El consumo de electricidad es una de las principales preocupaciones de las familias y comercios durante los meses de otoño e invierno. Para la mayoría, el aumento en la boleta de la luz a fin de mes no pasa desapercibido, y se espera que aumente de cara a la inminente alza a contar de julio.
En ese sentido, existen ciertas prácticas que permiten amortiguar, hasta cierto punto, el costo de la energía. Algunas de las más conocidas son, por ejemplo, evitar el consumo fantasma, que consiste principalmente en desenchufar aquellos aparatos eléctricos mientras no se están utilizando.
Otro elemento que incide en las cuentas de la luz para algunos clientes del servicio es tener en cuenta el horario de punta, momento del día en que el consumo sale más caro.
¿Cuál es el horario de punta de la luz en invierno?
Entre las 18:00 y las 22:00 horas del día, entre los meses de abril a septiembre, es cuando la electricidad sale más costosa. Lo anterior, exceptuando sábados, domingos y festivos. Eso sí, no aplica para quienes cuentan con Tarifa BT1, que es la elegida por la mayoría de los clientes residenciales, según indica CGE.
El horario punta busca desincentivar el consumo excesivo de luz durante la temporada. Si bien en muchos casos no es posible prescindir completamente del servicio eléctrico a esa hora, sí se recomienda hacerlo con mayor discreción.
Consejos para cuidar el consumo de luz en invierno:
— Desconectar los aparatos eléctricos que no se estén utilizando. No basta con apagarlos, deben estar desenchufados. Esto incluye cargadores, electrodomésticos, aparatos eléctricos, etc. Excepto el refrigerador.
— Verificar el correcto aislamiento del hogar o establecimiento y evaluar la instalación de doble acristalamiento en las ventanas.
— Apagar las luces que no se estén utilizando.
— Utilizar la lavadora con carga completa y con agua fría. Recordar que esta puede llegar a significar “hasta un 11,8% del consumo de electricidad total de tu hogar”, según CGE.
— Mantener los radiadores y sistemas de calefacción limpios y en buen estado de funcionamiento.
Pequeños cambios en los hábitos diarios pueden marcar una gran diferencia en las facturas de luz.