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En Viña del Mar, tras sobrellevar los estragos de los incendios forestales, los residentes se ven enfrentados a un nuevo desafío con la aparición de derrumbes tras las recientes lluvias, lo que ha causado deslizamientos de tierra y socavones en áreas afectadas por el fuego. Además, viviendas de emergencia han sufrido filtraciones e inundaciones. Estudios del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres y el Observatorio de la Costa de la Universidad Católica indican que la susceptibilidad a deslizamientos en laderas ha aumentado considerablemente, con un 45,8% de la superficie siniestrada presentando predisposición a remociones en masa. Se destaca que la acción humana y las intensas lluvias son factores clave en la activación de estos eventos, requiriendo monitoreo continuo para prevenir futuros incidentes.
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Además del arduo camino de la reconstrucción que tendrán que recorrer los habitantes de Viña del Mar tras la destrucción por los incendios forestales. Ahora deben enfrentarse a un nuevo fenómeno que provoca derrumbes.
El hecho quedó al descubierto tras las recientes lluvias que dejaron deslizamientos de tierra y rocas, así como socavones que se registraron en las zonas siniestradas por el fuego.
Como si ello fuera poco, algunas viviendas de emergencia sufrieron filtraciones e inundaciones, según denunciaron los afectados.
La razón de los recientes derrumbes en Viña del Mar
De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) y el Observatorio de la Costa de la Universidad Católica, este fenómeno registrado en laderas estaría siendo provocado por la acción del fuego.
Durante una primera investigación, los científicos recorrieron los sectores de Villa Independencia, Achupallas, El Olivar y el campamento Manuel Bustos en Viña del Mar, monitoreando la dinámica de las laderas y conociendo cuál es el grado de peligro de derrumbes.
Es así que los investigadores pudieron identificar que el área afectada por las llamas pasó de una susceptibilidad media a una alta de remociones en masa. Tanto así que el 45,8% de la superficie siniestrada presenta predisposición a deslizamientos, flujos y desprendimientos.
Los resultados de la investigación señalan que los efectos del siniestro sobre estos sectores se presentan con mayor sensibilidad ante alteraciones antrópicas (impacto ambiental) y eventos de lluvias concentradas.
“Se determinó que umbrales de precipitación de 20 mm concentrados en 3 horas pueden activar procesos hidrogeomorfológicos, para lo cual se requiere de monitoreo continuo”, apunta el estudio.
A través de un comunicado, aseguraron que la información contenida en el estudio fue presentada a la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, con el objetivo de que pueda ser utilizada en planes de prevención y toma de decisiones.
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