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El mercado de la alimentación saludable ha sido conquistado en los últimos años por las barras de proteína, bocadillos nutritivos y fáciles de transportar que atraen a deportistas y a aquellos interesados en un estilo de vida activo. Sin embargo, su creciente popularidad ha generado dudas sobre sus efectos a largo plazo en la salud. El nutricionista Edison Hormazábal de la Universidad del Desarrollo señala que estas barras, presentadas como una solución para aumentar la ingesta proteica, han tenido éxito gracias a la conveniencia, la conciencia sobre la salud y la nutrición, y la popularidad de las dietas ricas en proteínas. A pesar de estar enfocadas en deportistas de alto rendimiento, su consumo puede resultar beneficioso para quienes buscan controlar su peso o mejorar la recuperación muscular después del ejercicio. Sin embargo, el abuso de estos productos puede provocar efectos dañinos como problemas digestivos, aumento de peso y desbalance nutricional. Es importante leer detenidamente las etiquetas y considerar otras fuentes de proteínas más saludables y económicas, como legumbres, huevos, carnes magras y lácteos.

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Durante los últimos años, las barras de proteína han conquistado el mercado de la alimentación saludable. Un bocadillo nutritivo, fácil de transportar y delicioso que no sólo ha atraído a deportistas, sino que también a quienes buscan un estilo de vida activo y, en general, a aquellos que desean cuidar su línea. No obstante, a medida que su popularidad crece, también surgen cuestionamientos sobre los efectos a largo plazo de estos ‘snacks fitness’ en la salud.

En conversación con BioBioChile, el nutricionista y académico de la Universidad del Desarrollo, Edison Hormazábal, explicó qué daños producen estos suplementos si se abusa de ellos, qué hay detrás de su éxito de ventas y qué otros alimentos -más económicos- aportan más proteínas.

El ‘boom’ de las barras de proteína

El auge de este producto llegó junto con la tendencia hacia el fitness y la conciencia sobre la nutrición. Estos suplementos, presentados como una solución para aumentar la ingesta proteica, se han transformado en un infaltable en gimnasios, supermercados, tiendas de suplementes e, incluso, en almacenes de barrio. Pero detrás de su atractivo marketing y el respaldo de ‘influencers’ u otras personalidades del deporte, existe una narrativa mucho más compleja que ha comenzado a ser analizado en el mundo de la nutrición.

Primero, ¿qué son las barras de proteína y por qué se han transformado en un producto tan exitoso en el mercado? De acuerdo a Hormazábal, estos alimentos “son suplementos que contienen una alta cantidad de proteínas, generalmente de origen animal o vegetal, junto con otros ingredientes como carbohidratos, grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales”, y que han sido un éxito debido a varias razones, “como la conveniencia (son fáciles de llevar y consumir), la creciente conciencia sobre la salud y nutrición, y la popularidad de las dietas ricas en proteína, tanto entre deportistas como entre personas que buscan un estilo de vida saludable”.

En ese sentido, el especialista aclara que, si bien, estos productos están enfocados en deportistas de alto rendimiento, su consumo también puede resultar beneficioso -con el apoyo de un profesional- para personas que buscan aumentar su ingesta proteica, controlar su peso, mejorar su recuperación muscular después de hacer ejercicio, o simplemente, como un snack saludable que reemplace otras opciones menos nutritivas.

Según un análisis financiero de MarketWatch en Estados Unidos, el mercado a nivel mundial de las barras de proteínas ha crecido tan rápidamente que, para 2026, se espera que sus ventas superen los 2.000 millones de dólares.

Barras de proteína para deportistas
Foto: Pexels

Y es que, en base a este mismo estudio apoyado por expertos en nutrición, la gente asocia las proteínas con la buena condición física de forma instintiva, entendiendo que el consumir estos productos es automáticamente beneficioso para la salud y quedan conformes con ello, dejando de lados dietas equilibradas u otros alimentos muchos más saludables, como también económicos y accesibles.

No tan saludables

Con este tipo de productos, que ofrecen distintos tipos de sabores como pie de limón, frutos rojos, chocolate, entre otros, es fácil que una persona abuse de ellos y, en el afán por reemplazar otros snacks ‘menos saludables’, su ingesta de proteína y azúcares se torne excesiva.

“Su consumo excesivo puede llevar a varios efectos dañinos, incluyendo problemas digestivos (como hinchazón o diarrea), un exceso de calorías que puede resultar en aumento de peso, y una ingesta desbalanceada de nutrientes”, destacó el nutricionista a la presente redacción, apuntando también a las azúcares añadidas e ingredientes artificiales que suelen traer estos suplementos, considerando que algunos sólo son barras de chocolate con proteína incorporada.

En la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Desarrollo, y en su rol de coordinador del área de Nutrición Deportiva, Hormazábal se ha dedicado a realizar análisis químicos de suplementos alimenticios dedicados para deportistas, encontrando diferencias entre lo que se detalla en el etiquetado y en lo que realmente contiene cada producto.

Análisis de barras de proteína en la UDD
Análisis de barras de proteína | Universidad del Desarrollo

“Al estudiar las barras de proteína se pueden sacar varias conclusiones. Es fundamental leer las etiquetas cuidadosamente, ya que la composición nutricional puede variar significativamente entre diferentes marcas y productos. Muchas barras pueden contener más azúcares añadidos de lo esperado y menos proteína de la que afirman. Además, es importante considerar que no todas las barras son iguales, y algunas pueden ser más adecuadas para distintas necesidades dietéticas”, puntualizó.

Por otro parte, otro aspecto a considerar es el impacto que estos productos puede tener en el sistema digestivo. Y es que, al contener grandes cantidades de fibra, podría provocar problemas gastrointestinales si se ingiere en exceso, tales como hinchazón, gases y malestar estomacal. Además, el consumo indiscriminado de proteínas no sólo es innecesario para la mayoría de las personas, sino que puede causar daño a los riñones a largo plazo y contribuir a la deshidratación. Mientras que los atletas y las personas muy activas pueden requerir más proteína, muchos consumidores que eligen las barras sin necesidad real sobrepasan significativamente su ingesta diaria recomendada.

En cuanto al consumo de barras de proteína en niños y adolescentes, el docente enfatizó en que “no está necesariamente contraindicado” para este rango etario, pero que sí es importante que su ingesta “debe ser limitada y supervisada”, ya que “los niños en crecimiento necesitan un equilibrio de nutrientes y no requieren de estos suplementos”

“Además, algunas barras pueden contener ingredientes que no son adecuados para su desarrollo o que pueden provocar alergias”, complementó.

Con el crecimiento del mercado de la alimentación, es probable que las barras de proteína continúen evolucionando, por lo que es vital que los consumidores permanezcan informados y realicen elecciones fundamentadas sobre lo que realmente es beneficioso para su salud. En la búsqueda del bienestar, el conocimiento será, sin duda, el mejor aliado. Es importante leer las etiquetas, ser consciente de los ingredientes, y comprender que aunque las barras de proteína pueden tener su lugar como un suplemento ocasional, no deberían reemplazar una dieta equilibrada.

“Existen alimentos más económicos y nutricionalmente equilibrados que las barras de proteína. Ejemplos incluyen legumbres (como lentejas y garbanzos), huevos, yogur griego, frutos secos, carnes magras, pescado, y productos lácteos. Estos alimentos no sólo son ricos en proteínas, sino también en otros nutrientes esenciales, y suelen ser más asequibles si se compran en su forma natural o poco procesada”, cerró el nutricionista y académico penquista.