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En la infancia y adolescencia se desarrollan los huesos y dientes que definen los rasgos faciales, pudiendo surgir anomalías dentofaciales. Estas alteraciones, que pueden ser genéticas o causadas por diversos factores, afectan la función y estética facial, requiriendo tratamientos ortodóncicos y quirúrgicos. Las señales de estas anomalías suelen evidenciarse en la niñez, pudiendo afectar la salud funcional y estética del paciente. Es fundamental un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado para prevenir complicaciones a largo plazo. El control preventivo y el tratamiento ortodóncico más la cirugía ortognática son clave para corregir estas alteraciones. Expertos destacan la importancia del monitoreo odontológico periódico y la pronta intervención para una mejor calidad de vida. La próxima edición de las "Jornadas Nacionales de la Sociedad de Cirugía y Traumatología Bucomaxilofacial de Chile" abordará estas temáticas en profundidad, reuniendo a especialistas nacionales e internacionales en la región del Bío Bío.

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Se trata de una desalineación o deformidad en los huesos de la mandíbula y el maxilar que afecta la oclusión (mordida) la función y en algunos casos también la estética facial del paciente.

En la niñez y parte de la adolescencia crecen los huesos y piezas dentales que darán forma a los rasgos faciales de una persona. Durante este proceso, diferentes causas pueden afectar el desarrollo óseo de la cara, dando origen a las anomalías dentofaciales.

Estas alteraciones en la estructura anatómica del rostro pueden traer complicaciones a largo plazo para el paciente, pero recibir un tratamiento adecuado y a tiempo puede mejorar la calidad de vida de estos.

En conversación con BioBioChile, el doctor Jorge Beltrán, especialista en cirugía y traumatología buco maxilofacial y presidente (filial Concepción) de la Sociedad de Cirugía Buco Maxilofacial de Chile, explicó que estas anomalías “corresponde a una serie de alteraciones de los huesos faciales, principalmente maxilar y mandíbula, que tienen repercusiones funcionales y estéticas”.

“A nivel dentario involucran adaptaciones que no necesariamente son funcionales en los pacientes, lo que indica su corrección a través de tratamientos ortodóncicos y ortodóncicos quirúrgicos en los casos más complejos”, comentó.

¿Es una condición genética?

Sobre su origen, el experto detalló que si bien existe asociado un factor hereditario, también existe una amplia variedad de elementos que condicionan el desarrollo de estas, incluyendo malos hábitos en infancia, elementos predisponentes congénitos, entre otros.

“Respecto a la herencia familiar, se genera una alteración a este nivel producto mezcla de patrones esqueletales (óseos) y dentarios de los padres”, precisó Beltrán.

Por su parte, el doctor José Montero, cirujano oral y maxilofacial del Baptist Hospital de Miami, mencionó que “representa una alteración en la forma y función de los dientes y los huesos de la cara, que afecta la mordida y la estética facial. Las causas pueden ser genéticas, sistémicas, o adquiridas”.

El Dr. Montero detalló que los tipos de anomalías dentofaciales más comunes son las maloclusiones (clase I, II, III), prognatismo mandibular, retrognatismo, mordidas abiertas y las asimetrías faciales.

Señales de una anomalía dentofacial

En la mayoría de los casos, los primeros signos de esta alteración estética se notan durante la niñez. Generalmente, se puede observar un mentón demasiado marcado, rasgos de asimetría en la cara, una falta de desarrollo del mentón o una mordida invertida.

De acuerdo con el presidente de filial Concepción de la Sociedad de Cirugía Buco Maxilofacial de Chile, “estos rasgos pueden notarse en algunos pacientes de manera precoz o en la adolescencia. Eso debe generar la necesidad de consultar a un profesional”.

El diagnóstico se complementa a través de una evaluación clínica, estudios radiográficos, modelos dentales y fotografías para determinar la severidad de la anomalía y planificar su corrección.

Vale mencionar que las anomalías más complejas suelen estar relacionadas con problemas funcionales. Estas pueden afectar la articulación temporomandibular (encargada de los movimientos mandibulares) y provocar alteraciones en la fonética, masticación o una disminución en el flujo de la vía aérea que puede derivar, por ejemplo, en apnea obstructiva del sueño, acotó el doctor Beltrán.

Sumado a las complicaciones funcionales, también se presentan alteraciones estéticas que, aunque no menos importantes, pueden generar un impacto psicológico significativo, sobre todo en adolescentes o jóvenes que pueden ser víctimas de bullying o discriminación social por su apariencia.

Tratamiento ortodóncico previo y cirugía ortognática

El tratamiento de una anomalía dentofacial suele iniciarse en la niñez y continúa en la adolescencia, e incluso puede extenderse hasta la etapa adulta. Dependiendo de la evaluación médica, algunas alteraciones pueden manejarse de manera ortopédica en una etapa temprana.

En casos más complejos, cuando el problema no se resuelve de esta forma, se comienza con un tratamiento ortodóncico para corregir las alteraciones de mordida. Si la alteración no puede compensarse, hay que recurrir a un manejo quirúrgico, que se realiza cuando el crecimiento óseo del paciente se ha estabilizado o finalizado.

“Este proceso busca corregir las alteraciones de la posición ósea, que afecta la relación entre los huesos maxilares y a la ubicación de los dientes dentro de sus huesos”, detalló el Dr. Jorge Beltrán.

En una primera fase, se busca alinear correctamente los dientes dentro de sus huesos. Luego, en una segunda fase, se realiza la cirugía ortognática, que consiste en cortar y movilizar los huesos a través de osteotomías para corregir su posición. Finalmente, en una tercera fase, el ortodoncista se encarga de la alineación final y la estabilización de la mordida oclusal.

El control preventivo es clave

Ambos cirujanos maxilofaciales precisaron que un control temprano puede evitar mayores complicaciones en el futuro, haciendo hincapié en que un control odontológico periódico juega un rol importante para su detección y tratamiento.

“En la infancia, puede comenzar con un odontólogo general, pero si se sospecha de una alteración más compleja, el pediatra puede orientar adecuadamente, al igual que el ortodoncista”, comentó Beltrán.

En tanto, el profesional del Baptist Hospital agregó que “sin tratamiento, los pacientes pueden experimentar como consecuencia dolor crónico, dificultades para masticar, y problemas psicológicos relacionados con la estética facial”.

Si persisten las dudas, también es recomendable visitar a un cirujano maxilofacial, quien puede orientar sobre el tratamiento necesario para el paciente.

Seminario de cirugía maxilofacial en la región del Bío Bío

Para ahondar más en esta y otras patologías, se llevará a cabo la vigésima quinta edición de las “Jornadas Nacionales de la Sociedad de Cirugía y Traumatología Bucomaxilofacial de Chile en la región del Bío Bío.

El encuentro, que se realizará del 17 al 19 de octubre en el Hotel Marina del Sol de Talcahuano, reunirá a numerosos especialistas, tanto nacionales como internacionales, quienes compartirán sus conocimientos sobre diversos temas de la especialidad.

Además, el evento contará con la participación de la Asociación Latinoamericana de Cirugía y Traumatología Bucomaxilofacial (Alacibu) y AO Foundation, quienes presentarán simposios enfocados en implantología, cirugía reconstructiva maxilofacial compleja y complicaciones en cirugía ortognática.