Los estragos de la catástrofe que azotó a la región del Biobío en el 2010 no han cesado y aún existen personas que sufren a partir del hecho.

Exactamente 12 años han transcurrido desde el terremoto grado 8.8 en la escala de Richter que afectó a Concepción. Sin embargo, a pesar del tiempo el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) sigue persiguiendo a los sobrevivientes.

El terremoto, que provocó posteriormente un tsunami en las costas chilenas el cual llegó incluso a la Isla Juan Fernandez y dejó como resultado 156 muertos y 25 desaparecidos, fue también un hecho que afectó a miles de chilenos.

Toda esta catástrofe ha hecho que aún después de una década muchos penquistas -especialmente los más afectados- aún convivan con el terror inminente de que todo volviera a suceder.

No obstante, esta “preocupación” tiene un nombre y es Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT, son sus siglas), el cual, si bien no afecta a todos, aún persigue a varios en su día a día.

¿En qué consiste el TEPT?

El psicólogo de Clínica Santa María, Juan Pablo Westphal, define el TEPT como la “sensación constante de vivir en peligro y tener miedo de que algo va a atentar contra mi vida o contra la de otros”, explica.

“Se despierta una sensación visceral y corporal, gigantesca de mucho miedo y descontrol. Esa experiencia vivida, por lo general, en primera persona gatilla un quiebre emocional que se traduce en estrés postraumático”, detalla Westphal.

No obstante, aclara que se trata únicamente de experiencias límite como lo son los accidentes vehiculares, incendios o catástrofes naturales como terremotos y tsunamis.

¿Por qué las personas que han vivido terremotos desarrollan TEPT?

“Recuerdo ver caer polvo del techo y pensar que así se deben haber sentido los niños de la película de Narnia cuando corren a un búnker mientras son bombardeados por bombas de la guerra. […] esa noche del 27 fue interminable y la pasamos casi sin dormir” dice una de las sobrevivientes a la catástrofe que ocurrió cuando tenía sólo 12 años.

“En mi mente o al menos la forma en que lo recuerdo es que no dejaba de moverse nunca, fue como si el terremoto hubiera sido eterno” comienza relatando otro de los sobrevivientes al Terremoto del 2010.

“Alarmas de autos, gritos, mis papás histéricos, el sonido de la explosión del Instituto de Química de la Universidad de Concepción, los edificios desmoronándose, etc. Simplemente con escuchar lo que pasaba ya parecía película de ficción”, continúa detallando el jóven que en ese entonces tenía 13 años.

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Edificio Alto Rio, Concepción 2010

Estos relatos se yuxtaponen y suenan bastante similares, especialmente porque manifiestan uno de los gatillantes del Trastorno de Estrés Postraumático.

Después del terremoto, dice el psicólogo, “tuvimos que atender a muchas personas con TEPT. En general todas compartían una sensación de miedo y construían una imagen de que podrían perder la vida ellos o un ser querido”, explica el profesional.

Esto se habría dado ya que varias personas experimentaron, lo que define el profesional como experiencias límite, “A algunos se les derrumbó su hogar, tuvieron la experiencia de no poder pararse, [escuchar] mucho ruido, estruendo, explotación de ventanas”, lo que los llevó a sufrir TEPT.

¿Cuáles son los síntomas de una persona que sufre TEPT post terremoto?

“El día siguiente [al terremoto] vimos a mis abuelos maternos, ambos estaban bien pero mi abuelo no quería dejar la casa. Después supe que varios adultos mayores reaccionaron de la misma forma” relata la sobreviviente a la catástrofe.

Según Westphal, este sería un síntoma del TEPT ya que muchas personas manifestaron “ansiedad y angustia” la cual se mantuvo por miedo a las réplicas del terremoto, “la gente queda en un estado de alerta y angustia muy fuerte y constante”.

Estos síntomas además confluyen con un sentimiento de culpa, que también está muy presente en el TEPT post terremoto, “‘no salí a tiempo de casa’, ‘fallé al cuidar a un hijo y este sufrió daños’, etc. Culpas que martirizan mucho causando que algunas personas incluso desarrollen comportamientos obsesivos”, asegura el profesional.

Hasta el día de hoy con mis hermanas compartimos el miedo a los temblores. No es que salgamos corriendo altiro, pero si se empieza a mover ‘paramos oreja’ y nos ponemos en alerta hasta que pare y si no lo hace generalmente nos paramos y ponemos debajo de un marco de una puerta. A veces, incluso, nos baja la presión”, relata la mujer.

“Con una de mis hermanas dormimos con una linterna al lado de la cama. Ella además ordena sus zapatillas y calcetines. Uno no sabe cuándo habrá que levantarse y salir rápido” explica la sobreviviente lo que el psicólogo Westphal describe como un comportamiento obsesivo.

“La radio fue una fiel amiga” relata la mujer “incluso daban los nombres de algunos fallecidos y cada vez que informaban eso me asustaba mucho porque pensaba que podía haber un conocido” comenta, sobre algunos de los síntomas del TEPT.

Otros síntomas del TEPT que se manifiestan post terremoto, son: ansiedad, irritabilidad, insomnio, sensación de miedo constante, dificultad para concentrarse y desconexión de las emociones.

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Costa de Talcahuano post Tsunami | EFE

Al estar angustiados de manera constante las personas no percibían sus otras emociones, no tenían, por ejemplo, la sensación de alegría, si había un momento bonito no sentía nada, lo mismo con la pena” explica el psicólogo.

“Muchas parejas también tuvieron problemas porque se desconectaron entre sí”, señala el profesional, como una causa del TEPT.

Westphal hace un alcance y detalla que: “Este tipo de estrés no es igual al que nace a partir de un accidente de auto, por que la persona si no se sube a un vehículo no va a vivir la sensación de angustia” explica.

“Pero en el caso del terremoto y sus réplicas esta se convertía en una sensación constante” afirma el profesional.