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El fenómeno de El Niño se está retirando, dando paso a una fase neutra en junio para luego ingresar a una fase fría de La Niña a partir de julio, la cual persistirá hasta el verano de 2025 en Chile, lo que probablemente resultará en un déficit de lluvias desde la segunda mitad del invierno. Según el informe de la Dra. Paula Santibáñez del Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián, es crucial tomar en serio los efectos del cambio climático y rediseñar la convivencia con la naturaleza. Respecto a las precipitaciones, se espera un déficit en la costa y temperaturas levemente superiores a lo normal al norte de Santiago, beneficiando la acumulación de nieve. Además, la cobertura de nieve ha aumentado significativamente en comparación con el año anterior, aunque persisten déficits en la región de Coquimbo. Para el verano de 2025 se pronostica condiciones secas debido a la fase fría del Pacífico, con posibles episodios fríos de origen polar en la primavera de 2024. Es fundamental adaptarse a esta nueva realidad climática para enfrentar el probable déficit de lluvias y episodios de frío en los meses venideros.
El fenómeno de El Niño, que afecta el clima global, ha comenzado a retirarse. Durante lo que resta de junio, las aguas del Pacífico se mantendrán en una fase neutra, para luego pasar a una fase fría a partir de julio con la llegada de La Niña. Esta fase fría persistirá durante toda la primavera de 2024 y el verano de 2025, lo que probablemente resultará en un déficit de lluvias a partir de la segunda mitad del invierno.
Lo anterior, se encuentra detallado en el informe «Análisis climático mayo 2024» realizado por la Dra. Paula Santibáñez, jefa del Observatorio Climático de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián, el cual ofrece una visión de las condiciones climáticas que se esperan para el resto del año 2024 y el verano de 2025 en Chile.
La experta también apunta en su informe a la importancia de tomar en serio los efectos del cambio climático. Según explica, este “presenta una realidad distinta, con efectos mayoritariamente irreversibles, dejando huellas permanentes que exceden la capacidad humana para remediarlas”, por lo que sería fundamental “rediseñar nuestros modos de convivencia con una naturaleza diferente, menos acogedora y generosa en recursos alimentarios, y empobrecida en su diversidad biológica”.
Precipitaciones y Temperaturas
Según indica el informe, las precipitaciones hasta finales de mayo estuvieron cercanas a rangos normales, pero superior a lo usual en la Región Metropolitana. Lo anterior, debido a que los frentes han seguido ingresando y subiendo.
Ya estando a mediados de junio, se observa que las precipitaciones persisten en el país, especialmente en la zona centro y sur, donde esta semana se pronosticaron fuertes lluvias. Sin embargo, esta situación podría cambiar en unas semanas, ya que el anticiclón podría adoptar una posición de bloqueo, resultando en una baja de las lluvias desde julio en adelante.
En concreto, en julio, se anticipa un déficit de lluvias en la costa, mientras que en la cordillera las precipitaciones podrían estar cerca de la normalidad.
En cuanto a las temperaturas, el mes de mayo ha registrado temperaturas más bajas de lo normal desde Santiago hacia el sur y superiores a lo normal desde Santiago hacia el norte. Esto se debe a un desplazamiento anómalo del anticiclón hacia el extremo sur, permitiendo la entrada de aire frío sub antártico.
Para lo que resta de junio y julio, se espera que las temperaturas estén ligeramente por encima de lo normal al norte de Santiago y se aproximen a la normalidad al sur de esta región, lo cual es positivo para la acumulación de nieve.
Cobertura de Nieve y próximo verano
Hasta el 31 de mayo, la cobertura de nieve alcanzó los 21.000 km² entre las regiones de Coquimbo y Biobío, comparado con los 6.500 km² del año pasado en la misma fecha.
Este aumento se debe a una mayor pluviometría en la zona central y a las bajas isotermas cero, lo que ha permitido una acumulación significativa de nieve en la cordillera.
Sin embargo, aunque la situación ha mejorado en comparación con el año anterior, aún hay déficits importantes, especialmente en la región de Coquimbo.
Para el verano de 2025, la fase fría de las aguas del Pacífico continuará, lo que sugiere la probabilidad de condiciones secas. La primavera de 2024 podría traer episodios fríos de origen polar, típicos de La Niña, lo que indica que podría haber posibles heladas.
La Dra. Paula Santibáñez subraya la importancia de adaptarse a una nueva realidad climática. Con la retirada de El Niño y la entrada de una fase fría, es probable que se experimente un déficit de lluvias y episodios de frío en los próximos meses.
