Salvo en algunos casos muy particulares, lo mejor es desechar el alimento por completo en lugar de cortar la parte contaminada y comerse el resto.
Encontrar moho en un alimento es una experiencia bastante desagradable. En ocasiones, algunas personas optan por cortar la parte visiblemente afectada, creyendo que de esta forma se eliminan las toxinas y no se desperdicia todo el alimento. Sin embargo, esta podría no ser la mejor idea.
Si bien remover la parte con moho y comerse el resto puede ser una práctica común, los expertos coinciden en que lo más seguro es descartar el alimento por completo.
¿Los hongos se encuentran solo en la superficie de los alimentos?
Cuando uno observa un alimento con hongos, a la vista solo se ve la parte del hongo que asoma en la superficie del alimento. Por ejemplo, el pelaje gris en un embutido, los puntos verdes en el pan, el polvo blanco en el queso, las manchas blancas en las frutas y el crecimiento peludo de las gelatinas.
Sin embargo, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (FSIS por sus siglas en inglés), cuando el alimento presenta un gran crecimiento de hongo, significa que las hilachas de las raíces ya lo han invadido profundamente. En los hongos más peligrosos, estas raíces pueden contener sustancias dañinas y, en algunos casos, toxinas que pueden dispersarse a través de todo el alimento.
Algunos hongos provocan reacciones alérgicas y problemas respiratorios. Otros, en determinadas condiciones, producen micotoxinas, sustancias venenosas que pueden enfermar gravemente a la persona.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), “las micotoxinas pueden causar diversos efectos adversos como la inducción del cáncer y mutagenicidad, así como problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón. Algunas micotoxinas son también inmunodepresoras, reduciendo la resistencia a enfermedades infecciosas”.
Importante: no huelas un alimento con moho para tratar de identificar qué tan deteriorado está. La inhalación de hongos puede causar daños respiratorios.
¿En qué casos se puede descartar la parte “mala” y consumir el resto?
Si un alimento tiene mucho moho en la superficie, lo más probable es que sus raíces, casi imperceptibles al ojo humano, hayan contaminado todo el alimento. En ese sentido, FSIS sugirió descartar la comida enmohecida, sobre todo aquella que es más húmeda, porque lo más probable es que esté contaminada por debajo de la superficie.
Según explican, generalmente aquellos alimentos más densos, menos porosos o húmedos suelen ser menos riesgosos que aquellos más blandos o porosos. Por ejemplo, con los quesos duros sí se podría cortar la parte con moho, mientras que con un queso blando, como queso crema o cottage, la recomendación es tirarlo.
Lo mismo ocurre con frutas y verduras, como limones, naranjas o frutos rojos. Si son de carne blanda o harinosa, la recomendación es tirarlos. En cambio, una zanahoria sí podría recuperarse si la presencia de moho es baja.
Eso sí, se debe cortar al menos 2 cm y medio alrededor y por debajo de la zona contaminada. De todas formas, si se prefiere estar seguro, lo mejor es no comer alimentos con moho.