VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

Un equipo científico internacional liderado por la Universidad McMaster de Canadá ha logrado un avance crucial en la comprensión de la enfermedad celíaca, una afección autoinmune que afecta al revestimiento del intestino delgado y que actualmente carece de tratamiento. Tras seis años de investigación, han descubierto cómo y dónde comienza la respuesta al gluten en el organismo, un avance vital para el desarrollo de posibles nuevos tratamientos. Mediante el estudio del epitelio intestinal, han observado que este desempeña un papel activo en dirigir la respuesta inflamatoria al gluten, una proteína presente en trigo, centeno y cebada. Este hallazgo podría abrir la puerta a futuros medicamentos que inhiban esta función del epitelio, ofreciendo esperanza a los celíacos, cuya incidencia se ha duplicado en los últimos 25 años.

Desarrollado por BioBioChile

Investigadores han descubierto que el epitelio intestinal desempeña un papel clave en la respuesta autoinmune al gluten en celíacos, un hallazgo que podría revolucionar el desarrollo de nuevos tratamientos.

La enfermedad celíaca es una afección autoinmune que daña al revestimiento del intestino delgado. Un equipo científico ha dado ahora un nuevo paso que desentraña “una importante pieza del rompecabezas” de la celiaquía: cómo y dónde empieza en el organismo la respuesta al gluten.

Los resultados aparecen en un artículo en la revista Gastroenterology firmado por investigadores en medicina e ingeniería de la Universidad McMaster de Canadá, además de por científicos de Estados Unidos, Australia y Argentina, quienes han dedicado los últimos seis años a este propósito.

Los celíacos deben afrontar la vida cotidiana evitando el gluten, una proteína del trigo, el centeno y la cebada que puede desencadenar síntomas dolorosos en el intestino, impedir la absorción de nutrientes y aumentar el riesgo de otros problemas graves a largo plazo.

Este trastorno autoinmune afecta aproximadamente al 1 % de la población. Su incidencia se ha duplicado en los últimos 25 años, pero no existe tratamiento, explica un comunicado de la Universidad McMaster.

Hasta ahora se pensaba que la respuesta inflamatoria al gluten se producía en el interior de la pared intestinal y que en ella intervenían exclusivamente células inmunitarias, pero este estudio constata que existe algo más.

El epitelio guía la respuesta inflamatoria al gluten

El equipo observó que el revestimiento interior de la parte superior del intestino, denominado “epitelio” —compuesto por una variedad de células que clásicamente no forman parte del sistema inmunitario— también desempeña un papel activo en la dirección de la respuesta inflamatoria al gluten.
0

Utilizando biomateriales microscópicos en el laboratorio, el equipo creó un modelo biológicamente funcional del epitelio intestinal que permitió a los investigadores aislar los efectos de moléculas específicas en las células epiteliales de personas con celiaquía.

El modelo posibilitó a los científicos generar y observar las reacciones en condiciones controladas.

Así, pudieron observar cómo las moléculas alertan a las células inmunitarias de la presencia de gluten y “concluir definitivamente que el epitelio desempeña un papel crucial en la activación del sistema inmunitario en la celiaquía”, resume el comunicado.

Este mecanismo ya se había postulado antes, pero nunca se había demostrado, según la misma fuente; se espera que la respuesta a esta cuestión haga avanzar el desarrollo de nuevos fármacos.

Posibles nuevos tratamientos para celíacos

“Hoy en día, la única forma de tratar la enfermedad celíaca es eliminar por completo el gluten de la dieta. Esto es difícil y los expertos coinciden en que una dieta sin gluten es insuficiente”, afirma Elena Verdu, de la Universidad McMaster.

Localizar con precisión ‘la chispa’ de la respuesta inmunitaria podría estimular la investigación sobre la administración de fármacos para inhibir esta función recién descubierta del epitelio, utilizando fármacos ya en fase de ensayo clínico, agrega Verdu.

“Esto nos ha permitido delimitar la causa y el efecto concretos y demostrar exactamente si se produce la reacción y cómo”, destaca por su parte Tohid Didar, de la misma institución.