Dejar de fumar puede ser el primer paso para cambiar a un estilo de vida más saludable y evitar futuros problemas de salud. Sin embargo, las personas que optan por no volver a consumirlo podrían experimentar un aumento de peso durante este proceso.
Para las personas que fuman desde hace años, dejar el cigarro puede ser un desafío complejo, ya que se trata de un producto bastante adictivo que contiene tabaco, una planta que estimula el sistema nervioso central, y aditivos que en exceso pueden ser malos para la salud.
Sin embargo, quienes desisten de consumir este producto pueden experimentar una serie de cambios en su organismo, incluso un incremento de peso.
De acuerdo con la enciclopedia médica online MedlinePlus, “en promedio, las personas aumentan de 5 a 10 libras (2.25 a 4.5 kilogramos) en los meses posteriores a que dejan de fumar”.
En esta línea, el Dr. Carlos Jiménez, neumólogo y presidente de Sociedad española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), afirmó al portal CuidatePlus que cerca del 80% de quienes no vuelven a consumir cigarros ganan de 3 a 4 kilos en los primeros seis meses.
Asimismo, “alrededor del 20% engordan más de 5 kilos y, sin embargo, un 20% tiende a perder peso durante este periodo”, explicó Jiménez.
Efectos de la nicotina en el cuerpo
Si bien pueden existir diferentes factores que influyen en este incremento de la masa corporal, la mayoría de los casos tiene directa relación con la nicotina, la sustancia adictiva presente en el tabaco.
Entre los efectos que este compuesto genera en el organismo se encuentra el acelerar el metabolismo de los alimentos que un fumador promedio ingiere.
“La nicotina aumenta la cantidad de calorías que su cuerpo usa cuando está en reposo aproximadamente en un 7% a 15%. Sin cigarrillos, su cuerpo puede quemar el alimento más lentamente”, detalló MedlinePlus.
Pero no solo afecta al metabolismo, también provoca una falta de apetito. Un estudio publicado por la Universidad de Santiago de Compostela (España) menciona que esta sustancia puede inhibir el deseo de comer y producir una pérdida de peso en los fumadores.
La investigación sugiere que esta ausencia de las ganas de alimentarse está vinculada con la enzima AMPK, la cual es fundamental para el metabolismo de la grasa y que es afectada por la nicotina.
Al ser el cigarro un producto que puede generar dependencia y transformarse con el tiempo en un hábito cotidiano, para algunas personas dejar de fumar podría causar un “estado de abstinencia” que incrementa la sensación de hambre y, como resultado, cambios en el peso.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalaron que “es normal que su apetito aumente un poco cuando deja de fumar. Además, es posible que su cuerpo no queme calorías tan rápido”.
“También podría estar comiendo más debido al estrés de dejar de fumar o por tener algo que hacer con las manos y la boca. La comida puede ser incluso más placentera porque sus sentidos del olfato y del gusto no están siendo opacados por todo ese humo”, especificaron los CDC.
En este sentido, el Dr. Jiménez menciona hay que tener en cuenta que cuando uno no vuelve a fumar, “se reduce la capacidad de destruir las grasas y la persona tiene más apetito”. “El fumador está acostumbrado a la recompensa por vía oral y por eso es habitual cambiar el cigarrillo por comida”, sostuvo.
¿Qué hacer para mantener un peso saludable?
Eliminar el cigarro es un paso importante para obtener una mejor calidad de vida, ya que son muchos los beneficios que trae consigo no perdurar este hábito.
Según datos de Organización Mundial de la Salud (OMS), no fumar puede disminuir el ritmo cardiaco y reducir la tensión arterial. Del mismo modo, mejora la circulación de la sangre, la función pulmonar y previene el riesgo de sufrir cardiopatías o cáncer.
Si bien las personas pueden experimentar un ligero aumento de peso, mantener una dieta balanceada y realizar ejercicios de forma periódica puede generar un estilo de vida saludable.
Del mismo modo, establecer una rutina de sueño adecuada, hidratarse de forma correcta y controlar el consumo de alcohol podrían contribuir al metabolismo de las personas que dejan de fumar.
Cabe mencionar que, ante cualquier cambio brusco de peso o problemas de salud relacionados con el consumo excesivo de cigarros, es recomendable acudir a un especialista para realizar un chequeo médico preventivo y descartar alguna enfermedad.