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El hidrógeno verde se posiciona como una solución clave en la lucha contra el cambio climático y la descarbonización industrial, produciéndose a partir de energías renovables mediante electrólisis para así no generar emisiones contaminantes. Chile ve en este recurso una oportunidad para transformar su matriz energética, destacando su potencial para crear empleos y mejorar las condiciones de vida. A pesar de su beneficio ambiental, se enfrenta al desafío de los altos costos de producción en comparación con el hidrógeno gris, lo que ha limitado su adopción masiva. Sin embargo, se proyecta una reducción de costos para 2030 gracias a economías de escala y políticas de apoyo gubernamentales, como las de la Unión Europea. A pesar de la baja demanda actual, se espera que el interés por este recurso crezca a medida que más industrias y países busquen reducir sus emisiones, abriendo la posibilidad de que el hidrógeno verde se convierta en un pilar importante en la transición hacia energías limpias a nivel global.

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El hidrógeno verde ha emergido como una de las soluciones más prometedoras en la lucha contra el cambio climático y la descarbonización de la industria global.

Este combustible se produce utilizando energías renovables, como la solar y la eólica, a través de un proceso llamado electrólisis, que separa las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno mediante una corriente eléctrica.

La principal ventaja de este tipo de hidrógeno es que no genera residuos contaminantes durante su producción, lo que lo convierte en un recurso sostenible y alineado con los compromisos globales de reducción de emisiones.

Chile ha identificado el hidrógeno verde como una oportunidad clave para transformar su matriz energética. La vasta disponibilidad de recursos renovables, como el viento y el sol, coloca al país en una posición privilegiada para liderar la producción de este combustible en la región.

Según el Gobierno, esta tecnología no solo podría mejorar la independencia energética del país al reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados, sino que también podría generar una industria que crearía empleos y mejoraría las condiciones de vida de las comunidades.

El desafío de los costos del Hidrógeno Verde

A pesar de su potencial, la adopción masiva del hidrógeno verde enfrenta retos importantes, siendo el principal su costo de producción.

De acuerdo con Bloomberg, el hidrógeno verde es significativamente más caro de producir en comparación con su contraparte más contaminante, el hidrógeno gris, que se obtiene a partir de combustibles fósiles.

Mientras que el hidrógeno gris cuesta entre 0,98 y 2,93 dólares por kilogramo, el hidrógeno verde puede llegar a costar entre 4,5 y 12 dólares por kilogramo.

Esta diferencia ha sido un obstáculo para muchos proyectos, ya que las empresas aún no están dispuestas a asumir los costos adicionales de esta tecnología limpia sin la seguridad de contar con compradores a largo plazo.

¿Un futuro prometedor?

A pesar de estos desafíos, las proyecciones para la reducción de costos son optimistas. BloombergNEF estima que para 2030, los costos de producción del hidrógeno verde podrían reducirse hasta un 18% gracias a economías de escala y políticas gubernamentales de apoyo, como las regulaciones en Europa y Estados Unidos que facilitan la inversión en este sector.

En particular, la Unión Europea ha anunciado la creación de un “Banco de Hidrógeno” que subvencionará la producción comercial.

En Chile, el desarrollo de una industria de hidrógeno verde podría representar una ventaja competitiva en la transición hacia energías limpias.

Si se logra superar la barrera de los costos, este recurso podría no solo cubrir las necesidades energéticas locales, sino también convertirse en un producto de exportación, con mercados internacionales como Europa mostrando interés creciente en fuentes de energía sostenibles.

¿Existe una baja demanda de Hidrógeno Verde?

La falta de demanda sólida sigue siendo una preocupación importante en el rubro. Según Bloomberg, solo el 12% de los proyectos de hidrógeno verde a nivel mundial cuentan con acuerdos de compra confirmados.

Esto se debe en parte a que muchas industrias que podrían beneficiarse del hidrógeno necesitan realizar importantes inversiones en nuevas infraestructuras para poder utilizarlo.

No obstante, a medida que más países y empresas se alineen con las metas de reducción de emisiones, la demanda de hidrógeno verde podría aumentar, allanando el camino para que esta tecnología se convierta en un pilar de la transición energética global.