En las redes sociales abundan los videos que consideran al mewing un método efectivo para adelgazar el rostro y obtener una mandíbula marcada. Sin embargo, esta popular técnica entre jóvenes podría traer más riesgos que beneficios, algunos de ellos incluso podrían traer problemas a los músculos faciales y deterioro de los dientes.
El mewing es nueva moda que se ha hecho viral en las redes sociales, principalmente en la plataforma de TikTok, donde personas promueven esta práctica prometiendo resultados que harán más atractivo tu rostro.
En los tutoriales que se han difundido en Internet se explica que para conseguir estos alucinantes resultados se tiene que ubicar de manera correcta la lengua en la zona del paladar, mantenido los labios cerrados y los dientes alineados.
Su origen se le atribuye al ortodoncista británico John Mew, quien en los años 70 dejó de lado los aparatos dentales y comenzó a tratar a sus pacientes con esta técnica.
Décadas más tarde, su hijo, el Dr. Mike Mew, difundió este procedimiento a través Internet, situación que terminó con su expulsión de la Sociedad de Ortodoncia Británica.
Entre los múltiples resultados que se le atribuyen al mewing está mejorar la respiración, corregir la posición de los maxilares y aliviar los dolores de la mandíbula. Sin embargo, no todo es color de rosa, ya que según expertos esta técnica trae más problemas que beneficios.
Para conocer más respecto a este tema, BioBioChile conversó con profesionales de la salud especializados en áreas vinculadas con el aspecto funcional y estético del rostro, especialmente de la mandíbula.
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¿A qué riesgos me expongo al practicar mewing?
En los videos compartidos en Internet, se explica que este procedimiento podría modificar el esqueleto facial o tener un impacto en el desarrollo de la cara. No obstante, “el mewing no tiene ningún respaldo científico que avale su práctica”, afirmó el Dr. Renato Gunckel, cirujano maxilofacial de Clínica Las Condes.
El especialista aseveró que “esta técnica tendría un efecto en niños que están en desarrollo, ya que ubicar bien la lengua en el paladar hace que el fondo del maxilar superior se desarrolle correctamente, pero no así en personas con su crecimiento culminado”.
“Eventualmente, se podría generar una hipertrofia de los músculos maseteros, pero en la medida en que uno no lo mantenga en el tiempo, esa musculatura volvería a su volumen natural”, agregó.
Entre los riesgos a los que una persona se expone al realizar mewing están el desgaste de los dientes, alteraciones en la articulación temporomandibular y dolores en la musculatura facial.
“No lo recomiendo para nada, ya que podría generar más problemas desde el punto de vista funcional de la mandíbula. Creo que no afectaría de manera significativa el aspecto facial o provocar un cambio a nivel óseo”, sentencio el Dr. Günckel.
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Una mira desde el punto de vista estético
Las personas que se interesan por esta técnica, generalmente lo hacen con el objetivo de obtener resultados desde el punto de vista estético, ya sea para adelgazar el rostro, afinar la mandíbula o reducir la papada.
En este sentido, el doctor Estaban Torres, cirujano plástico de la Pontificia Universidad Católica, sostiene que este procedimiento podría ayudar principalmente cuando existe una mala posición de la lengua o a mejorar el aspecto de la papada, “pero todo va a depender de cada persona”.
“Los pacientes que consultan por papada -específicamente en aquellos casos que existe un exceso de piel, flacidez del músculo platisma (músculo del cuello) o personas de mayor edad- el mewing no marca una diferencia real“, apuntó el cirujano plástico.
Aunque ambos profesionales comparten que este tipo de prácticas no es efectiva, existen procedimientos estéticos, que van desde los poco invasivos hasta los quirúrgicos, que permite definir de manera segura el contorno mandibular.