Señor director:

En un sistema democrático, los ciudadanos que no ocupamos cargos de poder directo tenemos una función crucial: votar bien. Esto no se trata solo de ejercer el derecho al voto, sino de hacerlo de manera consciente y fundamentada, eligiendo a personas con competencia, ética y valores sólidos. Pero surge una pregunta inevitable: ¿cómo asegurarnos de que conocemos realmente a los candidatos antes de decidir?

Una propuesta: encuentros de escucha activa

Propongo una nueva forma de interacción entre candidatos y ciudadanos: espacios organizados que permitan conocer a los postulantes desde su lado humano y profesional, dejando de lado los tradicionales debates confrontativos.

En estos encuentros, cada candidato respondería, de manera breve y directa, preguntas esenciales como:

• ¿De dónde provienes y cuál es tu historia personal?

• ¿Cuál es tu formación académica y experiencia laboral?

• ¿Cuáles son los tres principales problemas o desafíos que identificas en el área que buscas representar? ¿Cómo propones enfrentarlos?

El enfoque estaría en escuchar, sin interrupciones ni enfrentamientos, fomentando un análisis más reflexivo y menos polarizado.

Evaluar valores y propuestas: El objetivo de estos espacios sería que los ciudadanos puedan evaluar con claridad quiénes comprenden mejor las preocupaciones y aspiraciones de la sociedad, y quiénes tienen propuestas realistas y éticas para abordarlas. Más que observar posturas políticas, se trataría de valorar principios, visión y claridad.

Financiamiento, uso estratégico de los recursos públicos: Estos encuentros deberían ser accesibles en todo el país y podrían financiarse con una parte de los recursos públicos que hoy reciben los partidos políticos. Esto permitiría llegar a comunidades más aisladas, promoviendo una democracia más inclusiva y transparente.

Información, la clave para votar mejor: No es la falta de inteligencia lo que nos impide elegir bien, sino la falta de información accesible y clara. Iniciativas como esta permitirían a los ciudadanos tomar decisiones informadas y responsables, reduciendo la distancia entre los votantes y los postulantes.

¿Es Posible Este Sueño?

Creo que sí. Con voluntad política, compromiso ciudadano y un diseño adecuado, podríamos transformar nuestro sistema electoral en uno que fomente la participación activa, la transparencia y el entendimiento mutuo.

El desafío está planteado: ¿Estamos listos para reimaginar la forma en que elegimos a quienes nos representan? ¿Estamos dispuestos a construir una democracia que nos conecte, nos eduque y nos inspire?

El poder de votar bien está en nuestras manos. Hagamos que cuente.

Tomás Gehlen
Ingeniero agrónomo

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