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La diabetes mellitus tipo 2, una preocupación de salud global, afecta a unos 540 millones de personas en todo el mundo, con un aumento significativo en las últimas décadas y proyecciones de incremento futuro. La dieta desempeña un papel crucial en su desarrollo, y un estudio publicado en The Lancet detalla la asociación entre el nivel de procesamiento de alimentos y la incidencia de esta enfermedad, identificando a los alimentos ultraprocesados como los más perjudiciales. Dichos alimentos, como bebidas azucaradas y snacks, están vinculados a un mayor riesgo de diabetes tipo 2, mientras que el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados se asocia con una menor incidencia de la enfermedad.

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La diabetes mellitus tipo 2 es una de las principales preocupaciones de salud pública a nivel mundial, afectando a aproximadamente 540 millones de personas alrededor del mundo.

Su incidencia ha aumentado de manera alarmante en las últimas décadas, multiplicándose por más de cuatro veces y con proyecciones que indican un incremento aún mayor en el futuro cercano.

Aunque existen múltiples factores de riesgo que contribuyen a su desarrollo, la dieta juega un papel fundamental y, a menudo, los alimentos que incrementan este riesgo son más comunes de lo que imaginamos.

Al respecto, un estudio publicado en The Lancet en septiembre de este año, examinó la asociación entre el grado de procesamiento de alimentos y la incidencia de diabetes mellitus tipo 2.

Sé determinó que sí existe un grupo que puede afectar de forma considerable al desarrollo de esta enfermedad. ¿Cuáles son los alimentos más perjudiciales?

La clasificación Nova

Antes de conocer los resultados del estudio, es conveniente tener cierto grado de entendimiento sobre la clasificación Nova, la más utilizada cuando se trata de determinar el nivel de procesamiento que tiene un alimento, dividiéndose en cuatro categorías.

La primera categoría comprende a los alimentos no procesados o procesados de forma mínima (MPFs por sus siglas en inglés). Estos comprenden que el alimento original está prácticamente intacto, tales como frutas y verduras enteras, granos, legumbres, carne y pescado.

La segunda categoría son los ingredientes culinarios procesadoss (PCIs), por ejemplo sal, azúcar o aceites, que se utilizan para hacer platos preparados.

Ya en la tercera categoría encontramos alimentos procesados (PFs), que combinan los MPFs y PCIs, como pescado en conserva, quesos, pan, carnes saladas o ahumadas y frutas en almíbar, o frutas, verduras o legumbres en salmuera.

Por último, la categoría cuatro son los alimentos ultraprocesados (UPF), definidos como formulaciones industriales que utilizan extractos de alimentos originales, normalmente con muchos ingredientes.

Según explica el estudio, los UPF tienden a no parecerse a los alimentos originales que los constituyeron e incluyen carnes procesadas, cereales para el desayuno, bebidas endulzadas artificialmente y con azúcar y muchas comidas que vienen listas para comer.

Los alimentos que constituyen un mayor riesgo de padecer diabetes mellitus

En el estudio, que comprendió un periodo de 10 años y 311.892 personas, encontró que un mayor consumo de UPFs está relacionado con un mayor riesgo de padecer diabetes mellitus tipo dos. En contraste, a menor consumo de estos alimentos, menor era la incidencia de la enfermedad.

No obstante, existen matices. Según indican los autores del estudio, existe heterogeneidad en la asociación entre los subgrupos de UPF y la incidencia de diabetes mellitus tipo 2.

“Los mecanismos potenciales que vinculan la UPF y la diabetes mellitus tipo 2, como las características nutricionales, la densidad energética, la hiperpalatabilidad, el contenido de aditivos y el grado de degradación de la matriz, pueden variar enormemente entre los subgrupos de UPF”, precisan los autores de la investigación.

Entre los alimentos ultraprocesados que se asociaron con una mayor incidencia de diabetes mellitus tipo 2 figuran las bebidas azucaradas, los snacks, los productos ultraprocesados de origen animal y los platos listos.

Por ejemplo, en el caso del consumo habitual de refrescos, estos suelen carecer de micronutrientes y fibra, por lo que suelen tener un efecto perjudicial sobre la incidencia de diabetes mellitus tipo 2, en comparación con el pan fortificado que sí puede contener algo de fibra.