VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

Este trastorno de ansiedad se manifiesta con aversión al lavado del cuerpo, generando intensos episodios de llanto y gritos, siendo más común en niños de 7 a 11 años y mujeres. Los síntomas incluyen pánico y reacciones automáticas, mientras que la evitación prolongada del baño puede causar problemas de salud cutánea. Es recomendable recurrir a terapias cognitivo-conductuales para superar esta fobia y evitar complicaciones dermatológicas.

Desarrollado por BioBioChile

Aunque para muchos darse una ducha al final de un agotador día puede ser un momento relajante y reponedor, hay un pequeño grupo de personas que no lo disfruta de la misma manera debido a un poco usual trastorno, la ablutofobia.

La palabra para nombrar a esta variación de la ansiedad tiene su origen en lo que la Real Academia Española define como “lavatorio ritual del cuerpo o de una parte de él con el fin de purificarlo” o simplemente “lavatorio, lavado, enjuague”, es decir, la ablución, la que se conjuga con el sufijo “fobia” que indica un miedo o temor.

Pese a que existe poco conocimiento al respecto, lo cierto es que más de alguno lo ha visto y vivido, puesto que es una aversión muy usual en los bebés e infantes.

La ablutofobia, en este caso específico, se manifiesta con el llanto de los pequeños cuando deben ser bañados, lo que detona en berrinches con llantos y gritos desmesurados.

De acuerdo a la psicóloga de Clínica Bupa Santiago, Camila Soto, “es una fobia específica que se clasifica dentro de los trastornos de ansiedad”.

A lo que agrega que: “Aunque a primera vista pueda parecer una ‘simple’ aversión a actividades como bañarse, limpiar o lavar, para quienes la padecen, representa un miedo intenso y persistente que interfiere significativamente con su vida diaria”.

Al respecto, la especialista de IntegraMédica, Carolina Lorca, añade que “como toda fobia, dado el intenso miedo o ‘terror’, hay una evitación a realizar una acción o aproximarse a algún objeto o situación, causando un perjuicio”.

Sumado a ello, la psicóloga señala que para tratarse de ablutofobia, quien lo padece debe sentir que “este miedo no se da por un peligro real inminente, sino que es irracional y persistente, manteniéndose en el tiempo por al menos 6 meses”.

Persona con miedo a ducharse en referencia a Ablutofobia
Freepik

¿Quiénes son más propensos a tener Ablutofobia?

Según explican las expertas, aunque no existen estadísticas exactas, este trastorno es más, tiene mayor predisposición en niños entre los 7 y 11 años de edad y en mujeres, quienes también son más propensas a los trastornos de ansiedad en general. No obstante, también puede haber casos en hombres y a mayor edad.

El origen del miedo a bañarse en edades adultas, de acuerdo a Lorca, puede deberse a “una situación traumática anterior y/o relacionada con un funcionamiento altamente ansioso donde se proyecta en el bañarse, fantasías catastróficas irracionales y altamente dañinas”.

De la misma manera, la significación a bañarse o lavarse como un símbolo de “catástrofe” se puede deber a “la asociación por un hecho único, pero de alta intensidad emocional y pérdida de control, por un patrón familiar o algún otro trastorno ansioso”, agrega la profesional.

Los síntomas del miedo a bañarse

Tal como explica Lorca, la ablutofobia se manifiesta a través de síntomas específicos. Entre ellos están los sentimientos de pánico, horror o terror al enfrentarse a la situación, es decir, lavarse o bañarse.

Sumado a ello, las personas que la padecen son conscientes de que se trata de un miedo irracional y que la amenaza de peligro no es real. Igualmente, esto puede repercutir en reacciones “automáticas”, como si se apoderaran de los pensamientos de la persona.

Además de buscar evitar el baño, la fobia tiene rasgos similares a los de cualquier variación de ansiedad, es decir, “latidos rápidos del corazón, dificultad para respirar, mareos, temblores y un deseo abrumador de huir de la situación”, dice la psicóloga.

Niño bañándose en referencia a ablutofobia
Freepik

Como lidiar con la ablutofobia en la cotidianeidad

Debido a que quien tiene ablutofobia evita a toda costa bañarse o lavarse por prolongados periodos de tiempo, esto puede provocar que se vayan acumulando “bacterias, hongos, parásitos y otros elementos tóxicos, e incluso productos contaminantes en la piel”, dice Héctor Fuenzalida dermatólogo de IntegraMédica.

Por esta razón, la piel puede irritarse e incluso provocar infecciones, estas se pueden manifestar como acné, sarpullidos y el evidente mal olor.

Algunas técnicas que se pueden implementar cuando se atraviesa una ablutofobia, de manera transitoria, son los baños en seco.

Un ejemplo es el descrito por la dermatóloga de Clínica Ciudad del Mar, Carmen Gloria Fuentes. En el caso de pacientes de ciertas cirugías que no pueden bañarse por contraindicación médica, se les recomienda usar una esponja humedecida con jabones tipo syndet, conocidos como “jabones sin jabón”, y aclararlo con otra esponja con agua.

Las toallas húmedas para el cuerpo también pueden servir a quienes lo padecen, así como el shampoo en seco para limpiar el cabello. Sin embargo, los profesionales coinciden que lo mejor es someterse a un tratamiento de salud mental para tratar el trastorno.

Así lo recomienda la psicóloga de Clínica Bupa Santiago: “Suele abordarse principalmente con terapia cognitivo-conductual (TCC). Este enfoque terapéutico ayuda a las personas a enfrentar gradualmente su miedo, comenzando con pequeños pasos, como imaginarse en la situación temida, hasta llegar al acto de bañarse. La clave está en reprogramar los pensamientos irracionales que generan el miedo”, afirmó.