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Las alergias alimentarias son más comunes de lo que uno piensa. La inmunóloga Jessica Salinas explica que estas reacciones pueden ocurrir por consumir ciertos alimentos o por contacto directo con ellos. Los desencadenantes pueden también variar según la. Los síntomas pueden manifestarse inmediatamente con reacciones cutáneas o, en casos graves, con un shock alérgico. Este último puede ser desencadenado por diversos alérgenos, como alimentos, fármacos o picaduras de insectos. Salinas recomienda consultar con un médico en caso de sospecha de alergia alimentaria para recibir un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado.

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Muchas son las personas que, en diversas latitudes del mundo, presentan alguna alergia alimentaria. Estas reacciones son cada vez más comunes; en especial las más conocidas entre la población, como lo es, por ejemplo, la intolerancia a la lactosa.

Jessica Salinas, inmunóloga de Clínica MEDS, detalla en un comunicado enviado a BioBioChile que una alergia alimentaria implica una reacción alérgica por comer determinados alimentos. Incluso puede aparecer por el contacto directo con ellos.

Alergia alimentaria: ¿qué puede producirnos?

“Los alimentos que causan alergia alimentaria varían de acuerdo a la edad del paciente. En los niños más pequeños, en lactantes sobre todo, predomina la leche. Una vez que crecen, pueden aparecer alergias al huevo, a la clara, a la yema y también a los frutos secos“, detalla Salinas.

En niños adolescentes, que ya tienen alergias respiratorias en primavera, suelen aparecer alergias a frutas y verduras. En adultos, predominan las alergias a pescados y mariscos”, explica la profesional.

Respecto a los síntomas más habituales de una reacción alérgica alimentaria, la inmunóloga específica las reacciones inmediatas, que se presentan justo después de consumir el alérgeno. Por eso resulta tan importante el poner atención a lo que comemos y cómo nos sentimos después de ello.

Las reacciones inmediatas, explica Jessica, pueden manifestarse, por ejemplo, a través de reacciones cutáneas como ronchas y/o hinchazón de labios y ojos. En casos más graves, puede gatillarse un shock alérgico.

Shock anafiláctico o anafilaxia

Un shock alérgico, conocido también como shock anafiláctico o anafilaxia propiamente tal, aparece dentro de los minutos posteriores a la exposición a un alérgeno, como se detalló anteriormente.

La verdad es que la anafilaxia puede ocurrir como respuesta a cualquier alérgeno (fármacos, alimentos, picaduras y/o mordeduras de insectos), según detalla el sitio médico oficial del Gobierno de Estados Unidos, MedlinePlus.

Por su lado, Mayo Clinic aclara que el shock anafiláctico, en algunos casos, también puede aparecer después de media hora de la exposición y/o consumo del alérgeno. El mismo portal médico detalla los síntomas de un shock alérgico:

-Reacciones cutáneas (urticaria, picazón, piel pálida o enrojecida).
-Presión arterial baja (hipotensión).
-Constricción de las vías respiratorias e inflamación de la lengua o garganta (que pueden causar sibilancia o dificultad para respirar).
-Pulso débil y rápido.
-Náusea, vómitos o diarrea.
-Mareos o desmayos.

¿Qué hacer si me ocurre?

La Revista Chilena de Anestesia destaca que la anafilaxia es una condición clínica potencialmente mortal, pues en su calidad de “shock” puede llevar a una insuficiencia respiratoria aguda y colapso cardiovascular.

Al presentar dicha sintomatología, el llamado es a asistir rápidamente a un centro asistencial, donde la reacción alérgica deberá ser estabilizada. Según la revista citada, primero será necesario poner al paciente en posición de Trendelemburg (la que consiste en dejar a la persona acostada sobre su espalda en una camilla, con una inclinación de 15 a 30 grados que permita situar los pies más arriba que el nivel de la cabeza, según explica la Clínica Universidad de Navarra).

Tras ello, y según la intensidad del cuadro clínico, se requerirá la administración de oxígeno al 100% (y por eso la urgencia de asistir a un centro médico). Después, el tratamiento primario es “la administración de adrenalina en dosis proporcionales a las manifestaciones clínicas, el soporte de la vía aérea manteniendo el oxígeno al 100% y la reanimación agresiva con fluidos endovenosos. El tratamiento secundario incluye la administración de broncodilatadores, corticoesteroides y antihistamínicos”.

Jessica Salinas agrega que también pueden existir otros cuadros “menos severos, pero más molestos” ligados a una reacción alérgica alimentaria, como sería la aparición de síntomas digestivos de manifestación más retardada.

En este sentido, la especialista explicó que la gravedad de los síntomas de una alergia alimentaria dependerá de la cantidad de alimento que se ingiera, de la cantidad de exposición que se haya tenido previamente y del grado de sensibilidad que se tenga al alimento.

Cualquier alimento puede causa una reacción alérgica. Sin embargo, son ocho los alimentos específicos que causan cerca del 90% de las alergias alimentarias: la leche, la soya, los huevos, el trigo, el maní, las nueces, el pescado y los mariscos.

Si bien las alergias alimentarias son más comunes en niños y lactantes (por la inmadurez de sus aparatos digestivos), las personas más proclives a desarrollarlas son quienes ya padecen otro tipo de alergias, quienes tienen antecedentes familiares e, incluso, aquellos que padecen asma, dice Salinas.

Respecto a la duración que puede llegar a tener una alergia alimentaria, la inmunóloga asegura que “depende de varios factores. Por una parte, del tipo de alimento al cuál es alérgico”.

“Por ejemplo, la alergia a la leche tiende a mejorarse con el paso del tiempo y, en general, los niños entre los 2 y 3 años casi todos mejoran su alergia alimentaria. A diferencia de la alergia al maní, que tiende a ser una alergia que dura toda la vida. Sólo el 20% de los pacientes logran mejorarla”, explica.

“Si alguien sospecha que tiene alguna alergia alimentaria, lo primero es consultar con su médico para establecer los diagnósticos diferenciales, para establecer el plan de estudio y, por supuesto, el tratamiento más adecuado en cada caso. Los tratamientos varían de acuerdo a la edad, a la severidad, a los síntomas y según los alimentos al cuál son alérgicos”, cierra la doctora.