Durante la pandemia de COVID-19, una pregunta recurrente fue si nuestras mascotas podían verse afectadas por el virus SARS-CoV-2.
Un equipo de investigación chileno liderado por Víctor Neira, MV.PhD y profesor de Virología Animal en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Chile y vocero del Colegio Médico Veterinario, ha arrojado luz sobre este tema.
A través de su estudio, publicado a comienzos de este año en la revista Veterinary Quarterly, detectaron el primer caso mundial de la variante Ómicron en un perro, lo que confirmó la capacidad del virus para transmitirse entre especies.
Al respecto, BioBioChile consultó con Neira sobre las principales inquietudes que pueden surgir a raíz del tema, sobre todo para los dueños de mascotas.
¿Cómo se detecta el Ómicron en perros?
Según Neira, para saber si un perro ha contraído COVID-19, y específicamente la variante Ómicron, se requiere una prueba de diagnóstico especializada, como una PCR diseñada para el SARS-CoV-2.
Los síntomas en los perros suelen ser leves o incluso ausentes, lo que dificulta la detección sin pruebas. En algunos casos raros, se ha reportado daño cardíaco en los perros infectados, aunque este tipo de complicaciones no es común.
El experto destacó que la mayoría de las veces los animales no presentan síntomas notables, lo que hace que muchos casos pasen desapercibidos.
¿Qué tan contagiosa es Ómicron entre las mascotas?
Aunque se ha demostrado que tanto perros como gatos pueden infectarse con el SARS-CoV-2, la transmisión entre estos animales es limitada y mucho menos eficiente que entre los humanos.
“Ómicron, al igual que otras variantes, muestra una baja capacidad de transmisión entre mascotas”, comenta Neira. Los casos reportados hasta ahora suelen ser resultado de un contacto cercano con humanos infectados, lo que subraya la importancia de las medidas de precaución, como evitar la exposición prolongada si uno está enfermo.
¿Existen factores de riesgo para algunos perros?
Neira explica que no hay suficiente evidencia que indique que ciertas razas de perros o aquellos con condiciones preexistentes sean más susceptibles al virus. De hecho, el riesgo de infección en general es bastante bajo.
“Menos del 5% de los perros analizados en nuestro estudio presentaron anticuerpos contra el SARS-CoV-2”, menciona, lo que sugiere una baja tasa de infectividad en los caninos.
¿Pueden los perros contagiar el Omicron a los humanos?
La posibilidad de que un perro infectado transmita el virus a un ser humano es extremadamente baja. Aunque los perros pueden contraer el virus de los humanos, Neira enfatiza que no hay evidencia concluyente de que las mascotas jueguen un rol importante en la propagación del COVID-19.
“En nuestro estudio, la positividad fue menor al 5%, lo que indica que es muy difícil que los perros y gatos infecten a personas”, aclara.
¿Qué ocurre con los gatos?
Según explicó el profesor de Virología Animal, los gatos, al igual que los perros, pueden infectarse con SARS-CoV-2. “Se ha visto que los gatos son incluso más susceptibles que los perros, aunque en nuestro estudio ambos fueron muy bajos”.
Los síntomas son similares y tienden a ser leves o asintomáticos. En algunos estudios, se ha observado que los gatos tienen una capacidad algo mayor para transmitir el virus a otros gatos, pero, de nuevo, el riesgo para los humanos sigue siendo muy bajo.
¿Qué hacer si sospechas que tu perro tiene Ómicron?
La recomendación de Neira es clara: es muy raro que un perro contraiga el virus, y si se sospecha, probablemente el dueño haya tenido COVID-19 recientemente.
Si bien no es habitual, si observas algún síntoma inusual en tu mascota, como letargo o problemas respiratorios leves, sería prudente consultar con un veterinario, quien podría realizar las pruebas necesarias.
¿Podrían vacunarse los perros contra el Ómicron?
Por el momento, no existe una vacuna aprobada para perros contra el SARS-CoV-2. Neira menciona que las vacunas desarrolladas hasta ahora están destinadas exclusivamente para humanos.
Sin embargo, hay investigaciones en curso que exploran la posibilidad de vacunar animales en situaciones especiales, como en zoológicos o con especies exóticas.
En pocas palabras, aunque las mascotas pueden infectarse con el virus, la investigación liderada por Neira demuestra que los casos son raros y la transmisión a humanos es altamente improbable.
