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El TDAH, trastorno del neurodesarrollo, se caracteriza por patrones de inatención, hiperactividad e impulsividad que afectan la vida diaria. Carol Bazignan, psicóloga de la USS, destaca las diferencias en síntomas entre niños y adultos. En niños, la hiperactividad se manifiesta con incapacidad para estar quietos, mientras que la impulsividad trae interrupciones y comentarios inapropiados. Los adultos experimentan inquietud interna, decisiones precipitadas y problemas de concentración, afectando su vida laboral y personal. Asimismo, la presencia de otros trastornos como ansiedad y depresión es común, subrayando la importancia del diagnóstico temprano para un tratamiento adecuado.

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El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por patrones persistentes de inatención, hiperactividad e impulsividad que afectan significativamente el funcionamiento diario de la persona.

Esta condición es resultado de alteraciones en el neurodesarrollo desde la primera infancia, manifestándose en alteraciones en las redes encefálicas de la corteza prefrontal.

TDAH: un trastorno del neurodesarrollo

Carol Bazignan, psicóloga y académica de Vinculación con el Medio de la Facultad de Psicología y Humanidades de la USS, explica que los síntomas del TDAH pueden variar entre la niñez y la adultez.

En los niños, la hiperactividad se manifiesta como una incapacidad para quedarse quietos, donde se observa excesiva necesidad de movimiento, señala la profesional.

La impulsividad, por su parte, se presenta con interrupciones frecuentes, dificultad para esperar turnos y la generación de comentarios inapropiados.

La psicóloga explica que el déficit de atención, además, se evidencia en la dificultad para seguir instrucciones, prestar atención a los detalles y mantenerse mucho tiempo, de manera voluntaria, atento a estímulos que no son de nuestro interés.

Diferencias entre los síntomas en niños y adultos

Los niños con TDAH suelen tener problemas académicos, con un rendimiento inconsistente y dificultades para completar tareas, así como problemas de comportamiento social, que incluyen dificultad para relacionarse con compañeros y conflictos frecuentes, detalla Bazignan.

Todo lo anterior puede presentarse junto a otras patologías a la vez, tales como trastornos anímicos, de la personalidad o conductuales.

En los adultos, en cambio, la experta aclara que la hiperactividad se manifiesta como una sensación constante de inquietud interna y dificultades para relajarse.

La impulsividad, en este caso, puede llevar a decisiones precipitadas, comportamientos impulsivos y problemas para mantener relaciones estables.

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Los adultos con TDAH también pueden tener problemas para concentrarse en tareas prolongadas, ser desorganizados y procrastinadores, lo que afecta su rendimiento laboral, agrega Carol.

En tal línea, las relaciones interpersonales suelen verse afectadas por conflictos debido a la impulsividad y la falta de atención, y muchos adultos experimentan baja autoestima debido a un historial de fracasos.

Además, la psicóloga menciona que es común que los adultos con TDAH tengan una mayor probabilidad de experimentar ansiedad, depresión y abuso de sustancias, por lo que el diagnóstico temprano resulta fundamental para un correcto tratamiento.