Una neuróloga brasileña comenzó una investigación para determinar si el covid-19 afecta la inteligencia, a partir de su propia experiencia y la de otros pacientes. Varios estudios parecen respaldar la hipótesis de Clarissa, quien cambió su rutina para contrarrestar los efectos en su desempeño cognitivo.

¿Puede el covid afectar la inteligencia? Algunos estudios han dado luces de que sí puede ser así, pero aún falta mucho por investigar. La neuróloga brasileña Clarissa Yasuda, quien padeció la enfermedad en agosto de 2020, asegura que vio una reducción en su coeficiente intelectual (CI) posterior a sufrir por el coronavirus.

Al mismo tiempo que trata de recuperarse de las secuelas que el covid-19 dejó en su cerebro, la científica lidera una investigación que busca estudiar estos efectos, especialmente en aquellos que padecieron el llamado “covid-largo”.

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Según explicó a BBC, tras enfermar la experta asegura que nunca más volvió a sentirse como antes. “No volví a la normalidad, no volví a mi estado precovid desde el punto de vista cognitivo, de atención, de agilidad, de flexibilidad”, indicó Yasuda, quien es profesora de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp).

“Después de un año y medio creo que me recuperé en un 30 o 40% de lo que perdí. Pero no me recuperé al 100%”, afirmó. “No soy la misma persona, parece que perdí algunos puntos de CI”, sentenció.

La neuróloga afirma que el covid-19 “es una enfermedad muy ingrata. Después de un año y medio, con mucho esfuerzo, mucha disciplina, combinando muchas cosas, mejoré un poco. Tengo angustia de pensar que no me voy a recuperar del todo (sus habilidades cognitivas), pero me estoy resignando a esa posibilidad”.

Diferencias a nivel cognitivo

Yasuda dijo a BBC que gracias a su trabajo notó “diferencias muy sutiles” en sus capacidades cognitivas tras enfrentarse al covid de larga duración.

Recordemos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) ya había indicado que entre las secuelas del coronavirus estaban las disfunciones cognitivas, las cuales incluso podían aparecer meses después de haber enfermado y fluctuar en el tiempo.

Asimismo, un estudio publicado en la revista científica The Lancet en julio del año pasado sugirió que el covid-19 puede tener un “efecto negativo sustancial en la inteligencia”.

La investigación realizada en Reino Unido indicó que los hallazgos son consistentes con los informes de “niebla mental” entre los pacientes que sufrieron de covid largo.

Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron datos de 81.337 personas que se sometieron a la Gran Prueba de Inteligencia Británica en 2020. De ellas, unas 13.000 informaron que habían contraído covid, y 275 habían completado la prueba antes y después de la infección.

Quienes habían enfermado anteriormente tuvieron más dificultades para completar los ejercicios de razonamiento, resolución de problemas y planificación espacial.

“Estos resultados concuerdan con los informes de COVID prolongado, donde son comunes la ‘niebla mental’, la dificultad para concentrarse y la dificultad para encontrar las palabras correctas”, dijeron los autores.

“La recuperación de la infección por COVID-19 puede estar asociada con problemas particularmente pronunciados en aspectos de la función cognitiva o ‘ejecutiva’ superior”, añadieron.

Clarissa Yasuda debió cambiar su rutina para recuperarse del deterioro cognitivo

Aunque su caso de covid fue leve -no tuvo problemas respiratorios, sino que mayormente gastrointestinales-, la neuróloga dice que comenzó a sentirse peor cuando la enfermedad ya pasó.

Sufrió de cansancio, somnolencia, problemas de memoria y dificultades para ejecutar la cantidad de tareas que acostumbrada antes del covid.

Por lo mismo, decidió cambiar su rutina para estimular su cerebro: incluyó más ejercicio, además de dormir y descansar más.

Yasuda indicó que cuando tiene una tarea que es muy demandante intelectualmente, descansa más de lo habitual porque o sino sabe que no podrá lograrlo.

“Antes podía resolver varias cosas a la vez. Ahora tengo que terminar una tarea para empezar otra. He estado perdiendo mucho, proyectos que quería terminar de escribir y que no puedo”, manifestó.

Respecto al ejercicio, señaló que como la “actividad física ayuda al cerebro”, comenzó a practicarlo mucho más. Regularmente dedica tiempo al pilates, musculación, natación y running. Aunque antes se ejercitaba de vez en cuando, ahora lo hace más arduamente y eso le ha ayudado a reducir el problema.

¿Por qué el covid afectaría la inteligencia?

Una investigación de Avindra Nath, del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos, y Serena Spudich, de la Facultad de Medicina de Yale, revela que hay evidencias de que el cerebro puede verse afectado por la respuesta inflamatoria e inmunológica exacerbada del cuerpo cuando padecemos covid-19.

En diversos análisis de resonancia magnética se vio que algunos pacientes sufrieron pequeñas roturas en vasos sanguíneos del cerebro. Asimismo, en algunas tomografías se observó menos actividad metabólica.

El estudio publicado en The Lancet, por otro lado, muestra que probablemente la fiebre (que es una respuesta inmune) sumado a los problemas respiratorios podrían contribuir al deterioro cognitivo.

Respecto a si pasa lo mismo con la variante ómicron, que es más leve, no hay estudios suficientes aún. “Espero que este cuadro leve de ómicron no tenga ninguna manifestación neurológica tardía, porque si la tiene, el número (de personas afectadas) será muy grande”, indicó Yasuda.

Todavía está en estudio si estos efectos son permanentes, pero aparentemente las mejoras en la rutina, como incluir más ejercicio, comer de manera saludable y dormir bien, ayudan a mejorar.