Después de usar el implante por 8 meses, la mujer que lo estuvo probando asegura que tiene una mejor calidad de vida, con su TOC y ataques de epilepsia mejor controlados.
Los científicos están poniendo a prueba un nuevo implante cerebral que puede tratar el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y la epilepsia en simultáneo. La primera en usarlo fue Amber Pearson, de 34 años.
De acuerdo con Science Alert, la joven solía lavarse las manos hasta que se hacía daño, producto de sus compulsiones por el TOC. Sin embargo, tras varios años con este tratamiento estaría llevando una vida mejor.
Después de un tiempo usando el implante, Pearson mencionó que ahora “estoy realmente presente en mi vida diaria y eso es increíble. (…) Antes, estaba constantemente en mi cabeza, preocupándome por mis compulsiones”.
Recordemos que, el uso de implantes cerebrales como tratamientos a ciertas enfermedades no es algo nuevo, los científicos llevan décadas estudiando este método.
De hecho, recientemente la compañía Neuralink de Elon Musk implantó su primer chip cerebral a un humano, con el que prometen que pacientes con movilidad reducida puedan controlar dispositivos tecnológicos con la mente.
Estos experimentos han permitido a la comunidad médica saber que los chips o dispositivos cerebrales, a través de la estimulación eléctrica aplicada con precisión, puede afectar positivamente al comportamiento del cerebro.
Amber Pearson y el implante cerebral contra el TOC y la epilepsia
Según detalla el medio, los médicos de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, en Portland, le ofrecieron el dispositivo de unos 32 milímetros a la joven para tratar inicialmente sus ataques epilépticos, pero ella sugirió que también lo usaran con su TOC.
“Fue su idea, dijo: ‘Bueno, vas a entrar en mi cerebro y poner este cable ¿puedes simplemente poner un cable para TOC?’. Y sabes, afortunadamente, tomamos esa sugerencia en serio”, contó el neurocirujano Ahmed Raslan, acargo de este estudio.
El experto explica que anteriormente se habían utilizado implantes cerebrales para tratar el TOC con estimulación profunda, pero nunca se había mezclado con el tratamiento para la epilepsia.
Así, los médicos trabajaron con la paciente para saber qué ocurría en su cerebro cuando quedaba atrapada en un bucle por el TOC, identificaron las señales y recopilaron la información para que después el implante reaccionara al detectarlas aliviara el malestar.
De acuerdo con Raslan, este es el único dispositivo en el mundo que trata dos enfermedades a la vez. “Y se programa de forma independiente. Por lo tanto, el programa para la epilepsia es diferente al programa para el TOC”, aclaró.
Pearson tuvo que esperar 8 meses para ver resultados notables, y ahora, asegura que las compulsiones por su TOC le ocupan sólo una media hora al día, cuando antes le tomaban 8 o 9 horas.
“Estoy feliz otra vez y emocionada de salir a vivir y estar con mis amigos y mi familia. Fue algo por lo que estuve aislada durante años”, comentó.
Los científicos ahora están haciendo otros estudios al respecto, en la Universidad de Pensilvania, para saber cómo ampliar este método y hacerlo llegar a más personas.