El caso de Ciro Castillo sigue levantando dudas entre los más escépticos, quienes sugieren que su novia lo mató tras empujarlo al abismo. Ésta es su historia.
En abril de 2011 el Perú se vio sacudido por una noticia que no dejó a nadie indiferente: la desaparición de los jóvenes limeños Ciro Castillo (26) y Rosario Ponce (24), su novia.
Los enamorados, que cursaban el décimo ciclo de Ingeniería Forestal en la Universidad Agraria La Molina, se encontraban de viaje en la ciudad de Arequipa, teniendo como destino específico el Cañón del Colca, famoso por ser uno de los más profundos del mundo.
Sin embargo, en medio de su travesía los veinteañeros perdieron su rumbo y se enfrentaron a la más duras de las situaciones: la muerte del universitario y un manto de sospechas sobre la que, hasta el momento, era el amor de su vida.
Ésta es la inquietante historia de Ciro Castillo y su incansable búsqueda.
Un trágico viaje de placer
El 1 de abril de 2011, la pareja arribó al poblado de Chivay y tres días después, el 4 de abril, se desplazaron hasta el poblado minero de Madrigal con la intención de dirigirse hacia la Fortaleza de Chimpa, en el Cañón de Colca. Los jóvenes eran unos amantes de la aventura y solían viajar por distintos lugares, por lo que ésta sería una de las tantas experiencias que la dupla recordaría por siempre.
No obstante, ese mismo día en vez de seguir la ruta establecida decidieron hacer su propio camino, desviándose del lugar. Dos días después, fueron reportados como desaparecidos.
El 6 de abril, un grupo de catorce brigadistas de rescate comenzaron la búsqueda de Ciro y Rosario, la que no arrojó resultados en las primeras horas. En los días posteriores se sumarían efectivos y recursos de la Policía Nacional del Perú, y el caso alcanzaría relevancia nacional.
Días después, el 13 de abril, la joven fue encontrada con vida en una de las quebradas del lugar, con serias muestras de deshidratación e hipotermia. Fue derivada a un hospital local y posteriormente trasladada a Lima.
Del paradero de su novio, sin embargo, no se sabía nada.
Intensa búsqueda
Las horas siguientes se inició la frenética búsqueda del universitario, liderada por su padre, Ciro Castillo Rojo, un reconocido médico que desde el primer momento hizo todo lo que estuvo a su alcance por dar con el paradero de su primogénito.
En la misión lo acompañó su señora y madre del joven, Rosario García Caballero, quien años después, en 2016, fallecería producto de un paro cardíaco.
A fines de abril, quien fue la novia del desaparecido acompañó a la policía a sobrevolar la zona y entregó detalles de los últimos momentos en los que, según su testimonio, compartió junto a Ciro.
Mencionó que se perdieron en un intento por salir del camino hacia la fortaleza. Rosario dijo que estaba agotada y no podía seguir, por lo que ese 4 de abril Castillo, en un intento por auxiliarla, decidió ir en busca de ayuda a un pueblo que se veía desde lo alto del cañón. “Dejó a Rosario en un punto donde podía guarecerse y partió monta abajo”, recordó el medio peruano El Comercio. Pero luego se le perdió el rastro.
En mayo la joven volvería al lugar, de modo de seguir aportando en la búsqueda de quien fue su pareja. Pese a todos los esfuerzos, tanto de la policía como de lugareños y otros expertos que hicieron suya la desesperación de Ciro padre y su anhelo de encontrar a su hijo, no se encontraban señales de vida del joven.
Primeras sospechas
En medio de la búsqueda de Castillo, los medios comenzaron a indagar todo sobre el caso. Comenzó a sembrarse un manto de dudas sobre Rosario, principalmente impulsado por su comportamiento considerado errático en ciertas entrevistas.
En una de éstas, en el programa Cuarto Poder, se ve a la joven sonreír nerviosamente mientras habla de los sucesos que llevaron a la muerte de Ciro. “Él sufrió un accidente en la montaña, y eso fue creo que terrible. Eso fue muy terrible, ¿no?. Y al final… se cayó, jajaja, se cayó“, dijo.
“Responsabilizo a la familia de Ciro si me pasa algo”, agregó la joven en la entrevista, frente a las informaciones y las sospechas que iban surgiendo alrededor del caso y su presunta participación.
Ante la no aparición de su hijo y las persistentes dudas en torno a su enamorada, el 7 de julio el padre de Ciro interpuso una denuncia por homicidio en contra de Rosario Ponce.
La decisión causó un revuelo a nivel mediático, y todos los dardos apuntaron hacia la joven limeña. Y es que, desde los inicios de la investigación, se presentaron inconsistencias en su relato: la declaración en torno al uso de su celular esos días fue imprecisa (dijo que lo dejó de utilizar un 4 de abril pero lo empleó de forma posterior, el 5 y 6 de abril, para pedir ayuda); no quiso entregar unas prendas de ropa de Ciro a la fiscalía para su indagatoria; tampoco entregó todas las muestras de cabello necesarias; entre otros detalles.
El hallazgo de Ciro
Meses después, la desolación tocaría la puerta de la familia Castillo, luego de que el 16 de octubre se encontrara un cuerpo en un profundo barranco, en el área donde Rosario había indicado que probablemente estaría Ciro.
El 20 de octubre, el equipo de rescatistas descubrió un cadáver sobre un despeñadero casi inaccesible, en el nevado Bomboya. El cuerpo sin vida estaba en posición fetal en medio de un desfiladero.
Seis días después se determinó oficialmente que el cadáver era el del estudiante limeño, y que la causa de la muerte había sido un politraumatismo severo por caída.
El padre de Ciro regresaría a Lima con al menos, según declaró a medios, la amarga satisfacción de haber encontrado su cuerpo, y con la “misión cumplida” de otorgarle el eterno reposo a su hijo.
Informe categórico contra Ponce
Tras más de un año de pericias, en noviembre de 2012 la fiscal encargada de la investigación, María del Rosario Lozada, emitió su resolución sobre la investigación por la muerte de Castillo. En el documento, la magistrada llegó a la conclusión previa de que Rosario Ponce López empujó al precipicio a su exenamorado en medio de una emoción violenta.
“Después de revisar los 20 mil folios que contiene la carpeta fiscal, la magistrada también relacionó esta hipótesis con los resultados del estudio hecho por el perito forense Roberto Parra Chinchilla, quien concluye que el estudiante cayó producto de una fuerza exterior, es decir, que alguien pudo empujarlo“, señaló en la oportunidad el medio local Perú 21.
A ello, agregaron que otra de las conclusiones sólidas de la resolución indica que “en el lugar donde se halló a Ciro se encontró, además, tres guantes, todos de Rosario Ponce. Dos de ellos los usaba Ciro, pero el tercero sería del par que tenía puesto la universitaria y que haría sospechar que lo perdió en el presunto forcejeo con la víctima“.
El caso se archiva
Pese a las pruebas, a principios de julio de 2013 la fiscalía solicitó archivar la investigación por el caso de Castillo. Lozada ratificó que, pese a las innumerables diligencias y datos obtenidos en medio del proceso, no se hallaron pruebas irrefutables para acusar a Rosario Ponce por el asesinato de su novio.
El padre del joven estudiante lamentó la decisión judicial y anunció que apelarían, ya que no estaba dispuesto a bajar los brazos en búsqueda de la verdad.
Semanas después, el doctor volvió a Arequipa para presentar el recurso de oposición al pedido de archivamiento de su denuncia por homicidio.
No obstante, a fines de septiembre del mismo año la Corte Superior de Justicia de Arequipa archivó definitivamente el caso por el presunto delito de homicidio, informó El Comercio.
La nueva vida de Rosario Ponce
Alejada del revuelo que causó la investigación por la muerte de su expareja, Rosario decidió rehacer su vida. En 2015 contrajo matrimonio con Víctor Cabrera, hijo de su exabogado Miguel Cabrera, y se anunció que estaba esperando su segundo hijo.
Cabrera no era un desconocido para ella. Ambos jóvenes mantuvieron una relación antes de que ella fuera pareja de Ciro Castillo.
Incluso, Cabrera fue implicado en el caso bajo la sospecha de ser el tercer acompañante de la pareja durante el viaje al Cañón del Colca, y de haber sido el responsable de la toma de fotografías.
Lo cierto es que, pese a la resolución judicial en torno al suceso, a casi 11 años de la muerte de Ciro Castillo hay muchos que aún sospechan de la verdadera participación de Ponce en su deceso. Una muerte que, sin duda, marcó a la opinión pública peruana y se convirtió en noticia obligada de los medios de comunicación.