La ansiedad es un cruel enemigo al cual todos hemos tenido que enfrentar en más de una ocasión. Nadie está libre de sentir ansiedad, menos aun cuando experimentamos situaciones que pueden llevarnos al límite, nos desbordan o irrumpen nuestro día a día.

La ansiedad es un sentimiento complejo que los seres humanos viven con gran incomodidad. Evolutivamente nos permite reconocer situaciones amenazantes o experiencias peligrosas, haciéndonos mantener distancia o alejarnos. Pero ¿qué pasa cuando nuestro cuerpo se activa de manera ansiosa constantemente, en situaciones qué no lo ameritan realmente o entorpecen nuestro diario vivir?

La ansiedad tiene que ver con la incapacidad de abordar las situaciones complicadas de una manera flexible, autónoma y abierta. La rigidez mental, la dificultad por incorporar nuevos entendimientos o explicaciones a un hecho genera una sensación de pérdida de control. Y perder el control es estresante, difícil y activa físicamente todos los mecanismos de alerta y escape que convocan en el malestar cognitivo entendido como ansiedad.

El temor por lo que pueda o no suceder y la incertidumbre de lo difuso se manifestará intensamente en nuestro cuerpo, y el malestar que esto conlleva puede afectar significativamente muchas áreas de nuestra vida. Es así como una situación de incomodidad puede transformarse rápidamente en un ataque o crisis de pánico. O una experiencia que debería haber sido placentera, terminó siendo un desastre porque comenzaste a experimentar una sensación de desborde intenso sobre las mil y una posibilidades que podía esto significar.

La ansiedad puede definirse como la preocupación excesiva sobre diversos hechos o acontecimientos, con dificultad para controlar esta preocupación por más de 6 meses, asociado a lo menos a uno de estos 3 síntomas o más:

Agitación o nerviosismo
Fatiga
Dificultad para concentrarse
Irritabilidad
Tensión muscular
Trastornos del sueño

Este sentimiento de preocupación excesiva e irracionalidad sobre las cosas que hacemos, decimos o potencialmente podríamos experimentar nos lleva a un bucle sin salida en nuestras mentes, y afectará significativamente nuestro diario vivir.

¿Cómo controlarla?

Existen diversos acercamientos en el tratamiento de la ansiedad, desde técnicas de relajación hasta complejos programas terapéuticos integrales y multidisciplinares. Cada uno de estos abordajes responde a las necesidades individuales de cada persona que sufre de ansiedad. Por esto que es tan relevante que al momento en el cual identifiques que podrías estar experimentando este tipo de sentimientos de manera sostenida en el tiempo, sin mejoría aparentemente y afectando más de un área en tu vida, acudas con un profesional rápidamente. Este podrá guiarte en cuanto al tratamiento más adecuado para ti, en relación con tu estilo de vida y necesidades actuales.

A grandes rasgos, casi todo tratamiento psicoterapéutico se centrará en como concibes, procesas y expresas tus ideas y pensamientos. La ansiedad es un sentimiento de malestar que se alimenta a sí mismo a partir de las ideas que surgen a partir de este malestar. Es como un ciclo sin fin de rumiación cognitiva que no tiene fin, y encuentra las explicaciones más diversas y sin sentido a cualquier tipo de posibilidades.

¿Te has encontrado a ti mismo pensando en absolutamente todas las posibilidades sobre un suceso, por más nimio que sea? ¿O podría ser que notas que constantemente tiendes a pensar catastróficamente sobre las cosas que suceden alrededor tuyo, siendo muy poco objetivo a la hora de analizar la realidad?

Es importante que recuerdes que no hay mejor ayuda que la que pueda brindarte un profesional especialista en la salud mental para tratar tu caso particular. Para el tratamiento de la ansiedad es crucial que obtengas un diagnóstico certero y preciso de las razones que te llevan a sentirte así. Cuáles son las explicaciones y concepciones internas que generan que experimentes tu realidad del modo que lo estás haciendo en este instante. Todo esto, sumado al entendimiento profundo de los demás factores en tu vida, puede llevarte a obtener el alivio que andas buscando.

En este mes de la salud mental, te invito a que pongas atención a tu salud psíquica, la cual es tan o más importante que tu salud física. Tu mente es el canalizador de todo lo que percibes, entiendes y experimentas, y en ella reside también la clave para potenciar tu bienestar y autocuidado.

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