El arte de beber cerveza artesanal explicado por especialistas de la materia, quienes entregan secretos y señalan por qué se debe elegir antes que la industrial.

Con un promedio de 116 litros por hogar al año, según la cadena de investigación de mercado Kantar Worldpanel (2023), la cerveza es uno de los productos más consumidos por los chilenos, quienes cada vez optan por marcas más locales y elaboraciones más vanguardistas, como lo son las cervezas artesanales.

Pese a su caída durante la pandemia, el ‘boom’ de la cervecería artesanal llegó para quedarse en nuestro país y, en conversación con BioBioChile, dos expertos cerveceros penquistas revelan secretos y cómo se bebe correctamente esta bebida alcohólica que no falla en bares, celebraciones o ratos libres.

Cerveza artesanal
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Artesanal vs. Industrial

A diferencia de las preparaciones a nivel industrial -que contienen conservantes y son pasteurizadas-, las cervezas artesanales se caracterizan por ser elaboradas a partir de ingredientes totalmente naturales, que no llevan aditivos artificiales y que su base es simplemente agua, levadura, maltas y lúpulos. Una experiencia que lleva a los orígenes de hace más de cinco mil años de esta bebida y que permite acercarse a la forma correcta de beber este producto.

Nelson Aliaga, conocido en la escena coctelera de Concepción como ‘Maldito Bartender’, especialista en mixología cervecera y ganador de la novena edición de Coctelera Festival como representante de la ciudad, explicó a la presente redacción por qué los amates de la cerveza se inclinan más hacia marcas artesanales y locales.

Las cervezas artesanales están hechas con más cariño. Y es que su objetivo no es producir miles y miles de latas o botellas, sino que encantar al paladar. Habiendo distintos tipos y razas de lúpulos y al experimentar con su enorme variedad, se puede llegar a sabores más específicos; ya sea dulces, cítricos o amargos, que permite una búsqueda de tus propios gustos”, recalca el bartender del Bar Queens.

En su constante lucha por promover lo local, Aliaga recuerda su vasta experiencia trabajando en La Pinta Restobar -local cervecero de Concepción-, donde pudo reforzar aún más su respeto por la cerveza.

“Es importante que la gente sepa qué tipo de cerveza le gusta y que puedan tener toda la información a mano, para así encontrar sus sabores favoritos y conocer el trabajo de los maestros cerveceros”, apuntó.

Un amor por la cerveza que comparte con Manuel Gómez, dueño del restobar de especialidad Del Corral, quien explicó por qué es importante que los chilenos prefieran cada vez más lo artesanal por sobre lo industrial, pese a su desventaja en lo económico.

Las cervecerías artesanales tienen un mejor control y pueden experimentar mucho más con los sabores para llegar a mejores resultados. Por su parte, las industriales ocupan productos de menor calidad; mucho arroz y granos de maíz y muy poco porcentaje de cebada, mientras que un cervecero artesanal ocupa granos de especialidad y diferentes tipos de maltas y lúpulos”, puntualizó Gómez.

Temperatura, carbonatación y maridaje

Con distintas variedades de cerveza (ámbar, lager, stout, IPA, Irish Red Ale, etc), la producción artesanal no sólo se diferencia de la industrial en su elaboración, sino que también en su servicio y en cómo se debe tratar.

En ese sentido, el empresario identifica otra de las grandes diferencias entre artesanal e industrial, y de paso, recomienda a los amantes de la cerveza hacer sus compras o disfrutar de este producto en locales de especialidad, ya sea bares o tiendas.

Tipos de cerveza
Tipos de cerveza | Redes

“En estos lugares es donde se descartará que tu cerveza esté mal cuidada. Hay una preocupación de tener cámara de frío, que es donde se debe almacenar una cerveza artesanal, ya que al subir la temperatura o exponerla al ambiente, al tener sus levaduras vivas, éstas volverán a fermentar y entregará notas y aromas no deseados”, destaca Manuel.

A su vez, lanza una crítica al cuidado que dan las grandes cadenas de supermercado a este tipo de producto: “Tienen la cerveza a temperatura ambiente y sin refrigeración, por lo que es muy común que pierdan sus características organolépticas, aunque llegues a casa a ponerla en el refrigerador“.

La temperatura al momento de servir esta bebida -en su versión artesanal- también es fundamental de acuerdo a Manuel, quien explica que la mayoría de las cervezas deben servirse entre 2 a 3 °C, recomendando elevar, cuidadosamente, estos grados en caso de tratarse de una con más cuerpo (ámbar, stout, entre otras), con el objetivo de “liberar sus sabores y notas propias”. En el caso de las cervezas más ligeras como las rubias, aumentar la temperatura “puede no ser tan agradable al paladar”.

Al ser un bebestible carbonatado (con presencia de CO2), tanto Manuel como Nelson enfatizan en la importancia de este proceso, ya sea por su sabor y calidad, como para evitar malestares en el cuerpo al momento de consumirla.

“Siempre que se beba cerveza, se debe servir en un vaso. Al liberar la carbonatación, permitirá evitar la hinchazón posterior, e ideal, con dos dedos de espuma”, aconseja el dueño del restobar Del Corral.

Por su parte, el ‘Maldito Bartender’ recuerda: “Una buena cerveza no debería producir astringencia al momento de beberla, ni tampoco tener sabores o aromas relacionados a químicos. Eso habla de que no está bien tratada”.

Como toda bebida alcohólica y tal como recomiendan los expertos en coctelería, el acompañamiento (maridaje) es un aspecto primordial a la hora de catar o beber cerveza artesanal, por lo que Manuel Gómez dio algunas ideas a BioBioChile para mejorar aún más esta experiencia.

– Para una cerveza ligera rubia (lager o Golden Ale): acompañarla con alguna preparación fresca y liviana, como una ensalada. Va a potenciar las notas ácidas y ayudará a sentir aún más esos sabores.

– Para una cerveza más robusta (ámbar o Iris Red Ale): acompañarla con carne (no en exceso), sándwiches o masas, ya sea con proteínas o con preparaciones como cebolla caramelizada, potenciando así las notas dulces y saladas.

– Para una cerveza oscura (stout o Imperial Stout): acompañarla con un asado o incluso con un postre de chocolate, ya que se mezcla bien con sabores intensos -como las de unas costillas barbecue o carne mechada-, equilibrando todo en boca.