Tres hombres de California, Estados Unidos, son una familia poliamorosa que se posiciona como la primera en lograr que sus integrantes sean padres legales de una bebé.
Piper se convirtió en la hija de Ian Jenkins, Alan Mayfield y Jeremy Allen Hodges luego de que un juez dictara que todos ellos podían figurar en el certificado de nacimiento de la niña, que ahora tiene tres años de edad, según informó HuffPost.
Además, Piper no es la única hija de la familia poliamorosa, dado que tienen otro niño de un poco más de un año llamado Parker. Ambos nacieron gracias a una donante de óvulos y una madre sustituta, por lo que son medios hermanos. A su vez, el traer al mundo a estos niños fue más costoso para la familia de lo que habían pensado.
La historia de esta familia poliamorosa comenzó hace 17 años, cuando Jenkins y Mayfield iniciaron una relación. Ocho años más tarde Jeremy Allen Hodges llegó a sus vidas.
Ahora tienen un espacio en Instagram donde comparten sus momentos juntos a los niños y en marzo próximo saldrá publicado un libro de Ian Jenkins, médico de 45 años, que trata sobre la historia de la familia y su lucha por convertirse en padres.
Además, no es el primer acercamiento literario para él, dado que ya ha publicado investigaciones sobre su área de trabajo y experiencias como médico LGBTQ +, según informó LGBTQ San Diego County News.
Para Jenkins su hogar no es muy distinto a otros, dado que define su día a día como “solo tres personas normales que pasan mucho tiempo hablando sobre qué cenar y qué ver en televisión”.
Respecto al futuro de los niños, Jenkins aseguró temer que tuvieran problemas por venir de una familia diferente. “No queríamos que se convirtieran en blanco de burlas, acoso o abuso en línea”, contó. Pese a eso, aclaró que nada de eso ha sucedido hasta ahora. “No hemos tenido ningún rechazo por parte de nadie en nuestra vida profesional y personal. Nuestro mayor ahora está en preescolar, y los otros padres y niños dicen, ‘¡Genial! Cuéntanos esa historia"”.
El hombre realizó un duro cuestionamiento a los estados del país que dificultan este tipo de procesos para familias no convencionales. Sin embargo, agradeció que su caso fue diferente. “Todos dimos testimonios llenos de lágrimas sobre por qué necesitábamos ser padres. Se podía ver la emoción en el rostro del juez. Miró todas las opciones que tenía delante y encontró una manera de utilizar las leyes existentes para darnos el primer certificado de nacimiento de este tipo en cualquier lugar”, destacó.
Para esta familia las inquietudes sobre la crianza son las mismas que para todo padre. Sienten los desafíos de cuidar a los niños, educarlos y jugar con ellos. Así, comparten todos estos aspectos y hay tareas que se han dividido. A su vez, los tres son el “papá” para sus hijos.
“Siempre estamos hablando de cómo criar niños emocionalmente sanos, generosos pero fuertes, libres de algunas de las partes tóxicas de nuestra cultura”, concluyó Jenkins.