Seguro alguna vez has escuchado hablar sobre el ‘efecto rebote’, que hace que una persona recupere, en poco tiempo, los kilos que bajó.
Resulta que la ciencia ya estaba al tanto de este tipo de escenario, que sobre todo afecta a las personas obesas que pierden peso, pero no había muchas explicaciones sobre por qué se produce.
Ahora, este lunes 18 de noviembre, una investigación publicada en la revista Nature, reveló lo que podría ser una de las causas: “el tejido adiposo conserva una memoria epigenética de la obesidad después de la pérdida de peso“, versa el título del estudio.
Células con “memoria”: ¿La causa del ‘efecto rebote’?
Según menciona el artículo, “la obesidad conduce a cambios en el epigenoma”, que se refiere a un grupo de compuestos químicos y proteínas que se unen al ADN para alterar su función, y que hacen que la actividad genética aumente o disminuya, señala el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano.
En este caso, la alteración en la actividad genética causada por la obesidad, haría que las células grasas pierdan su función normal. Este efecto perduraría incluso después que una persona haya perdido peso.
Cuando una persona experimenta obesidad, los genes que se activan estimulan la inflamación y fibrosis del cuerpo. En tanto, los que se desactivan ayudan a las células grasas a que funcionen de forma normal.
Experimentando con ratones obesos, el equipo detrás de la investigación comprobó que tras ponerlos a dieta, los cambios en sus epigenomas “persistían, como si las células ‘recordaran’ haber estado en un cuerpo con obesidad”.
Por consiguiente, y según explica, Laura Hinte, una de las autoras del estudio, las personas que adelgazan “necesitarán cuidados a largo plazo para evitar recuperar el peso”.
¿Por qué el peso perdido se recupera tan rápido?
Ello también lo comprobaron a la hora de comprender las razones detrás del porqué el peso perdido se recupera tan rápido. Para eso analizaron a personas con obesidad severa y otras que nunca fueron obesas, descubriendo que “algunos genes eran más activos en las células grasas del grupo obeso que en las del grupo de control”.
Incluso aunque una persona se sometiera a una cirugía para adelgazar, la actividad genética aún mostraba el patrón ligado a la obesidad.