

Desde la psicología, Julio César detalla que es fundamental promover espacios donde las personas puedan expresar sus ideas y sentimientos sin temor a ser juzgadas, ayudándolas a reflexionar sobre cómo sus elecciones y posturas impactan no solo en su identidad personal, sino también en la dinámica social.