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El síndrome boca-mano-pie, una infección que afecta a niños menores de 5 años, es causado por el virus coxsackie y produce sarpullido en la boca, manos y pies, así como fiebre, dolor de garganta y pérdida de apetito. Su contagio se da por contacto directo o a través de gotitas de saliva. Para prevenirlo, se recomienda mantener una buena higiene, lavarse las manos, enseñar hábitos a los niños, desinfectar áreas comunes y evitar el contacto cercano. Aunque no tiene un tratamiento específico, se sugiere mantener la hidratación y recetar analgésicos para aliviar los síntomas.

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Una de las infecciones que afectan exclusivamente a niños y niñas es el síndrome boca-mano-pie, que puede producir sarpullido o ampollas en las partes del cuerpo que dan origen a su nombre.

Se trata de un afección cuyas principales víctimas son lactantes y menores de 5 años, quienes desarrollan los síntomas a partir del contagio del virus coxsackie. Éste forma parte de la familia del enterovirus (que también agrupa a la hepatitis A y el virus del polio), el cual vive en el aparato digestivo, consigna la organización Nemours KidsHealth.

Debido al rango etario en el que suele producirse, las primeras detecciones ocurren en jardines o salas cuna, llegando a producir brotes focalizados.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome boca-mano-pie?

Uno de los síntomas visibles más comunes es la aparición de sarpullido o ampollas en la boca, como en lengua, encías y cara interna de las mejillas; palmas de las manos, plantas de los pies y glúteos.

A estos también se suman la fiebre, dolor de garganta, náuseas, irritabilidad y pérdida del apetito, según afirma el sitio de la Clínica Mayo.

Además de estos síntomas, la seremi de Salud en la región de Coquimbo, dra. Paola Salas, mencionó a nuestro medio asociado El Día que el síndrome boca-mano-pie también puede transmitirse a través de gotitas de saliva -que contienen partículas del virus- cuando una persona estornuda o tose, así como tocar a una persona infectada o tener otro contacto cercano, como besarse, abrazarse o compartir tazas, vasos o cubiertos.

¿Existe una forma de prevenirlo?

Producto de la forma en que se contagia el síndrome, las recomendaciones para prevenirlo apuntan a mantener una buena higiene y lavarse las manos de forma constante. Mayo Clinic recoge los siguientes consejos:

Lavarse las manos: después de ir al baño, cambiar un pañal, limpiarse la nariz, toser o estornudar. Antes de preparar o comer alimentos, después. Idealmente con agua y jabón, o desinfectante de manos.
Enseña buenos hábitos de higiene a tus hijos: explicándoles por qué no conviene ponerse las manos o dedos a la boca.
Desinfecta las áreas comunes: los virus pueden sobrevivir en una superficie por días, por lo que recomienda limpiar áreas con agua y jabón, aplicando también cloro o un desinfectante.
Evita el contacto cercano: evitar salir de casa si la persona está contagiada. Si en una guardería o jardín hay niños y niñas con el síndrome, se aconseja mantenerlos alejados de quienes no tienen síntomas.

¿Cómo es el tratamiento para el síndrome boca-mano-pie?

El síndrome boca-mano-pie no tiene un tratamiento específico, ya que las molestias suelen desaparecer por sí solas al cabo de unos días. Sin embargo, sí se recomienda seguir algunas pautas para aminorar el malestar de las y los menores.

Por ejemplo, mantener la hidratación o dar alimentos en base a papillas. Además se recetan analgésicos como paracetamol o ibuprofeno.