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El ayatolá Alí Jamenei, actual Líder Supremo de Irán, ha sido una figura central en la política interna y externa del país desde su ascenso al poder en 1989, desempeñando un papel fundamental en la toma de decisiones que impactan tanto al gobierno como al pueblo iraní. Como jefe de Estado y máxima autoridad del país, controla las fuerzas armadas, el poder judicial y la televisión estatal, entre otras organizaciones. Nacido en 1939 en Mashhad, Jamenei se ha destacado por seguir una línea política y religiosa chiita, promoviendo la doctrina del \"velayat-e faqih\" y manteniendo una postura firme contra la influencia occidental, particularmente de Estados Unidos e Israel. Su elección como Líder Supremo en 1989, por la Asamblea de Expertos, lo consagró como la autoridad política y religiosa más importante de Irán, posición que mantiene hasta la actualidad.

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En medio de la escala de violencia en el Medio Oriente, surgen nombres de líderes y políticos de la zona, entre ellos, el del ayatolá Alí Jamenei, el actual Líder Supremo de Irán, una de las figuras más influyentes en la política y la vida religiosa del país.

Desde su ascenso al poder en 1989, Jamenei ha desempeñado un papel crucial en la configuración de la política interna y externa de Irán, siendo el máximo responsable de las decisiones clave que afectan tanto al gobierno como al pueblo iraní.

Para hacerse una idea, en Irán, el Líder Supremo es el jefe de Estado y la autoridad máxima del país, al mando de las fuerzas armadas, el poder judicial, la televisión estatal y otras organizaciones gubernamentales. Por ejemplo, escoge directamente a los ministros del gobierno, por sobre el presidente iraní.

¿Quién es el ayatolá Alí Jamenei, Líder Supremo de Irán?

Alí Jamenei, ayatolá y Líder Supremo de Irán nació el 17 de julio de 1939 en Mashhad, una ciudad santa chiita en el noreste de Irán. Proveniente de una familia de clérigos, Jamenei siguió los pasos de su padre y se formó en teología islámica bajo la tutela de importantes eruditos de su religión, afirma su biografía del Cidob, un centro de investigación en relaciones internacionales con sede en Barcelona.

Su activismo político comenzó en las décadas de 1960 y 1970, cuando se opuso al régimen monárquico del sha Mohammad Reza Pahlavi, apoyando al líder revolucionario, el ayatolá Ruhollah Jomeini.

Tras el derrocamiento del sha en 1979 durante la Revolución Islámica, Jamenei se convirtió en una figura prominente dentro del nuevo gobierno teocrático que se estableció en Irán.

El ayatolá Alí Jamenei fue elegido como Líder Supremo de Irán en 1989, tras la muerte de su predecesor, el ayatolá Ruhollah Jomeini, quien había sido el arquitecto de la Revolución Islámica y primer Líder Supremo del país.

Aunque Jamenei no contaba con el prestigio religioso de Jomeini, fue seleccionado debido a su estrecha relación con el fallecido líder y su papel activo en la revolución, acorde a una publicación de La Razón.

La elección de Jamenei se llevó a cabo por la Asamblea de Expertos, un organismo compuesto por clérigos que tienen la responsabilidad de elegir y supervisar al Líder Supremo de Irán. Este cuerpo decidió otorgarle el máximo cargo del país, lo que lo convirtió en la autoridad política y religiosa más importante de Irán, un puesto que mantiene hasta la actualidad.

Pensamiento religioso y político de Jamenei

Alí Jamenei sigue la escuela de pensamiento chiita que promueve el concepto de “velayat-e faqih” o el gobierno del jurista islámico, ideología desarrollada por Jomeini, conforme a una nota de la BBC del 2013.

Esta doctrina sostiene que los clérigos, especialmente el Líder Supremo, deben tener el control sobre los asuntos del Estado para garantizar que las leyes y políticas estén alineadas con los principios islámicos.

En el plano político, Jamenei ha mantenido una postura firme contra la influencia occidental, particularmente de Estados Unidos e Israel, a quienes considera enemigos de la República Islámica.

Ha promovido una política de resistencia y autosuficiencia, abogando por el desarrollo militar y nuclear de Irán como una forma de preservar la independencia del país frente a las presiones internacionales.

Además, Jamenei es un crítico de las reformas políticas internas que buscan occidentalizar la sociedad iraní.

En el ámbito religioso, sigue la interpretación estricta del islam chiita y promueve los valores tradicionales, oponiéndose a movimientos liberales y reformistas dentro del propio Irán.