“Está demostrado que la forma más eficiente de prevenir que una persona decida quitarse la vida es abordar la temática del suicidio de forma comunitaria haciéndose cargo entre todos de la solución de este problema y la importancia de visibilizar su existencia”.
Así lo plantea Marcela Lara, psicóloga del Servicio de Salud Metropolitano Occidente, quien señala que la Pandemia por Coronavirus ha tenido un fuerte impacto en la salud mental de la población, lo que se ha visto reflejado en un alarmante aumento en las cifras de ideación de suicidio, informadas a través de la Línea de Salud Mental de Hospital Digital.
“Por ello, resulta fundamental crear estrategias de prevención y derribar los mitos que circundan en torno al suicidio de manera de facilitar la identificación y contención oportuna de quienes se encuentran atravesando por una situación de gran malestar emocional para que puedan acceder de forma segura y en el momento adecuado, a las acciones de salud mental que requieran, desde una mirada integral y con foco en la continuidad de cuidados”, señala la profesional.
En este sentido Lara señala 10 mitos sobre el suicidio que debemos dejar de creer:
MITO Nº1: “Sólo los profesionales capacitados pueden acercarse a una persona en riesgo suicida”
Toda persona que esté dispuesta a ayudar y que pueda realizar una escucha activa y sin juzgar puede ayudar a la persona en riesgo suicida a calmarse y encontrar alternativas de solución.
Lara reafirma que prevenir es una tarea de todos.
MITO Nº2: “Las personas que intentan suicidarse desean morir”
La mayoría de las personas que intentan suicidarse se encuentran ambivalentes respecto a su decisión dado que no logran ver cambios en su condición.
Si logramos detectar, acompañar y generar pequeños cambios, éstos pueden ayudar a encontrarle un nuevo sentido a la misma.
MITO Nº3: “Las personas que dicen que se van a suicidar sólo lo hacen para llamar la atención”
No lo hacen con esa intención, realmente son personas a las cuales les han fracasado todas las soluciones intentadas y no encuentran otra alternativa, excepto el atentar contra su vida.
MITO Nº4: “El suicidio siempre es impulsivo y ocurre sin advertencia”
A pesar que el suicidio puede parecer impulsivo, la mayoría de las personas dan algún tipo de señal verbal o conductual acerca de sus intenciones de hacerse daño, incluso comunican sus pensamientos suicidas por lo menos a una persona.
MITO Nº5: “No podemos hablar de suicidio con una persona que está en riesgo suicida”
Hablar de suicidio con una persona que está en riesgo, en vez de incitar su actuar, reduce el riesgo de cometerlo, ya que posibilita comprender las emociones y problemáticas que puede estar llevando a esa persona a pensar en esta opción.
Puede ser una gran posibilidad para ofrecer ayuda, dice la experta.
MITO Nº6: “Todo el que se suicida tiene un trastorno mental”
Si bien es cierto que las personas que presentan un trastorno de salud mental se suicidan con mayor frecuencia que la población general, no necesariamente hay que padecer un trastorno de salud mental para hacerlo.
Toda persona que comete un intento de suicidio manifiesta su sufrimiento, pero no necesariamente ese sufrimiento se asocia a un trastorno de salud mental.
MITO Nº7: “Las personas mayores no se suicidan”
Las personas mayores presentan una de las tasas de suicidio más elevadas, sin embargo, esto también pueden ocurrir en otras edades del curso de vida. Dirigirlo sólo a un grupo etario determinado limita el comprender que es una problemática que puede ocurrir a cualquier edad.
MITO Nº8: “Los niños y niñas no piensan en suicidio”
Este mito intenta negar la realidad del suicidio infantil. Después que un niño adquiere el concepto de muerte, supone la finalización de la vida sin posibilidad de volver a la vida (de acuerdo a su desarrollo cognitivo) puede pensar en la idea de suicidarse.
Los padres o cuidadores son quienes deben supervisar, cuidar de ellos y pedir ayuda para su orientación e intervención.
MITO Nº9: “Los medios de comunicación y redes sociales no contribuyen a la prevención del suicidio”
Los medios de comunicación pueden convertirse en un valioso aliado en la prevención del suicidio, si enfocan correctamente la noticia sobre el tema y cumplen las sugerencias por los profesionales sobre como difundirlas.
En adolescentes y jóvenes son un medio para comunicar su sufrimiento.
MITO Nº10: “Las mujeres se suicidan más que los hombres”
La muerte por suicidio es 3 a 4 veces mayor para los hombres que para las mujeres. Las diferencias de género en esta temática se evidencian en que, si bien las mujeres realizan más intentos suicidas, los hombres son los que utilizan métodos violentos que son más letales para realizarlo.
¿Qué hacer si creo que alguien cercano tiene ideas suicidas?
De acuerdo al psiquiatra Héctor Carrasco, la primera indicación es “activar rápidamente la red de apoyo social y afectiva – la familia, los amigos, la pareja, el grupo deportivo o religioso, entre otros – que alguien esté ahí, y la segunda, es hablar del tema. Lo otro importante es hacer alianza terapéutica con equipos de salud que puedan hacerse cargo del tratamiento”.
La psicóloga Fabiola Galleguillos, en tanto, llamó a “instar a conversar, acompañarlos desde el más profundo cariño, no dejarlos solos, ni minimizar o ridiculizar lo que está viviendo, cuidar los elementos que hayan en la casa y que pudieran ser peligrosos, monitorear, revisar que no se encierre y pedir ayuda de salud especializada”.
El psiquiatra indica que el vertiginoso mundo actual sin duda tiene efectos en nuestra salud mental. “Una equilibrada visión del pasado y del futuro es importante. Cuando idealizamos mucho el futuro, vemos negativamente el pasado y el presente prácticamente no existe, la posibilidad de intento de suicidio puede ser real. En los adultos mayores el futuro es más corto y ahí el tratamiento tiene que ver con la compañía y el manejo del dolor. En poblaciones jóvenes, tiene que ver con el apoyo familiar, la posibilidad de que el presente sea más diverso y prevenir el consumo de sustancias, que producen una desinhibición de la idea suicida”, enfatizó Carrasco.
Además, el especialista en psiquiatría señaló que muchas personas “se suicidan por ira, ya que éste es un sentimiento activo, una expresión de la rabia total que moviliza. El suicidio es un ´grito sordo´, una especie de discurso que nadie escuchó y quizás la persona ni siquiera lo dijo o trató de expresarlo. En el país tenemos muchos ´discursos sordos´, mucha rabia, desesperanza y soledad. Eso sí, hay que dejar claro que no todo el que está enfermo tiene idea o acto suicida, pero sí todo el que tiene un profundo sufrimiento puede llegar a tenerlos”.
Prevenir el suicidio puede parecernos complejo, pero es posible y en el contexto de esta extensa crisis sanitaria, resulta especialmente necesario, aseguran los expertos. Entonces ¿cuáles son las señales de alerta? Algunas de ellas pueden ser cambios en el estado de ánimo y la conducta, aislamiento, abuso de alcohol u otras drogas, cambios de patrones alimenticios y de sueño, comentarios o ideas sobre la propia muerte, mensajes en redes sociales y búsqueda de métodos vía internet.
“Un intento, idea o planificación suicida no es un llamado de atención ni un ´berrinche’, por eso, no hay que ignorar todo esto”, expresó Fabiola Galleguillos.