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Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Alemania revelaron que las bolsitas de té comerciales liberan millones de nano y microplásticos al ser usadas, los cuales pueden integrarse en células intestinales humanas y dispersarse por el organismo. El estudio destaca que las bolsas de té de nylon-6, polipropileno y celulosa son una fuente significativa de exposición a microplásticos y nanoplásticos, con partículas extremadamente pequeñas liberadas durante la preparación del té.

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Una reciente investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), con colaboración del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Leipzig, Alemania, ha revelado que las bolsitas de té comerciales liberan millones de nano y microplásticos durante su uso.

Este estudio es pionero en demostrar que estas partículas pueden integrarse en las células intestinales humanas y dispersarse por el organismo.

El análisis destaca que las bolsitas de té hechas de nylon-6, polipropileno y celulosa son una fuente significativa de exposición a microplásticos y nanoplásticos (MNPLs).

Durante la preparación de té, se liberan partículas extremadamente pequeñas, con el polipropileno soltando cerca de 1.200 millones de partículas por mililitro y la celulosa unos 135 millones, lo que supone una seria preocupación para la salud pública.

La contaminación por plásticos es uno de los grandes desafíos ambientales actuales, especialmente en lo que respecta a los envases de alimentos, que son una de las principales fuentes de MNPLs.

Estos contaminantes no solo afectan al bienestar general, sino que también tienen implicaciones directas en la salud humana debido a su ingestión e inhalación.

El equipo de investigadores utilizó avanzadas técnicas analíticas como la microscopía electrónica y la espectroscopía de infrarrojos para estudiar estas partículas.

“Hemos conseguido caracterizar de forma innovadora estos contaminantes con un conjunto de técnicas de vanguardia”, explicó Alba García, investigadora de la UAB.

Además, los científicos tiñeron las partículas y las expusieron a células intestinales humanas para evaluar cómo interactúan y se incorporan a las células.

Los resultados mostraron que especialmente las células intestinales productoras de mucosidad absorben una mayor cantidad de estos plásticos, que incluso pueden penetrar en el núcleo donde se aloja el material genético.

Los hallazgos resaltan la importancia de la mucosidad intestinal en la absorción de estos contaminantes y la necesidad de más estudios sobre los efectos de la exposición crónica a los MNPLs.

“A medida que el uso de plástico en los envases de alimentos sigue aumentando, es vital abordar la contaminación por MNPLs para garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud pública”, concluyeron los investigadores. Este estudio se enmarca dentro del proyecto europeo Plastic Heal, coordinado por la profesora Alba Hernández de la UAB.