El consumo de agua embotellada ha crecido significativamente durante los últimos años. En este contexto, las botellas de tereftalato de polietileno (PET) son las más comunes debido a su durabilidad y bajo costo.
Estas botellas ofrecen una alternativa conveniente y segura para muchas personas que buscan evitar el agua de grifo, percibida a menudo como menos pura o segura. Sin embargo, a pesar de los beneficios aparentes, las botellas de plástico no están exentas de riesgos.
Un reciente estudio publicado en la revista Eco-Environment & Health revela los riesgos de beber agua embotellada en plásticos que han estado expuestos a la luz solar y subraya la importancia de considerar los riesgos potenciales asociados con su consumo.
En concreto, los investigadores examinaron cómo la exposición a la luz ultravioleta (UV-A) y la irradiación solar afecta a seis tipos de botellas plásticas, encontrando que estas liberan compuestos orgánicos volátiles (COV) que podrían tener implicaciones para la salud.
Botellas plásticas bajo el sol: ¿qué sucede?
El citado estudio encontró que la luz solar y la luz UV-A inducen la liberación de varios COVs en las botellas plásticas. Entre los compuestos detectados se encuentran alcanos, alquenos, alcoholes, aldehídos, ácidos carboxílicos y compuestos aromáticos.
Específicamente, se analizaron seis tipos diferentes de botellas plásticas provenientes de distintos continentes, observándose que todas liberaban COVs tras la exposición a la luz.
Los investigadores identificaron diferencias significativas en la composición de los COVs emitidos por las distintas botellas, sugiriendo que el envejecimiento y la degradación inducidos por la luz del PET en las botellas son responsables de estas variaciones.
Por ejemplo, una de las botellas (identificada como 2# en el estudio) liberó entre 28 y 32 tipos de COVs tras un día de exposición a UV-A, y entre 30 y 32 tipos tras una semana de exposición.
Riesgos para la salud de los COVs
Algunos de los COVs más tóxicos identificados en el estudio, como el metil benceno (108-88-3), pueden irritar el tracto respiratorio y están asociados con un mayor riesgo de cáncer, especialmente leucemia mieloide aguda, a través de la exposición oral e inhalatoria. Otros COVs, como los alcanos y alquenos de cadena corta, aunque tienen una toxicidad aguda baja, pueden causar efectos adversos en la salud con una exposición prolongada o excesiva.
La exposición a estos COVs puede ocurrir al inhalar el aire contaminado al abrir una botella de agua que ha estado expuesta a la luz solar o UV-A durante mucho tiempo. Además, compuestos como el decanal y el dodecanal, que se utilizan como aditivos en diversas industrias, pueden originarse de la degradación del PET y pueden tener efectos tóxicos en la salud humana.
¿Cómo evitarlo?
Los resultados del estudio sugieren que, aunque las cantidades de COVs liberadas son pequeñas, es importante no subestimar los riesgos potenciales para la salud. La exposición prolongada a la luz solar puede acelerar el envejecimiento de las botellas de PET, liberando compuestos que, aunque en cantidades diminutas, podrían tener efectos adversos.
Así, la investigación destaca la necesidad de seguir explorando formas de minimizar la liberación de compuestos potencialmente tóxicos y de aumentar la conciencia sobre el manejo adecuado de los envases plásticos.
Para los consumidores, la recomendación es clara: mantener las botellas de agua en lugares frescos y sombreados para minimizar la exposición a la luz solar y reducir así cualquier posible riesgo para la salud.