Por años las personas Trans hemos sido invisibilizadas. Escriben e investigan de nosotros y nosotras, nos dicen qué hacer, cómo actuar y cómo vivir. Nos ubican en la oscuridad, en la sombra, anulándonos.

En Reino Unido una revisión hecha por la médica-pediatra Hilary Cass, arrojó que no hay suficiente evidencia de los beneficios ni riesgos de usar hormonas y bloqueadores de pubertad. La situación abre un debate entre médicos y quienes se oponen, sembrando un manto de duda. Hilary Cass, una pediatra opinando desde su mirada sesgada, que no sabe el sufrimiento de las familias, que ni siquiera conoce un cuerpo Trans rasgado con cortes y autolesiones.

Mi experiencia, mi verdad

Y la comunidad científica y médica, esa que no conoce nuestras realidad y vivencias, sentencia lapidariamente la prohibición de bloqueadores en niñeces trans. Investigación sesgada, que no incluyó ni médicos, ni expertos ni académicos Trans competentes. Tampoco consideró experiencias de quienes no tuvimos la posibilidad de bloqueadores y que sufrimos no solo la discriminación social por nuestros rasgos faciales o corporales, sino también -como en mi caso- el rechazo al cuerpo, a mis senos a menstruar cada mes. Obviamente no está nuestra experiencia de vida, aquella que se invisibiliza, esa que se niega y se censura.

Un reportaje adultocentrista y sesgado

El día 29 de mayo salió un reportaje en biobiochile.cl titulado “Pubertad interrumpida: niños trans inician tratamiento hormonal en medio de controversias”, escrito por la periodista Sabine Drysdale. Es un reportaje donde aflora el sesgo y el adultocentrismo, además de varias imprecisiones sobre la identidad de género.

Cabe recordar que la identidad de género es una vivencia interna e individual, que se empieza a manifestar desde los 2,5 años. A los 5, 7 o 9 años se puede expresar algo que nos acompaña desde que nacemos y entonces, nos reconocemos.

En el reportaje nuevamente hay ausencia de la realidad de adolescentes Trans. Es como si no existieran. Son otros y otras que hablan y piensan por ellos y ellas. No sé que es peor, si esa invisibilización manipulada estratégicamente o las opiniones frente a los bloqueadores.

También me llama la atención la afirmación respecto que los bloqueadores no disminuyen la ideación suicida, un manejo comunicacional para sembrar la duda y el miedo, tan presente en quienes no respetan nuestras existencias. Los bloqueadores sin duda ayudan a que las características sexuales secundarias se detengan. A un chico Trans no le crecerán sus senos, no le llegara la menstruación cada mes, no pasará por cambios corporales que le angustiarán y llevarán al rechazo y el dolor. Naturalmente esto disminuye la ideación y el riesgo suicida.

Debo reconocer que la estrategia de la periodista Sabine Drysdale de sembrar el miedo y la desinformación, incluso cuestionando al Endocrinólogo Alejandro Martínez y la Endocrinóloga Carola Mendoza, contando la historia de una niña que estaba “equivocada”, apunta a la no credibilidad de profesionales reconocidos por su competencia y experiencia. Lo anterior, aumenta la incertidumbre en torno al uso de bloqueadores.

Los mencionados anteriormente son profesionales que cuentan con el agradecimiento de adolescentes que han sido atendidos, orientados y acompañados en su proceso de transición, algo que podría saber la periodista si escuchara a quienes son el motivo de su reportaje pero que están ausentes en el mismo.

No hablen de nosotros y nosotras.
No hagan reportajes sin escucharnos.
No demonicen la transición y menos aun no siembren el miedo.
Permítannos vivir.

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